«En Gipuzkoa no hay problema para celebrar actos islámicos en recintos públicos»
Los musulmanes de Gipuzkoa ven con «precaución» los vetos en Jumilla a los actos en espacios deportivos
El mensaje que comparte el imán de la mezquita de Tolosa, Abdeljalil Boualil, nada tiene que ver con otros que se empiezan a escuchar en municipios como el murciano de Jumilla, donde PP y Vox han unido sus votos para sacar adelante una moción que regula los usos de las instalaciones deportivas públicas para que estas no acojan «actividades culturales, sociales o religiosas ajenas al Ayuntamiento», lo que en definitiva significa prohibir el uso del campo de fútbol para festejar dos grandes eventos del año para la comunidad islámica como son el final del Ramadán y la fiesta del Cordero, que reúnen a varios centenares de personas. «En Gipuzkoa no estamos teniendo ningún problema para celebrar actos islámicos en lugares públicos», explica el imán afincado hace años en la villa tolosarra.
De hecho, el último de estos eventos, celebrado a finales del pasado mes de junio, tuvo lugar en el frontón del municipio como vienen haciendo año tras año en esta y otras instalaciones públicas, en los municipios que acogen 31 mezquitas ubicadas en el territorio, de las más de 80 que hay en Euskadi. La primera de ellas se creó en Eibar hace más de treinta años. La población musulmana en Gipuzkoa, según el último censo de 2023, llega a los 30.057, de los que 6.055 pertenecen a Donostia. El islamismo es además la religión minoritaria con más creyentes en Gipuzkoa.
El imán atiende a este periódico mientras se prepara para dirigir la reunión de los viernes, en la que semanalmente se dan cita cerca de doscientas personas. En las grandes celebraciones, pueden ser hasta 500 miembros de la comunidad.
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Bouhalil asegura que en la mezquita de Tolosa están «muy lejos» de todo lo que se vive en la comunidad murciana. «Aquí no hay miedo ni sufrimos racismo», explica mientras describe el lugar en el que trabaja desde hace 14 años, ubicado en los bajos de un edificio del barrio Larramendi. Este local cuenta con un amplio espacio, al que es necesario acceder descalzo, donde rezan los hombres. En otro departamento lo hacen las mujeres. También dispone de varias salas donde imparten clases de gramática, escritura y cultura árabe para niños y niñas los sábados.
El imán relativiza en cierto modo el caso de Murcia. «Dos casos, tres casos, no son muchos, si se tiene en cuenta que en España hay más de 2.000 mezquitas». Al mismo tiempo no cierra los ojos ante las consecuencias que se pueden llegar a dar. «Está creciendo poco a poco la tensión con el tema de Vox y las noticias falsas en las red sociales», reconoce, confiado en que esas situaciones no lleguen a Euskadi. También reconoce que si Vox llega al Gobierno en España «se puede complicar todo mucho».
«Las mezquitas tienen que hacer puertas abiertas, explicar a la gente que tenemos una cultura y una religión»
Abdeljalil Boualil
Imán de la mezquita de Tolosa
En todo caso su receta para una buena convivencia es que «la gente de la mezquita tiene que trabajar con el Ayuntamiento, con asociaciones y hacer actividades juntos. Porque nosotros estamos en la mezquita, la gente no sabe qué hacemos dentro y las mezquitas tienen que hacer puertas abiertas, explicar a la gente que tenemos una cultura, una religión, nuestras actividades. Es un derecho».
«Siempre disponibles»
En la mezquita de Errenteria, Rachid Derhourhi, presidente de la junta directiva de Assafavasc, comparte el mismo diagnóstico. Explica que en su caso los responsables del Ayuntamiento de Errenteria «están siempre dispuestos a ayudarnos. Siempre tenemos las salas disponibles para alquilar. Y la gente se encuentra muy a gusto». Es cada junta directiva la que realiza la petición a la institución municipal y se concede un sitio u otro dependiendo de la disponibilidad de las salas. Unas veces se hace en el frontón y otras, en otras instalaciones deportivas.
Derhourhi, de origen marroquí, vive en Gipuzkoa desde finales de 2008 y explica que en la mezquita se dan cita a diario en torno a cien persona ya que rezan cinco veces al día, aunque cada rezo depende de la disponibilidad de la persona. Además, en las noches del Ramadán también se reza en la mezquita.
«El Ayuntamiento de Errenteria está siempre dispuesto a ayudarnos y tenemos salas para alquilar»
Rachid Derhourhi
Presidente de la junta directiva de Assafavasc
María Guevara, ecuatoriana de nacimiento y guipuzcoana desde los ocho años, es miembro de una asociación cultural islámica que se ha abierto hace poco en el barrio de Intxaurrondo. Estudió e investigó sobre el islam y hace unos años comenzó a participar en la mezquita de Herrera, donde conoció a su actual pareja. Desde el cierre de esa mezquita donostiarra, hace dos años, acude a la de Errenteria o a la de Hernani. Guevara tampoco percibe ningún problema en su entendimiento con las instituciones vascas. Sin embargo reconoce una cierta incomodidad entre la población, sobre todo en el tema de los inmigrantes. «Esta gente que viene a veces a delinquir y a hacer de las suyas nos está afectando también a la población musulmana». Expone su propia experiencia: «Hace años salía tranquilamente con mi pañuelo a pasear y no tenía ningún problema, ni tenía generalmente miradas de desprecio, pero hoy en día sí, la verdad es que, como mis conocidas, todas hemos sufrido últimamente actos de islamofobia». «Entendemos por qué, obviamente, pero también es verdad que no se puede generalizar. No todos los musulmanes son malos y no se puede al final meter todos en el mismo saco», subraya. A su juicio, «se necesita una colaboración por todos los lados, tanto de los musulmanes, de la población no musulmana y las entidades gobernantes».
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