Fallece el empresario José María Aldaya, secuestrado por ETA en 1995

El de José María Aldaya fue el segundo secuestro más largo por parte de la banda armada tras el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, que permaneció en cautiverio 532 días. Había sido secuestrado el 17 de enero de 1996.

La propia ETA señaló en su momento que había elegido al empresario guipuzcoano -que era propietario de una empresa de transportes- por negarse a pagar el 'impuesto revolucionario' que los terroristas exigían a los industriales vascos. Durante su secuestro se intensificó en Euskadi la campaña del lazo azul para exigir su libertad, de manera que se convirtió en un símbolo de denuncia y deslegitimación de la violencia durante los años 90. El lazo azul había sido puesto en marcha por las organizaciones pacifistas vascas durante el secuestro del ingeniero donostiarra Julio Iglesias Zamora, en julio de 1993.

Desde Herri Batasuna se alentó en su momento una campaña de réplica a estas movilizaciones pacifistas que exigían la libertad de Aldaya mediante 'contramanifestaciones' que dieron lugar a numerosos episodios de tensión.

En junio de 2008, doce años después de su secuestro, José María Aldaya tuvo que volver a recordar sus 341 días de cautiverio en el minúsculo zulo en el que la organización terrorista le recluyó entre el 8 de mayo de 1995 y el 14 de abril de 1996. El empresario admitió entonces que tras el secuestro se había quedado «medio loco» y que, desde entonces, arrastraba unas caderas «deshechas», debido a los movimientos que tenía que realizar en el habitáculo en el que estuvo recluido. Aseguró que intentaba «olvidar» el calvario vivido.

Ante el juez, Aldaya tuvo que relatar cómo la noche del secuestro, mientras se dirigía a casa en su coche, un vehículo le cerró el paso y fue obligado a bajarse de él por varias personas armadas. Tras colocarle una capucha, le pusieron una inyección que le durmió hasta que se despertó en un zulo de 3,5 metros de largo, uno de ancho y dos de alto, en el que estuvo retenido 341 días hasta que fue liberado por ETA.

Gracias al ADN y a las huellas halladas posteriormente en el lugar, los investigadores lograron identificar a dos de los cuatro etarras que se sentaron en el banquillo acusados del secuestro del empresario. Se trataba de José Javier Arizkuren Ruiz, 'Kantauri', y Dolores López Resina, 'Lola'. El 18 de diciembre de 2008 la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a 'Kantauri' y a 'Lola' a 17 años de cárcel a cada uno por la comisión de un delito de detención ilegal en el que incurrieron como «inductor» y como autora material, respectivamente, al secuestrar y recluir en un zulo a Aldaya. La Sala tuvo en cuenta las declaraciones ante la policía de los miembros del comando que llevó a cabo el secuestro, Sagrario Yoldi Múgica y Francisco José Ramada Estévez, que ya estaban condenados por estos hechos. El primero a 17 años y su compañera sentimental a ocho años de cárcel como cómplice.

El 18 de mayo del pasado año la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias dispuso el traslado desde la prisión de Murcia a la de Pamplona de Francisco José Ramada Estévez, que fue condenado a un total de 26 años y tres meses de cárcel, entre otros delitos, también por el secuestro en 1996 del empresario Cosme Delclaux.

Las reacciones al fallecimiento de Aldaya no tardaron en llegar. El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, quiso trasladar «en nombre de toda la Diputación mi más sentido pésame a los familiares y amigos de José María Aldaya. Sin duda fue uno de los exponentes más duros del sufrimiento provocado por ETA a nuestro Pueblo. Goian bego». Por parte del PSE, su secretario general, Eneko Andueza, aseguró que «el secuestro de José María Aldaya pesará siempre sobre la conciencia de los que perpetraron tal ignominia. Frente a ellos, el despertar social de la respuesta ciudadana y la dignidad de una sociedad harta de ETA».