Editorial

Se vende todo

Los pisos usados reinan en el 29,2% de subida interanual de las operaciones en Euskadi, con oferta escasa y crédito más accesible

Miércoles, 6 de agosto 2025, 02:00

Más de 700.000 viviendas vendidas en España en los últimos doce meses, la mayor cifra en diecisiete años, hablan de un crecimiento imparable del ... volumen de operaciones. Los datos publicados ayer por el INE confirman lo que para el sector inmobiliario ya se anticipa como un «histórico» 2025, después de los años en los que el incremento de tipos de interés mandó parar. Su desescalada sustenta la mayor confianza de los consumidores que, después de haber acumulado ahorro incluso en tiempos difíciles, están por fin dispuestos a cruzar la puerta de unos bancos que les esperan con condiciones crediticias que consideran asumibles.

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El ánimo comprador se topa con un mercado 'caliente': una oferta muy escasa y, como consecuencia, precios por las nubes, que exigen a las familias disposición a endeudarse por una cantidad mayor. El buen comportamiento general del empleo, más estable y con subidas salariales por encima de la inflación, está detrás de aumentos del 17,9% en las compraventas como el registrado en junio. En el caso de Euskadi, el incremento interanual trepó hasta el 29,2%, lo que la convierte en la cuarta comunidad autónoma con mayor crecimiento. Y en Gipuzkoa, la compra de pisos firma el mejor junio de su historia. La vivienda usada reina a la fuerza en un mercado que apenas tiene inmuebles nuevos que exhibir. De los casi 2.300 pisos que cambiaron de manos en junio en el País Vasco, más de 1.900 fueron de segunda mano. La oferta libre protagoniza el 90% de las transacciones y la protegida, solo una de cada diez operaciones.

La comparación con la etapa que terminó en el pinchazo de la burbuja inmobiliaria de 2007 resulta inevitable. En los seis primeros meses de aquel año se cerraron en España 430.000 compraventas, frente a 360.000 en el mismo periodo del presente ejercicio. Ahora no existe aquella construcción desmesurada y la situación económica de las familias es más solvente. No de todas, claro está, solo de las que disponen de medios para adquirir un piso que pueden convertir en domicilio habitual, pero también ponerlo en alquiler permanente o de temporada. El optimismo comprador que dinamiza el mercado inmobiliario se muestra ajeno, de momento, a la incertidumbre económica y política mundial. Y los bancos disparan la contratación de hipotecas. Parece pertinente una llamada a las buenas prácticas que protejan a los clientes de decisiones irresponsables y a las entidades de impagos.

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