Aitor Esteban (Portavoz del PNV en el Congreso): «Para buscar una salida en Cataluña no es bueno empezar a hablar ahora de un referéndum»

-Estamos ya ante la quinta ola de la pandemia, sobre todo entre los jóvenes. ¿Fue un error terminar con el estado de alarma tan pronto?

-El suministro de vacunas ha funcionado, pero no hubiera pasado nada si se hubiera retrasado un mes o mes y medio el fin del estado de alarma y el toque de queda. También es cierto que la campaña crucial era la turística y eso pesó en la decisión del Gobierno. Pero seamos optimistas, la cosa empieza a encauzarse.

-¿Se está poniendo las pilas el Gobierno de Pedro Sánchez?

-Creo que tiene las condiciones para agotar la legislatura. Tiene un Presupuesto, y no estoy hablando del de 2022, tiene la expectativa de los fondos europeos, y luego sinceramente tampoco hay una alternativa. Lo lógico sería que intentara finalizar la legislatura. Ahora bien, necesita del concurso de varios grupos políticos y eso lo debe atender. Todos tenemos que ser responsables y saber que no podemos pedir nuestros desideratums y la luna, y sabemos que muchas veces nuestros deseos son contrapuestos, pero el Gobierno debería buscar soluciones a los intereses de sus aliados.

-¿Está cumpliendo Sánchez con el PNV?

-Con el PNV en unos temas está cumpliendo y con otros le cuesta, tenemos unos ministerios que funcionan mejor y otros peor. Lo que hace falta es un impulso político desde Moncloa porque muchas veces algunos proyectos afectan a varios ministerios. Luego es verdad que con algunos ministros y ministras hay más interlocución, más disposición y hay otros que son auténticos autómatas, van a lo suyo y tienen poco sentido político.

-El ministro Escrivá, por ejemplo.

-Es que es así, para octubre tenía que estar ya transferido el Ingreso Mínimo Vital y ahí seguimos empantanados.

-¿Los Presupuestos están en el aire?

-Todavía no están presentados, vamos a verlos, hay muchas cosas en juego, pero yo estoy preocupado sinceramente por cómo puede ser este final de año. Es que no estamos pidiendo nada raro, son cosas que están en la legislación. El Gobierno Vasco está defendiendo unánimemente una postura y este ministro, a pesar de los imputs que recibe de otros ministerios, pone el freno para que la ley se cumpla. También me preocupa que haya temas que no se hayan cerrado ya. Por ejemplo, la concertación de los impuestos que ya han entrado en vigor. Todavía estamos pendientes de hacer una comisión mixta para la definición en forma de convenios de las entradas del TAV en Vitoria y en Bilbao. Hay temas que uno no entiende por qué se retrasan.

-¿Qué tal con el ministro Iceta?

-Tenemos una buena relación con él. Tiene sensibilidad autonómica. Y puede ser un elemento que puede ayudar en la búsqueda de soluciones.

-¿Los fondos europeos condicionarán la posición del PNV?

-La fase de implementación de los fondos ha comenzado ya, lo que vemos es que desde las empresas hasta las administraciones públicas no tienen un cuadro claro hacia dónde vamos. Hay algunos ministerios que lo tienen más definido. Por ejemplo, el de Transición Ecológica, pero, aun y todo, nos falta un calendario.

-Sánchez sostiene que el PNV es un socio estratégico...

-Somos vascos y en este país pesan los hechos. Parco en palabra y en hechos largo, dice el dicho. Sí hay una sensibilidad por parte del Gobierno y de su presidente de querer llegar a un acuerdo con el PNV. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, también lo tiene claro, hay normalmente un diálogo fluido, pero luego hay ministerios que van por libre. Sánchez sabe que el valor del PNV va más allá de seis votos.

-¿Y con Podemos? ¿Se llevan mejor con Yolanda Díaz que con Pablo Iglesias?

-Podemos siempre se remite a los acuerdos de coalición que tiene con el PSOE, pero es que para sacar determinadas cosas no es suficiente con el apoyo de los socialistas. Pero la relación con ellos es buena, y con la ministra Yolanda Díaz también. Es uno de los ministerios que llaman, avisan y piden opinión.

-«Nunca digas nunca jamás», le aconsejó al presidente sobre Cataluña. ¿Por qué?

-En la política y en la vida nunca hay que cerrarse, más allá de algunos principios de la dignidad humana que no hay que traspasar. Pero en lo demás hay que ser flexibles. Ya veremos lo que sucede. La solución al final tendrá que pasar porque el pueblo catalán, o el vasco en su momento, se manifieste. Ahora, ¿en qué términos? Ya lo veremos. Entiendo que se quería poner una venda ante algunas críticas de miembros de su propio partido y lo que le iba a caer desde el PP, Vox y Ciudadanos, pero es mejor no usar palabras grandilocuentes.

-Pero él insiste en que el derecho de autodeterminación es una línea roja que el PSOE nunca a va a traspasar.

