El centenar de pistolas sin recuperar de Vauvert calibrará el desarme de ETA
Francia teme que no sean entregadas las armas del crimen del brigadier Nérin, última víctima
FERNANDO ITURRIBARRÍA
Viernes, 7 de abril 2017, 06:27
Las autoridades francesas consideran que el centenar de armas que falta por recuperar del robo de Vauvert, el arsenal más moderno que ha constituido la dotación habitual de los últimos comandos, representa el referente más fiel para calibrar el alcance real del anunciado desarme de ETA. En esa partida pendiente de devolver figuran las dos pistolas del crimen del brigadier Jean-Serge Nérin, primer policía francés y última víctima mortal de las balas etarras, aunque los servicios antiterroristas galos se temen que no serán restituidas debido a su valor incriminatorio. El armamento restituido deberá ser sometido a peritajes balísticos con la esperanza de esclarecer la autoría de atentados aún no resueltos.
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«Se podrá determinar la realidad del desarme en relación con elementos seguros que tenemos como es el caso del atraco de Vauvert», indicaron a este periódico en los juzgados antiterroristas de París en donde se han instruido los sumarios por los varios asaltos a mano armada perpetrados por comandos etarras a empresas francesas. Además del armamento, se robaron miles de placas de matrícula y de documentos para falsificaciones así como toneladas de dinamita y sustancias explosivas que ya están caducadas. «Son los únicos datos fiables para establecer una comparación cifrada», insistieron en el centro neurálgico de las causas abiertas contra ETA.
El robo de Vauvert fue cometido el 23 de octubre de 2006 en el almacén que tenía en esa localidad cercana a Nîmes la empresa Sociedad de Importación y Distribución de Armas y Municiones (SIDAM). El volumen del botín ha estado sometido a un baile de cifras en las estimaciones policiales, ya que los atracadores también se llevaron cantidad de piezas sueltas con las que se pueden ensamblar más armas cortas. El inventario oficial, establecido conforme al peritaje de la compañía de seguros que valoró en 189.967 euros la mercancía expoliada, totaliza 192 revólveres y 150 pistolas además de 200 elementos entre armazones, barriletes, cañones y culatas. Con la excepción de una decena de pistolas checas Ceska Zbrojovka (CZ), las 342 armas robadas eran de la marca estadounidense Smith&Wesson (S&W) que surtía a la compañía asaltada.
Las policías española y francesa han recuperado durante el último decenio la mayor parte del botín de Vauvert en posesión de activistas detenidos o en los diferentes zulos desmantelados a ambos lados de la frontera. «Quedan en circulación algo más de un centenar de armas completas y varias decenas de piezas sueltas», calculan en la Subdirección Antiterrorista (SDAT) de la Dirección General de la Policía Judicial francesa, el cuerpo especializado en la persecución de las actividades de ETA en Francia.
Casquillos
En el armamento ya peritado faltan las dos pistolas que percutieron las dos balas que hirieron mortalmente al brigadier Nérin el 16 de marzo de 2010 en Villiers-en-Bière, localidad situada a 60 kilómetros al sur de París. Por los casquillos percutidos hallados en el escenario del crimen se sabe que se trata de pistolas automáticas S&W modelo SW1911 del calibre 45ACP de las que el comando etarra se llevó 60 unidades de la armería de Vauvert. Dotación del Ejército de Estados Unidos durante 75 años, en la guerra de Vietnam eran conocidas como 'the man stoppeur' por su poder letal contra blancos humanos. «Me sorprendería que las encontráramos», reconoció el interlocutor consultado por este periódico en los juzgados antiterroristas. «ETA no va a devolverlas porque se arriesga a una investigación por asesinato. Es un crimen de sangre, encima de un policía, y no se puede hacer borrón y cuenta nueva», subrayó.
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Por el asesinato de Nérin fue condenado a cadena perpetua Mikel Karrera, 'Ata', que va a volver a ser juzgado en París del 20 de noviembre al 15 de diciembre próximos como consecuencia de los recursos presentados contra la sentencia. La aparición de las armas del crimen favorecería la resolución definitiva del caso y contribuiría a la identificación del otro coautor tras quedar exonerado de ese cargo Xabier Goienetxea Iragorri, 'Goiene', en el primer proceso por falta de pruebas.
Esa circunstancia ya se produjo en el juicio por el asesinato de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton (Las Landas). El arma del crimen, por el que Karrera también está condenado a perpetuidad, fue identificada en agosto de 2012 cuando el sumario del caso ya estaba cerrado. Se trata de una pistola semiautomática S&W modelo MP9 que había sido hallada en un zulo operativo descubierto el 11 de octubre de 2009 en Rivières (sur de Francia). Estaba etiquetada, embadurnada de grasa y envuelta en varias capas de película aislante.
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La diferencia con el caso Nérin es que la recuperación del arma de Capbreton fue fruto de un decomiso policial mientras que ahora sería la entrega voluntaria de unas pistolas por las que en París se apuesta que ya no están en los arsenales etarras. «En la concepción de ETA, guardar un arma que ha servido para matar guardias civiles no es lo mismo que hacerlo con un arma que ha matado a un policía galo en Francia», opinó una de las fuentes citadas.
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