Ezeiza reconoce en la Audiencia Nacional que participó en el asesinato de Priede

El acusado de trasladar a los autores materiales del asesinato en su huida ha confesado los hechos en presencia de Ana Priede, la hija del edil asesinado, que ha asistido al juicio arropada por una representación del PSE, encabezada por el secretario general del partido en Euskadi, Eneko Andueza. «Ver al acusado en la sala ha sido un momento duro porque te retrotrae a situaciones muy difíciles. Tener delante a alguien que ha colaborado en el asesinato de un compañero, al que has conocido y tratado, y que es el padre de una compañera, te revuelve muchísimo y más teniendo a mi lado a Ana», ha descrito el líder del PSE en conversación con este periódico.

Andueza ha explicado que su preocupación y la del resto de la delegación del PSE -José Ignacio Asensio, Miguel Ángel Morales y Mikel Durán-, ha sido que Ana Priede haya estado en todo momento «lo mejor posible dentro de lo que supone pasar un trago de este tipo». «Ana nos ha dado una lección de serenidad porque cuesta contenerse en un momento así», ha expuesto tras reconocer que «sientes rabia, indignación, te vuelves a hacer muchísimas preguntas y te das cuenta de que la persona que tienes delante declarando ha destrozado la vida de una familia, sin ningún motivo».

En la vista, uno de los dos miembros de ETA 'liberados' que participó en el asesinato, Unai Bilbao, y otro de los colaboradores, Pedro Cano, han confirmado, además, por vídeoconferencia, que Ezeiza colaboró trasladando a los miembros de ETA en un vehículo tras la comisión del atentado.

Según el relato del Ministerio Público, Ezeiza habría realizado «vigilancias e informaciones sobre los horarios, movimientos y costumbres» de Priede, a instancias del comando Bakartxo. Ezeiza esperó a los terroristas en la autopista Bilbao-Behobia, a donde llegaron después de dejar el coche con el que huyeron. Ezeiza, con su vehículo particular, trasladó a los asesinos a Usurbil, donde se habrían separado. Desde allí se desplazaron, en dos bicicletas que tenían preparadas, a un piso en el que se ocultaron.