Denis Itxaso: «El pacto de PNV y PSE en Euskadi es un ejemplo de salida política para Cataluña»

«Cogobernanza». Esta es quizás la palabra que mejor define la receta que Denis Itxaso defiende para combatir una «devastadora pandemia» de la que no será fácil reponerse. La cooperación entre instituciones y entre formaciones políticas antagónicas -«sin vetos»- es, a ojos del delegado del Gobierno en Euskadi, la fórmula para reconstruir social y económicamente el país.

-En julio auguró un «septiembre muy sombrío» si no se tomaban medidas más rotundas contra el virus. ¿Nos ha cogido el toro?

-En Euskadi los espacios de ocio nos han jugado una mala pasada. Y en este arranque del curso escolar, de vuelta al trabajo, se están viendo un poco las consecuencias de que el verano ha relajado bastante la observación de las medidas de distanciamiento.

-¿Es una cuestión entonces de irresponsabilidad social más que de medidas ineficaces?

-Seguramente es un conglomerado de razones cruzadas y de factores que tienen que ver con lo social. Me consta que se está haciendo todo lo posible para combatir la pandemia.

-¿Ha sido un acierto delegar la gestión de la pandemia en las comunidades autónomas?

-Una vez que medidas tan extremas como el confinamiento han dado lugar a otras de carácter más quirúrgico, el papel lo debe jugar cada comunidad autónoma. Debemos reforzar las medidas de cogobernanza y de cooperación entre instituciones.

-El Gobierno Vasco siempre ha sido muy crítico con el 'mando único' de Pedro Sánchez. ¿A Euskadi la va mejor sin estar bajo la tutela del Estado?

-Yo ya dije que el 'mando único' en pleno confinamiento había salvado al Estado de las Autonomías porque había evitado el desbarajuste en la gestión de la pandemia. Y sigo pensando que sirvió.

-¿Euskadi está económicamente fuerte para soportar el zarpazo del Covid-19?

-Euskadi parte de una buena base porque algunos de los vectores de cambio que el Gobierno de España ha pactado con sus socios europeos en los fondos de reconstrucción ya están instalados y metabolizados por el tejido económico e industrial vasco. Y el Gobierno es muy consciente de esa ventaja competitiva.

-¿Euskadi, por tanto, se hará con una porción importante del pastel económico europeo?

-Estoy absolutamente convencido de que Euskadi parte en las mejores posiciones para poder aprovechar esos fondos europeos.

-La Comisión Mixta del Concierto Económico se reunirá este miércoles. ¿El Gobierno abrirá la mano a un mayor endeudamiento de las diputaciones forales y los ayuntamientos vascos?

-No me corresponde a mí adelantar cuál es la posición del Ministerio de Hacienda en esa materia, pero estoy absolutamente persuadido de que se va a llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

-El Gobierno central también necesita amarrar una senda presupuestaria. ¿Confía en que las cuentas de Sánchez vean la luz?

-Es que quien rechace los Presupuestos nos estará condenando a perder el tren del futuro. Tengo la confianza de que el Gobierno está tejiendo complicidades para tratar de sacarlos adelante.

-¿Con qué apoyos?

-Bueno, se está trabajando. Ningún apoyo está de sobra. El Gobierno trabaja en la concepción de unos Presupuestos de reconstrucción económica. Y eso apela a la responsabilidad de todos.

-¿El escenario que plantea el Gobierno no es un poco utópico? Hay partidos que se niegan a entrar en los Presupuestos.

-No comparto esa visión. Un Gobierno como el nuestro está perfectamente legitimado para buscar acuerdos a izquierda y a derecha, en el sentido de que lo que se está buscando es reconstruir el país después de una devastadora pandemia. Por tanto, apelar a la responsabilidad de unos y de otros es perfectamente legítimo.

-Legítimo es, inviable en la práctica también. Insisto, PP y Vox se niegan a respaldar las cuentas.

-Es evidente que Vox se autoexcluye y se sitúa en la estratosfera. Pero el resto del arco parlamentario creo que está dispuesto a hablar. Diálogo hay.

-¿Y ve viable sumar a todos los partidos de la investidura?

-Esa es la dinámica con la que está trabajando el Gobierno. Pero no estamos en absoluto en disposición ni podemos permitirnos el lujo de rechazar nuevos apoyos que puedan llegar, porque la situación lo requiere.

-¿Es partidario entonces de acercarse a Ciudadanos?

-Ciudadanos ha mostrado durante el estado alarma que era necesaria una actitud bien distinta a la del PP, siendo un partido útil. Eso no es una mala noticia.

-¿Y de verdad ve factible que haya un bloque en el que estén PNV, EH Bildu, ERC y Cs?

-Yo no hablaría de bloque, pero sí de compromisos compartidos. Creo que este Gobierno va a ser capaz de ofrecer un proyecto suficientemente transversal como para que las diferentes sensibilidades se puedan sentir mínimamente cómodas.

