Karol Monzón asegura que todavía se recupera del susto.

Errenteria

«Lur era como un hijo para mi ama, y por desgracia ya no está»

Dolor. Karol Monzón denuncia que un perro potencialmente peligroso acabó con la vida de la mascota de su madre Loli, quien presenció todo lo acontecido

Martin Sansinenea

Errenteria

Lunes, 11 de agosto 2025, 20:45

El pasado 31 de julio no fue una fecha cualquiera para Karol Monzón y su madre. «Estoy algo más tranquila, pero no puedo quitarme de ... la cabeza la imagen de Lur, simplemente no puedo», reconoce dolida. Parecía una jornada tranquila, en la que «mi madre, Loli, bajó a tomar algo al bar de siempre con su perro». Sin embargo, ninguna de las dos esperaba el fatídico final.

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«Mi madre vio cómo bajaba un tipo con sus dos perros, un rottweiler, que estaba atado y con bozal, y un stafford terrier, que andaba suelta y sin bozal». Dos animales pertenecientes al grupo de potencialmente peligrosos. «Nada más verles, mi madre trató de esconder a Lur bajo la mesa, pero desgraciadamente nuestro perrito se quedó enganchado, quedando a merced del stafford terrier, que acompañó el ataque del rottweiler», asegura Monzón.

«Para cuando mi madre intentó separarles, ya era tarde», explica, afirmando que Lur, de dieciséis años, no pudo siquiera defenderse. «Mi madre me llamó, y a los dos minutos me presenté en el lugar. Había un gran charco de sangre, mi ama estaba teñida de rojo, la escena era horrible», explia Monzón. Tras ello, «tratamos de subirle al veterinario, pero la pérdida de sangre fue muy grande, y Lur murió antes de llegar».

«Iré hasta el final por la vía civil, no importa todo el trabajo y el coste que pueda tener»

Una pérdida «enorme para mi madre», subraya Monzón. «Era como un hijo para ella, así me lo dijo». Y es que Lur «lo era todo». Ambas lo están pasando mal. «A pesar de que estamos más tranquilas, el susto y la pérdida han sido tan grandes que reponernos nos va a costar».

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Sentimiento de culpa

Asimismo, Monzón afirma que «mi ama tiene un gran sentimiento de culpa». Algo habitual en situaciones como esta. «Se pregunta varias veces eso de 'si hubiera hecho esto o lo otro, quizás Lur seguiría aquí'». No obstante Monzón lo tiene claro. «No pudo hacer nada, esas cosas pasan en décimas de segundo, y mi ama, a sus 71 años no puede parar a un perro de esas características».

Un suceso que sin duda ha afectado mucho a esta familia. Por ello, ahora surgen las dudas, las preguntas, y muchas de ellas no tienen fácil respuesta. «Tras acudir a hablar con el dueño de los perros, no noté ni un poco de lástima, la cara no la cambió en ningún momento. Tampoco nos pidió perdón por lo ocurrido», lamenta.

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Monzón explica que está preparando acciones legales para «hacer un poco de justicia, aunque será imposible que Lur vuelva a estar con nosotras». En este aspecto lo tiene claro: «Iré hasta el final por la vía civil, no importa todo el trabajo y el coste que pueda tener, porque lo que ha ocurrido no es normal».

Asimismo, Monzón opina que «la Ley de Bienestar Animal tiene complicaciones para actuar en los casos en los que un perro acaba con la vida de otro». En esta línea, y tras más de una semana, «seguimos esperando a que pueda tener todo listo para poder continuar».

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No obstante, y tras todo lo ocurrido, tanto Monzón como su familia esperan que «el tiempo poco a poco vaya curando las heridas, aunque creo que costará mucho que se cicatricen por completo».

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