Raquel Oliver da los últimos toques a un vestido de novia como los que presentará mañana en Ibaiondo. OIER ASO (ARTEFOTO)

Pasaia

Raquel Oliver celebra con un desfile los diez años de su firma de moda, Sorika

El evento, abierto al público, tendrá lugar este sábado en el frontón Ibaiondo de Antxo, su población natal

Elena Viñas

pasaia.

Jueves, 20 de noviembre 2025, 20:01

Raquel Oliver ultima a contrarreloj los preparativos del desfile de moda que celebrará mañana, sábado, a partir de las 19.00 horas, en el frontón Ibaiondo de Pasai Antxo. Con él, la diseñadora pasaitarra conmemora los diez años de trayectoria profesional y la creación de su firma, que recibe el nombre de Sorika y que está especializada en «la costura a medida».

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Hasta un máximo de 350 personas tendrán la oportunidad de disfrutar de la presentación de un total de diez creaciones de vestidos de novia y de fiesta o invitada, así como de una colección sorpresa. «Ya tengo 260 personas apuntadas. Algunas no son de mi entorno, pero me están escribiendo y no tengo ningún problema en apuntarlas», asegura Oliver, quien no oculta la emoción que siente ante el evento que llevará a cabo en su población natal.

«He elegido Antxo porque soy de aquí. Además, aquí comencé mi andadura y aquí vive mi gente, incluidos mis padres, quienes también regentaron un negocio en este pueblo, el Laket. Me hacía muchísima ilusión organizar el desfile en esta población», reconoce.

«Coso para todo el mundo. En Sorika todo el mundo tiene cabida, independientemente de su estilo y medidas»«Ha habido mucha pelea, pero aquí estoy. Lo he conseguido. Si he salido adelante con lo que he vivido, puedo con todo»

Ibaiondo se convertirá en una pasarela, en la que, por unas horas, las competiciones de pelota cederán el protagonismo al glamour de cinco diseños ideados para dar el 'sí, quiero' y otros cinco dignos de la invitada perfecta de cualquier celebración. Todos ellos forman parte de una colección denominada Lucía.

«Es el nombre de mi hija de tres años y significa luminosidad, casi lo mismo que el nombre de mi hijo mayor, Luka, que quiere decir el hombre que ilumina. La colección la diseñé cuando nació ella, pero no la había sacado aún a la luz. Va a ser su estreno», manifiesta su autora.

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Modelos de «cuerpos reales»

Los vestidos los lucirán una decena de modelos. De ellas, solo dos son actualmente profesionales. El resto también fueron modelos en otro tiempo, aunque ya no.

«Presento cuerpos más reales porque yo coso para todo el mundo. En Sorika todo el mundo tiene cabida, independientemente de su estilo y medidas. Por eso, entre las modelos participantes hay una talla XL, una embarazada de ocho meses... Soy una persona que está en contra de que los desfiles los hagan siempre chicas delgadas y altas. Por ese motivo, yo no podía ahora hacer lo mismo», argumenta.

Su intención es que, además, su propia clientela se vea representada en el desfile. Al fin y al cabo, Raquel Oliver cose para un público «muy amplio», que va desde niñas de corta edad a mujeres que ya son abuelas.

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Al término del desfile de mañana, los asistentes podrán degustar un pequeño lunch en el mencionado equipamiento deportivo de titularidad municipal. Será el momento perfecto para intercambiar confidencias con la responsable de Sorika y rememorar vivencias compartidas a lo largo de esta década.

«Ha sido duro»

Cuando Raquel echa la vista atrás, asegura sentirse «contenta» de su trayectoria, aunque confiesa que esta «ha sido dura» a consecuencia de los golpes que le tenía reservados la vida. «No inicié un camino fácil, pero opté por liarme la manta la cabeza y luchar», admite, mientras hace repaso de los momentos más difíciles, como la enfermedad de su marido, Aitor, fallecido hace nueve años, y la llegada de la pandemia. «Ha habido mucha pelea, pero aquí estoy. Lo he conseguido. Si he salido adelante con lo que he vivido, puedo con todo», afirma.

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No menos mérito tiene el hecho de que prácticamente todo su trabajo lo desarrolla en solitario. Desde el diseño de la prenda de ropa hasta su confección. «Ahora he conseguido algo de ayuda -afirma-. Soy yo sola en el taller. La ayuda suele ser externa para la creación de tocados, tomar fotos...».

Para finalizar, la diseñadora de moda no duda en dar las gracias a todas las clientas que han confiado en ella en este tiempo. «Al final, estoy en un barrio de Donostia, el de Altza, un poco escondida y pese a ello, vienen a verme». concluye.

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