-El problema está en que hay partidos que no se sienten cómodos entre ellos...

-El problema está en que el proyecto de Presupuestos ni siquiera ha sido presentado. Paradójicamente, además, incluso en ocasiones vemos miradas de reojo por ver quién es el que protagoniza el acuerdo más ventajoso con el Gobierno.

-¿Habla del PNV y de EH Bildu?

-Sí.

-¿Cómo valora las críticas contra el Gobierno por incluir a la izquierda abertzale en la negociación presupuestaria?

-Creo que no tendría demasiado sentido generar vetos ni cordones sanitarios, y mucho menos que pongamos reparos a la participación democrática en una negociación de aquellos a los que siempre les hemos pedido que hagan política en las instituciones. No nos podemos permitir convertir el Presupuesto en un debate esclavo del pasado. Creo que mezclar el debate presupuestario con esa pesada mochila que todavía arrastra Bildu es un error, porque convierte un problema que tiene la izquierda abertzale en un problema de todos.

-Aun así, ¿se sentiría más cómodo sin depender de EH Bildu?

-No es una cuestión de comodidad o de incomodidad. Es una cuestión de sacar adelante los Presupuestos y buscar aliados y complicidades. Que ese mundo haya hecho la transición a jugar en las instituciones y con las reglas de la democracia es un éxito del Estado de Derecho.

-¿Las palabras de Arkaitz Rodríguez, el líder de Sortu, le ponen las cosas más difíciles al Gobierno para defender su interlocución con EH Bildu?

-Insisto, diferenciaría los panoramas. Tengo claro que la sociedad vasca desea construir la convivencia y que es la izquierda abertzale la que se encadena al pasado mientras siga idealizando las acciones de ETA. Es su problema y ellos lo tienen que vencer. A partir de ahí, nadie puede negar que EH Bildu es un partido perfectamente homologado y democrático que está presente en las instituciones.

-¿Entiende entonces las declaraciones del nuevo líder de las juventudes del PSE?

-Yo vivo con bastante naturalidad la pluralidad de voces del socialismo.

-¿Qué le diría a aquellos que aseguran que el Gobierno y EH Bildu negocian 'presos por presupuestos'?

-Que en absoluto es cierto.

-¿Es el momento de cambiar la política penitenciaria?

-La democracia venció al terrorismo y las decisiones pueden ser diferentes amparándonos en la legalidad y en el criterio de las juntas de tratamiento. La Ley es igual para todos, sea cual sea su apellido, y solo de ellos depende que cambie su situación.

-¿Satisfecho con la composición del nuevo Gobierno Vasco?

-Es como para estarlo. Poder contar con la certidumbre que da la mayoría absoluta para aprobar los Presupuestos y otras muchas cuestiones de la agenda legislativa vasca es muy importante. Y cómplice de ello va a ser el Gobierno de España, que ve también en el acuerdo vasco un ejemplo de salida política para Cataluña, porque es un pacto transversal, un pacto entre diferentes que dota de estabilidad.

-¿La entrada de Idoia Mendia potencia al PSE en el Ejecutivo?

-Sí. Y no solo porque tenga un rango y unas competencias de mayor calado que en la coalición anterior. Mendia también hace de puente con el Gobierno de España, y eso es un aval muy importante para poder sacar adelante proyectos que van a depender del apoyo del Ejecutivo de España.

-Más allá de esa función de interlocutor, ¿qué papel van a jugar los socialistas vascos?

-En el ámbito político yo diría el de garantizar la estabilidad y que la agenda política de este país esté centrada en la reconstrucción económica y social tras la pandemia, y no en ninguna otra cuestión ajena al interés general.

-¿El PSE actuará entonces como dique de contención en cuestiones identitarias?

-No es una expresión que me guste mucho, pero sí tengo muy claro que el PSE seguirá siendo una garantía de estabilidad.

-¿Teme que la reforma estatutaria tense la relación PNV-PSE?

-El horizonte futuro sobre la profundización del autogobierno seguramente requerirá un tiempo más sosegado, donde las urgencias que en estos momentos nos acucian hayan dejado de estar tan presentes. A partir de ahí, cada partido se da libertad para defender lo que estime oportuno.

-¿No cree que sea el momento de abordar la reforma del Estatuto?

-No creo que esté en la mesa de ningún gobierno ahora mismo.

-¿Está en la mesa al menos completar el Estatuto de Gernika a pesar del retraso en el calendario?

-Sí. Y también el de incorporar la transferencia del Ingreso Mínimo Vital. Ambos gobiernos somos muy conscientes de que la pandemia ha impactado en las agendas, pero en la última Comisión Mixta se habló de la necesidad de adaptar el calendario. Y ese es el trabajo en el que estamos inmersos.