Juan Carlos Lizarbe en el interior de Don Bosco.

Errenteria

«La Formación Profesional es un camino directo para tener un empleo»

El director del centro Don Bosco, Juan Carlos Lizarbe, explica las razones por las que la FP está siendo una opción cada vez más popular entre los estudiantes

Martin Sansinenea

Errenteria

Sábado, 9 de agosto 2025, 20:10

La Formación Profesional vive uno de sus mejores momentos gracias a una oferta de calidad y su amplias tasas de empleabilidad. Lo saben bien en ... Don Bosco, un centro en el que los alumnos prácticamente salen con un trabajo bajo el brazo. Y no es una cuestión de suerte. Juan Carlos Lizarbe, director del centro explica cuáles son las claves para conseguir que el alumnado salga con una buena preparación y listos para saltar al mundo laboral. Entre ellos destacan dos: «una metodología que les prepara para la vida laboral y el incansable trabajo por innovar».

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– Parece que en el próximo curso tendrán un récord de alumnos matriculados.

– Es cierto. Este curso esperamos batir el número de matriculados. Se prevé un aumento del 30% y esperamos llegar hasta los 1.500 alumnos. Una cifra fantástica que demuestra el buen trabajo que se hace.

PREFERENCIAS«Más alla del perfil técnico, las empresas quieren a personas que quieran trabajar»METODOLOGÍA«Planteamos retos a los alumnos, para que estos los resuelvan en un periodo de tiempo»DOCENTES«Los profesores de Don Bosco está constantemente innovando para ofrecer lo mejor»

– ¿Ve usted que ha habido un cambio de percepción respecto a la FP?

– Llevo más de 30 años en la FP y he vivido ese cambio que se ha ido produciendo poco a poco. Se ha visto es que la FP es un camino directo al mundo laboral. En otras etapas, al finalizar los estudios uno tiene que buscarse la vida, pero la FP es un proceso más avanzado porque el aprendizaje empieza en el aula pero finaliza en una empresa.

– En este aspecto, las empresas se nutren mucho del talento que sale de la FP, ¿qué cualidades exigen?

– Lejos de la especialización que cada alumno pueda tener, lo que nos piden las empresas es que sean responsables y tengan ganas de aprender y trabajar. Es curioso. Antes quizás para un trabajo en concreto pedían perfiles muy específicos, pero eso también ha cambiado. Hemos visto que valoran muchísimo más a la persona y su desarrollo a futuro. Además, cabe destacar que lo que aprenden aquí puede ser algo caduco, porque los tiempos cambian cada vez más rápido, y por tanto mientras trabajan tienen que prepararse para las nuevas herramientas.

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– Al igual que el entorno cambia, ¿la manera de enseñar también ha evolucionado?

– Sin duda. El mayor reflejo de ese cambio son las aulas. Es un espectáculo. Antes las clases se impartían con pupitres de por medio, pero ahora eso es distinto. Tenemos aulas completamente abiertas. Con esto lo que conseguimos es que los alumnos desarrollen otro tipo de competencias, algo fundamental para el futuro.

–¿Cómo es una clase normal en Don Bosco?

–Tenemos un método disruptivo, y que no es fácil de implementar. Aquí rompemos el horario. No hay una clase de nueve a diez y otra de diez a once. Lo que hacemos es plantear retos. Y tras formar grupos, los alumnos tienen que resolver esos problemas en dos o tres semanas. Se les dan unas claves para el proceso, pero tratamos de que sean ellos los que lo resuelvan para que vean cómo se trabaja en una empresa real.

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– En este aspecto, separarlos en grupo los prepara para el entorno laboral.

– Exacto. Cuando llegan a un trabajo se encuentran a personas que piensan de manera distinta. Cada trabajador tiene sus cosas fuera del empleo, y eso es algo con lo que tienen que lidiar. Por eso los grupos los hacemos de manera aleatoria, para poder crear el mismo ambiente que tendrán en un futuro.

– ¿Aplicando este método están obteniendo un buen grado de empleabilidad?

– Diría que la empleabilidad es prácticamente del 100%. Depende del contexto socioeconómico, pero en estos momentos nuestro alumnado encuentra trabajo. El que sale de aquí y no trabaja, es porque tiene otras expectativas, o quiere seguir estudiando, o quiere hacer otras cosas.

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– ¿Qué retos cree que tiene la Formación Profesional?

– La innovación es siempre un reto a tener en cuenta. No obstante, si algo bueno ha tenido la FP en Euskadi es que siempre ha apostado por la innovación. En Don Bosco el profesorado realiza proyectos de innovación aplicada al producto. Y eso permite que el profesorado esté en la última tecnología. Por ejemplo, con los coches eléctricos empezamos hace casi 15 años, y eso permite adelantarte un poco al cambio, pero siempre es difícil estar a la última.

– Esa perspectiva deben apoyarla las instituciones para que sea efectiva, ¿verdad?

– Sin duda. Y creo que aquí el Departamento de Educación apoya el proceso de innovación en la FP.

– Por su parte, se dice que hacen falta trabajadores, ¿ustedes lo notan?

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– Diría que la falta de mano de obra es un reto a nivel europeo. Falta gente en todos los sectores. No debemos permitir que nadie se quede atrás. Todo el mundo en estas sociedades es necesario y puede aportar. Por ello, debemos reenganchar a esos jóvenes que se hayan podido quedar rezagados.

– Para terminar, ¿qué grado diría usted que es el que más tirón tiene entre los jóvenes?

– Mecatrónica y automoción son siempre unos grados que la gente demanda. Sin embargo, estos últimos años el grado de química está subiendo mucho. Es un sector muy atractivo, y las plazas se llenarán seguro.

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