El cese de Paz Esteban como directora del CNI intenta salvar politicamente la legislatura, en estado vegetativo tras la grave crisis de confianza abierta entre ... ERC y el PSOE. Esteban se ha convertido en la cabeza de turco a pagar, deja tocada a Margarita Robles y precipita un seismo de consecuencias evidentes en los servicios de inteligencia aunque la ministra de Defensa intentase acotar y minimizar el alcance de la decisión. «Es una sustitución, no una destitución», aseguraba en un alarde de voluntarismo. Se asumen responsabilidades, pero no va a ser suficiente.
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Pero lo que ha faltado en su comparecencia es una explicación solvente y coherente de todo lo ocurrido. ¿Por qué se ha adoptado la decisión? ¿Cuál es el alcance real del escándalo Pegasus tanto en lo relativo con los independentistas como con los miembros del Gobierno? Son preguntas que siguen sin respuesta y que en una democracia madura necesitan ser clarificadas. El cese no va a ser eficaze para apaciguar a ERC y a otros socios del Ejecutivo. Al menos en primera instancia. Pero Sánchez busca oxígeno, aunque sea precario, para ganar tiempo y mantener a flote la legislatura. Contra viento y marea. De hecho, a medio plazo, quizá tras las elecciones andaluzas, no sería para nada descartable una remodelación más ambiciosa del Gobierno. Y entonces se vería si Robles mantiene el respaldo del presidente.
El primer efecto, en todo caso, es que el Ejecutivo aproveche este desenlace para comprometerse en adoptar mecanismos para que todo esto no vuelva a producirse. Y, de paso, volver a ubicar al servicio secreto español fuera de su dependencia directa del Ministerio de Defensa y en el ámbito explícito de la Presidencia del Gobierno. La catarsis es una labor tan necesaria como pendiente.
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