Errenteria

Encuentros abiertos con una mirada cómica

DV ha charlado con la payasa y formadora argentina Marina Barbera en una de las sesiones llevadas a cabo junto al grupo esta semana, antes de ofrecer la formación específica de cara al fin de semana en encuentros totalmente abiertos a la ciudadanía, donde el cupo está prácticamente completo (para inscribirse hay que llamar al 625 409 275 o 656 792 832). Antes, no obstante, conviene recordar el origen de este grupo, cuyo objetivo hace ya más de tres años era propiciar un espacio para reencontrarse con el juego, vencer la timidez y trabajar la expresión corporal y verbal desde el humor. Un reto interesante pero complejo.

Semana tras semana continúan trabajando en la formación, bajo la batuta de la coordinadora Sofía Facal en Lugaritz Kultur-Etxea de Donostia, donde realizan clases monográficas y además organizan talleres abiertos (dicho de otra manera, 'masterclass') como el que realizará estos días Marina Barbera, pero en el municipio errenteriarra. En su corto recorrido -la pandemia les privó de reunirles durante un tiempo- han tenido visitas de figuras relevantes, como Sergio Jabáten, Ayelén Ormaechea, Marcelo Katz, Mafalda Saloio o Gabriel Chamé, entre otros.

Esta vez han decidido ir más allá, porque el taller de klown con la prestigiosa actriz, payasa y formadora argentina será un cursillo abierto; es decir, no está dirigido solamente a las personas integrantes de 'Les Underklowns', sino que el objetivo es que cualquier persona que sintonice con este espíritu, o tenga curiosidad por tomar contacto con él, se pueda enterar sobre ello.

Barbera, quien se dedica al arte y pedagogía del clown, ha aterrizado en el País Vasco por segunda vez -lo hizo en 2019 al impartir un curso en San Sebastián- gracias a Facal. «Le conozco», afirma, destacando que su grupo «viene trabajando y teniendo una continuidad, por lo que simplemente se trata de sumarme a ellos durante unos días», indica la argentina. Al preguntarle por el propio curso, apunta que «la formación del clown es una formación escénica. Soy actriz, me he dedicado a la actuación desde hace 23 años y me oriento hacia el trabajo del intérprete en la escena. La máscara del payaso se relaciona con el humor y muchas veces se relaciona con el teatro dirigido a niños y niñas, pero en este caso la búsqueda amplía la visión», argumenta.

Subraya que el objetivo es «tratar de conectar con el espectador de un modo directo, sensible, vulnerable y a partir de ahí empezar a componer la presencia escénica», recalca. Se entrena el juego en la escena, la improvisación. Si bien el curso «está dirigido al público general, muchos participan por dedicarse al teatro». El clown «en ocasiones se relaciona con la animación y el entretenimiento, aquí estamos ampliando en la escena», revela.

Su trayectoria le avala. Comenzó sus estudios como actriz formándose en la escuela de Agustín Alezzo en Buenos Aires y desde hace 23 años ofrece talleres y espectáculos en Argentina y viajando por diversos países. Algunos de sus maestros en el lenguaje han sido Cristina Martí, Guillermo Angelelli, Gabriel Chamé Buendía (en Argentina), Ricardo Pucceti (Brasil) y Sue Morrison (Canadá). Figuras de renombre.

No obstante, no comenzó dedicándose al clown. «Cuando estaba estudiando teatro, siempre tenía una orientación de actriz seria. Observaba que la gente se reía en mis apariciones, entonces empecé a investigar sobre el humor y mientras estaba ensayando una obra, el director me dijo que estaba haciendo clown y no me daba cuenta. Ahí comenzó todo», recuerda. «Ver al espectador significaba sentir una gran libertad. Cuando empecé a ver a los ojos, vi que era el camino por el cual quería seguir», apunta.

Para Barbera, la coulrofobia (miedo irracional a los payasos) es un «desafío mediático que se instaló tras aparecer payasos en películas terroríficas». Aun así, piensa que «hay que tratar la complicidad desde el humor. La nariz es un objeto que tiene su poder como máscara, pero también es una herramienta pedagógica», se refiere. Actuar en el País Vasco para ella es como «estar en casa, no siento distancia y el público facilita la conexión. Argentina es una mezcla de colectividades, entonces cuando viajamos a este continente aparece la afinidad rápidamente».

Se alegra porque en los últimos años «también se ha visibilizado la figura de la payasa en el lugar de la mujer y no solo en el hombre, es un momento importante», finaliza Barbera.