-Lo que creo es que no es bueno para una salida, haya o no referéndum, hablar ahora de este tema. Es que procesalmente no creo que sea lo más conveniente. Acabamos de salir del tema de los indultos, hay un nuevo Govern catalán... Como vayamos de nuevo a la discusión de los grandes principios, va a ser difícil avanzar. Evidentemente es un objetivo de los nacionalistas catalanes y del Govern catalán, y eso lo tiene que tener en cuenta el Gobierno español, y el pueblo catalán se tendrá que manifestar de alguna manera, pero en la medida de que empecemos a discutir por el final se entorpece el avance incluso hacia ese mismo objetivo, El PP se siente cómodo en ese debate. Le interesa.

-¿Pero una reforma estatutaria sería suficiente atractivo para el soberanismo?

-No puedo hablar en nombre de los catalanes. No sé qué sería suficiente o no, ahora lo que sí sé es que no estamos en el punto en el que estábamos cuando se aprobó el Estatut de Cataluña, que luego fue cepillado, y que incluso fue interpretado por el TC, lo que ha traído después consecuencias para todos. No sé si a veces los catalanes son muy conscientes de ello pero al final el Constitucional ha venido a decir que no hay ningún ámbito que pueda escapar de su intervención. En estos momentos el armazón de la estructura autonómica del Estado español carece de seguridad jurídica.

-¿Habrá vasos comunicantes entre la mesa catalana y el diálogo en Euskadi en busca de un nuevo estatus?

-Vamos a ver lo que da de sí la mesa, si esa mesa catalana va a ser la protagonista de verdad o a va a ser el escaparate. Para hablar de estos temas normalmente lo que uno necesita es cierta discreción y generar un clima de confianza. Nuestra comunicación con los partidos catalanes es muy fluida y claro que vamos a estar atentos. Y ellos también quieren saber, lo cual no quiere decir que todo vaya a ser paralelo y que un proceso va a estar unido al otro. Siendo el fondo del problema nacional el mismo, el modelo territorial del Estado, nuestras características sociales y el momento político y los instrumentos que tenemos son diferentes.

-De entrada, en Euskadi hay un Concierto Económico y allí no...

-No sé si ahora el tema de la financiación, que en un momento pudo servir para resolver el tema, puede ser ya suficiente a estas alturas. Nosotros tenemos el Concierto, que a veces se pone en duda desde algunos estamentos del Estado. La problemática nacional vasca no se acaba con el Concierto. Evidentemente si no tenemos el Concierto o alguien tiene la voluntad de recortarlo, como dijo Andoni Ortuzar, desaparecería el último anclaje que tenemos con España. Por eso estamos repitiendo esa trilogía: reconocimiento nacional vasco, bilateralidad y nuevo pacto, un árbitro neutral.

-¿Es más importante eso que el derecho a decidir?

-Pues a mí claro que me gustaría el derecho a decidir, el votarlo, el que pudieran votar los siete territorios y, además, que nos lo reconocieran España y Francia, pero poco a poco. Claro que el derecho a decidir es algo que vamos a reivindicar siempre, y que vamos a poner encima de la mesa. Formamos parte de una sociedad vasca compleja y queremos que todo el mundo esté lo más cómodo posible. Ahora bien, claro que nos corresponde el derecho a decidir o de autodeterminación.

-¿Hay mimbres para una solución política en Cataluña en esta legislatura o habrá que esperar?

-No sé cómo va a ser la siguiente legislatura, ahora hay mayorías en el Parlamento que la posibilitarían. El PSOE tiene que trabajar esas nuevas garantías aun cuando el PP no entre.

-¿Pero es viable una reforma del modelo territorial sin el PP?

-No es lo ideal, pero tampoco vamos a estar esperando toda la vida al PP. Con cada cambio, dicen, se va a romper España, y luego se ve que no pasa nada de eso. Sánchez debe ser valiente. Es paradójico. Al PP nadie le va discutir que es el patriota español por antonomasia, cosa que al PSOE ridículamente se le discute porque si alguien sustenta en este momento al Estado español es el Partido Socialista, no el PP.

-Es que ustedes están defendiendo un modelo confederal...

-Lo que no me vale es que estemos intentando buscar soluciones desde planteamientos irreales. Euskadi y Cataluña son algo diferente. Canarias también tiene su especificidad insular. Intentar solucionar esto en el modelo autonómico del 'café para todos' no funciona. Sería mucho más fácil aceptar esto y admitir que hay hechos nacionales y que el tratamiento debe ser diferente. Un modelo confederal implicaría poder irnos de ese Estado en un momento dado. Lo que pedimos ahora es dar una pensada al autonómico. El de hoy no tiene que ver nada con el inicial del 78.

-¿Pero Sánchez por primera vez ha establecido un cronograma de cumplimiento del Estatuto?

-Sí, que ha vuelto a incumplir. También logramos un cronograma sobre el TAV, que asumió Rajoy y luego Sánchez, y el presidente se lo ha saltado.

-¿Qué le dice la palabra cogobernanza?

-A Sánchez le digo: usted gobierne como tiene que gobernar, encárguese de sus competencias, pero déjeme a mí encargarme de las mías por favor.

-¿Y la conferencia de presidentes autonómicos?

-No vale para nada. Incluso en el Covid, que podría estar un poco justificado, ¡Si encima se retransmiten por televisión!

-¿Y la Comisión Interterritorial de Salud?

-Ha funcionado en algunas cosas, pero está por ver si con la vuelta a la normalidad es necesaria.