Editorial

Bálsamo emprendedor

Lunes, 25 de agosto 2025, 06:16

El crecimiento de los autónomos societarios, con Euskadi a la cabeza, refleja un cambio significativo en el autoempleo. El colectivo supone ya más de un ... tercio de los trabajadores por cuenta propia, impulsado por la búsqueda de mayor seguridad y una fiscalidad atractiva. En caso de fracaso, la responsabilidad patrimonial recae en la sociedad, y el autónomo no tiene que responder con sus propios bienes, un alivio frente a la incertidumbre. La cruz de la moneda es el coste de la actividad. El precio del alquiler está desbocado. De hecho, llegan a destinar hasta el 50% de sus ingresos netos para pagar un local, lo que asfixia a muchos negocios y limita su capacidad de reinversión. Esto ha generado una sangría en cierres de comercios debido a la carga del alquiler, y se pide regular su coste en zonas tensionadas, sobre todo en las grandes ciudades, debido a la especulación. Otro de los problemas que acarrea esa precariedad, tanto patrimonial como la de afrontar el precio de la renta, es que propende a que esos autónomos se vean abocados a cobrar en dinero negro, pues debilita la transparencia económica, precariza su futuro y burla a la hacienda pública, con el consiguiente perjuicio contra las necesidades del país.

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