Carrocería familiar con hechuras de deportivo y 450 CV de potencia

En la actualización que recibió perdió la leyenda 'Quattro' en la calandra principal, desaparecieron las entradas de aire verticales, y recibió unos grupos ópticos de nuevo diseño. En la trasera los pilotos cuentan ahora con una franja cromada en su parte central, que continua de color negro sobre el portón para unir ambos grupos ópticos. Dentro introduce la nueva pantalla táctil ya conocida en el resto de la gama A4 y una pantalla que elimina el mando giratorio del sistema MMI, lástima porque nos parecía muy práctico para gestionar el sistema multimedia mientras se conduce. Eminentemente deportivo, incorpora unas guías de luz LED que trazan los contornos de las puertas y de la consola central, muy atractivos. El volante deportivo RS de cuero, los impresionantes asientos deportivos RS de cuero de napa fina con costuras de contraste, y los múltiples detalles del paquete de diseño RS opcional, así como el paquete de iluminación ambiental opcional crean una atmósfera deportiva excepcional.

Ofrece un maletero de 495 litros –1.495 litros con los respaldos de los asientos traseros abatidos–, contando con mucho espacio para la vida cotidiana con la familia. Además, el portón del maletero cuenta con accionamiento eléctrico de serie que opcionalmente se puede activar mediante un sensor para abrirlo fácilmente con el pie.

Las sensaciones son excelentes al volante. Su motor motor V6 TFSI de 2.9 litros y 450 CV ofrece 600 Nm de par y una velocidad máxima autolimitada de 250 km/h. Con la suspensión deportiva RS Sport Plus con Dynamic Ride Control se consigue gran agilidad y una conducción muy dinámica. Además, el diferencial deportivo Quattro opcional, con ajuste específico RS, distribuye el par entre las ruedas traseras de forma activa y selectiva, haciendo sorprendente su tracción y estabilidad. La caja de cambios Tiptronic de 8 marchas, suave en el día a día, deportiva en el modo Sport, y manual de verdad al seleccionar esta opción hacen que circular por carreteras viradas y reviradas como las que conducen de Madrid a Burgo de Osma, sean una auténtica gozada.