'Calle Irene y José Ángel' en la memoria de Sallent
25 años. El municipio pirenaico recuerda a los dos guardias civiles asesinados el 20 de agosto de 2000 con la inauguración de una placa y una ofrenda floral
Sallent de Gállego tiene desde ayer una calle dedicada a los agentes de la guardia civil Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas, asesinados por ETA el 20 de agosto de 2000, año en el que la banda asesinó a 23 personas y perpetró 70 atentados. En la placa, sobre un fondo azul, se puede leer la inscripción 'Calle Irene y José Ángel', acompañada con la foto de los dos agentes asesinados con una bomba lapa cargada con seis kilos de explosivo. El Ayuntamiento del municipio altoaragonés inauguró ayer la placa durante el acto de homenaje a los dos guardias civiles con el que también quisieron dejar constancia del apoyo a todas las víctimas del terrorismo.
Irene Fernández Perera, de 32 años, era natural de Las Agüeras (Asturias), en el concejo de Quirós. Fue la primera guardia del instituto armado asesinada por ETA. José Ángel de Jesús Encinas, de 22 años, era natural de Talavera de la Reina (Toledo), llevaba tres meses en Sallent cuando fue asesinado y quería ingresar en el Servicio de Montaña de la Guardia Civil.
Los dos agentes fueron asesinados hace 25 años con una bomba lapa adosada a los bajos del Nissan Patrol que ETA hizo explosionar cuando la agente Fernández se disponía a arrancarlo para hacer la ronda diaria acompañada del guardia De Jesús. La deflagración lanzó a Irene a diez metros del coche y murió en el acto. Su compañero falleció a las pocas horas.
La plaza Villa de Tena, donde tuvo lugar el atentado se llenó de humo y fuego, y el coche de los agentes de la Guardia Civil quedó partido en dos. «La imagen era como la de una acción de guerra», recordaba un vecino testigo de la explosión. Su testimonio forma parte del documental 'Dos vidas' emitido ayer en Aragón TV, en el que los padres de José Ángel, José de Jesús y María del Prado Encinas, rememoran el peor día de su vida y aseguran que «la rabia y la impotencia te va a quedar siempre. Nuestro hijo tan solo tenía 22 años. Estaba en la flor de la vida».
El acto en memoria de los dos agentes de la Guardia Civil comenzó con una misa en la iglesia de Sallent. Después, como todos los años, en la plaza Valle de Tena, lugar del atentado, se realizó una emotiva ofrenda floral. Allí, los familiares de las víctimas recibieron el apoyo de vecinos y autoridades, encabezados por el consejero de Hacienda e Interior del Gobierno de Aragón, Roberto Bermúdez de Castro; el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán; y el alcalde de Sallent de Gállego, Jesús Gericó, que manifestó la tristeza que supone que «dos familias vengan cada 20 de agosto a llorar a sus seres queridos que perdieron la vida en nuestro pueblo».
Tras el homenaje, el padre del agente asesinado se mostró «muy orgulloso de que tanto la ciudadanía de Sallent como allegados y autoridades están con nosotros recordándolo, y más en el 25 aniversario». María Ángeles Perera, madre de Irene Fernández, muy emocionada, confesó que a pesar de los años transcurridos, «esta mañana he estado a punto de hundirme cuando hemos bajado las flores».
Las instrucciones de 'Txapote'
Tres miembros de ETA fueron detenidos, juzgados y condenados por la Audiencia Nacional como autores materiales del atentado. También se condenó al dirigente de la banda, Xabier García Gaztelu, 'Txapote', como inductor. A todos ellos se les impuso una pena de 75 años de prisión.
Según la resolución judicial, el entonces responsable de los comandos de ETA informó a Guridi Lasa de la existencia del vehículo policial en Sallent de Gállego «estacionado en la vía pública y de fácil acceso», y posteriormente les facilitó el material explosivo que él mismo había confeccionado en una borda que poseía su familia en Zizurkil.
Los documentos y la agenda intervenida a 'Txapote' tras su detención en Francia el 22 de febrero de 2001, demostraron, según el tribunal, la existencia del comando Ttotto, al que éste daba instrucciones para la comisión de atentados, entre ellos el de Sallent de Gállego.
El 23 de febrero del 2001 fue detenido por la Ertzaintza Iñigo Guridi Lasa, quien había participado en la colocación de la bomba lapa. Las investigaciones a raíz de su arresto permitieron identificar a los otros dos autores materiales del crimen: Aitor Agirrebarrena, 'Peio', y Asier Arzalluz, 'Santi'. Ambos fueron detenidos, un año después, el 4 de junio del 2002, en la localidad francesa de Aubusson.
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