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Mercado central. Visit València
Valencia

Los mercados de Valencia y su irresistible encanto

Recorremos la ciudad de Valencia a través de cuatro zocos techados con toneladas de historia

Kino Verdú

Viernes, 31 de marzo 2023, 06:58

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Los mercados de abastos son lugares de encuentro ('hubs' los llaman ahora) que transpiran algarabía y hablan, y mucho, de una urbe. La capital del Turia es un vergel suculento para los que disfrutan de pasear entre puestos repletos de alimentos y claro, llenar el carrito a la voz de ¿quién es la última o el último? Es una buena excusa para dejarse caer por una ciudad que, a los eventos por el centenario del pintor Joaquín Sorolla, se une la gala que el 20 de junio escoge los premios culinarios 'The World's 50 Best Restaurants'.

Valencia bulle, como su Mercado Central, la mayor plaza de productos frescos de Europa que alberga cerca de 300 colmados a lo largo de sus más de 8.000 metros cuadrados anidados en un maravilloso edificio modernista atravesado por columnas de hierro, vidrieras y azulejos. Según la cadena de televisión británica BBC, es uno de los más bonitos del mundo, ahí es nada.

La Plaça del Mercat ya acogía, allá en 1839, un zoco al aire libre llamado Mercado Nuevo, pero había que imprimirle más enjundia y en 1928 se inauguró el que hoy conocemos, obra de los arquitectos Alejandro Soler March y Francisco Guardia Vial. Una catedral a mayor gloria de verduras, pescados (esas anguilas vivas…), caracoles cabrilla o 'avellanet', carnes, tomates de Perelló, judías 'rojet', 'bajoqueta' o 'garrofó' y frutas de la huerta, ¡qué estamos en la Ciutat Vella! Una parada indispensable: tapear en el 'Central Bar', la taberna tradicional del mercado en manos del gran chef Ricard Camarena.

Ni tan lejos ni tan cerca, a un paso del museo IVAM, se yergue el Mercado Municipal de la Plaza Rojas Clemente, una entrañable 'despensa' de barrio (cálido y cercano apelativo, cómo nos gusta) que nació un 15 de diciembre de 1963 gracias a la energía de los ciudadanos de la zona: ellos decidieron que querían eso, un mercado en el que adquirir viandas frescas de todo pelaje, ecológicas y salazones.

Tradición y tendencia

El Mercado de Colón es un emblema, un gozo para la vista y el refinado 'canalleo' que exuda la egregia y burguesa barriada de El Ensanche. Uno de los edificios más representativos del modernismo valenciano, proyectado por el arquitecto Francisco Mora Berenguer a principios del siglo XX, exhibe la etiqueta de Monumento Nacional y vio la luz como mercado de los de-toda-la-vida.

Hoy en día ejerce, al albur de esa reconversión que ha transformado un puñado de enclaves de abastos antañones en toda España, de enclave destinado al ocio gastro-'shopping': restaurantes, bares, moda, artesanía, vinos, complementos, decoración, arte y, bueno, aun mantiene algún que otro puesto (orientado a esa vena delicatesen) de carne, fruta, flores, charcutería y horchata (que sí, que continuamos en Valencia).

Mercado de Ruzafa. Visit València

Nos da igual. Es un placer deambular por sus 3.500 metros cuadrados repartidos en tres naves flanqueadas en sus fronteras por portones de ladrillo y piedra, su estructura abierta en la que la luz entra sin vergüenza, su alta techumbre y su ornamentada fachada constelada con detalles de cerámica autóctona y la verja artística de forja que rodea todo su cuerpo. Como sucede en todas las urbes inquietas, nerviosas, Valencia también posee un conglomerado de callejuelas chic, bohemias, 'cool', que hay que patear para enterarse qué se cuece, de qué va la cosa en la ciudad.

Y este hormigueo late en el barrio de Russafa (o Ruzafa, lo que usted diga). Corría el año 1957 cuando se puso la primera piedra, esbozada por Julio Bellot Senent en un estilo brutalista (oda al hormigón) frente a la iglesia barroca de San Valero y San Vicente Mártir. En el 62 terminaron las obras: nació el Mercado de Russafa. No tiene pérdida porque en el 2010 se le añadieron esos vistosos tonos azules y cítricos que circundan su piel que abruman de color y de alegría, sí, esa que se respira en sus 4.780 metros cuadrados y 160 puestos.

Mercado Colón. Visit València

El segundo mercado más grande de la Comunitat Valenciana, tras el Central, refleja, al igual que su hermano mayor, su amor por los manjares cercanos, de proximidad aunque, quizás, conserva un espíritu más… más de barrio, esa es la expresión. No se va a aburrir: pescados (aglutinados en una zona), encurtidos, caza, salazones, aves, algas, frutas, verduras, embutidos, panaderías y dulcerías, flores e insectos comestibles (es la zona 'guay' de la ciudad…) o, como anécdota, los productos gourmet traídos de la Campania y Nápoles por el regatista de la America's Cup Carlo Castellano y que pone a la vista en su puesto 'Bello e buono'.

Si atinamos aún más la mirilla, por ahí aparecen el imprescindible, a decir de muchos asiduos, 'Carnes Filo', con una increíble variedad de productos cárnicos y cortes para todos los gustos (y sobrasadas artesanales…); la 'Quesería Santa Claus, con más de medio siglo dando el callo en este mercado, y, ya que andamos en esta faena, 'Solo Queso', en el que atisbar quesos artesanales procedentes de cualquier rincón de España, vinos, cervezas y sidras; 'Verduras Eulogio', un huerto de frutas, hortalizas y verduras de primer orden; y el exotismo que llega de la mano de 'Bentriat', con sus especialidades gastronómicas árabes, italianas y griegas.

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