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Los monumentos megalitos de Mulisko gaina ofrecen unas bellas estampas en cualquier época del año.

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Los monumentos megalitos de Mulisko gaina ofrecen unas bellas estampas en cualquier época del año. Belauntzaran
Mendira

Oindi, guardián del valle despoblado

Este discreto monte de Buruntzaldea se erige sobre Leitzaran, un espacio con numerosos monumentos megalíticos

Viernes, 5 de diciembre 2025, 15:25

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El invierno se ha apoderado del valle de Leitzaran, el valle despoblado de Gipuzkoa. Aunque en la actualidad sea el único de todo el territorio, hace miles de años contó con diferentes asentamientos. Así lo atestiguan los numerosos monumentos megalíticos que se reparten por sus cimas y laderas. El monte Oindi es un claro ejemplo de ello. Una cista se encuentra a escasos metros de sus buzones y a escasos quinientos metros se encuentra ese mágico rincón como es Mulisko gaina.

Un conjunto de piedras funerarias como una cista, tres cromlechs y un monolito forman parte de este monumento funerario prehistórico. Según algunas fuentes, «el primer monolito fue descubierto en 1956 por J. M.Hernández; en 1976, L. Millán descubrió la cista y los cromlechs 1 y 2. En 1978, L. Millán y L. del Barrio descubrieron el cromlech 3. Campañas arqueológicas realizadas entre 1979 y 1986 han dado como resultado el descubrimiento de otros comlechs y restos de cultura material, con raspadores y lascas de silex. Ref. 'Arkeoikuska', 1983, 1984, 1986».

Situado en un escenario impresioaante, Mulisko gaina cuenta con un monolito en pie, (emergiendo 1,52 m., y 0,45x0,35 m. de lados en la base). Destaca sobre el resto de las piedras, y tras miles de años en el mismo lugar se rige tras haber sido fragmentado en tres piezas a raíz de las labores forestales realizadas en el lugar. La cista principal se encuentra junto a tres cromlechs, y otras dos estructuras de imprecisas características.

Información MIDE

  • Acceso Para acceder a Hernani seguir la A-15 o diferentes vías que nos conducen hasta ellas.

  • Horario El recorrido se puede realizar en unas 3,5-4 horas.Recomendable llevar track, aunque hay numerosas marcas de pintura y postes verticales a lo largo de la ruta.

  • Distancia 13,72 km

  • Desnivel positivo 582 m

  • Severidad del medio 2

  • Dificultad orientación 2

  • Dificultad del terreno 2

  • Esfuerzo necesario 2

Este precioso monumento en recuerdo a los seres queridos de aquellos hombres y mujeres que poblaron Leitzaran y sus montes, forma parte de la estación megalítica Oindi-Mandoegi. Según Xabier Cabezón «la zona de Adarra-Mandoegi, comprende la serie de cimas y collados que se extienden entre ambas cumbres, y que constituyen la divisoria de aguas entre los valles de los ríos Leitzaran y Urumea. A lo largo de todo el cordal se encuentran numerosos monumentos, de ahí que se agrupen para su estudio como una unidad. Al haberse descubierto más monumentos al norte del monte Adarra, hasta la propia cima de Oindi, se cambió la denominación de esta estación».

Esta estación megalítica constituye «en la práctica el límite occidental del crómlech pirenaico. Por el Este, los crómlech se extienden en gran número por los Pirineos, casi hasta Cataluña; sin embargo, hacia el oeste no se ha hallado casi ninguno. Contrasta la cantidad de crómlech de esta estación con la total ausencia en la estación situada en la otra divisoria del Leitzaran (estación de Belabieta)».

Muchos de esos monumentos megalíticos se encuentra situados en lugares con las vistas preciosas, con una energía especial, que nos hacen creer en la importancia de los mismos para aquellos pobladores del valle. Aunque en la actualidad, Leitzaran se encuentra despoblado de humanos, pero son muchos los habitantes que disfrutan de su belleza y tranquilidad. Habitantes que forman parte de su fauna como el tritón pirenaico y la lagartija ibérica, o aves rapaces como el aguilucho pálido, el azor, el gavilán, el halcón abejero y el halcón peregrino o aves menores como el martín pescador, el pico picapinos, el mirlo acuático, la polla de agua, la lavandera cascadeña y la curruca rabilarga,también se pueden encontrar pequeños mamíferos como el desmán del Pirineo, la garduña, la liebre, el conejo, el visón europeo y el gato montés.

Todos ellos encuentran cobijo entre las coníferas o los bosques de robles, abedules, castaños, hayas, y en menor medida fresnos, olmos, avellanos, etc... o la vegetación de ribera formada por alisedas, o especies raras en Gipuzkoa, como la endémica Soldanella villosa.

Desde Hernani a Oindi

Oindi es una de esas discretas cimas que, a la sombra de Adarra, pasa desapercibida por muchos, pero que sin quererlo cuenta con muchos asiduos. Algo que no nos sorprende. Su cima (548 m.) nos ofrece unas magníficas vistas hacia el mar, hacia Hernio yGazume o el extenso valle que se abre a sus pies. Aunque Mulisko gaina es el rincón más especial de la ruta de Mendira de esta semana por su energía y belleza, el recorrido transcurre por zonas boscosas que lucen los tonos amarillos y rojizos propios del otoño, que aunque decallentes, siguen ofreciendo bonitas estampas en un escenario húmedo y un tanto desolado.

Nuestro protagonista de esta semana conforma la línea de montes de esta junto a Adarra (819 m.), Onddo (784 m.), Zaburu o Argarate (778 m.), Azketa (834 m.), Leuneta (883 m.), Abade-kurutz (981 m.), Mandoegi (1.045 m.) y Urepel (1.056 m). De este cordal se desgaja Altzadi (1011 m.). Por el Oeste, la divisoria tiene como primera elevación destacable Arizmendi (489 m.) y se une luego a la cadena Uzturre-Ipuliño en Belabieta (687 m.), continuando con Arnar o Loa (788 m.), Urdelar (852 m.), Larre o San Lorenzo (800 m.) e Ipuliño (930 m.)

Partiendo desde el parking junto a la iglesia de Hernani, nos dirigimos al barrio de Osinaga siguiendo las marcas blancas y azules, aunque en algunos tramos nos encontraremos rojas y blancas y blancas y verdes también y diferentes señales verticales que nos dirigen a nuestros objetivos.

Buzón réplica d ela ermita de Santa Bárbara que nos encontramos junto a otro con forma de caserío. Belauntzaran

Mientras paseamos por la carretera de dicho barrio, deberemos cruzar junto al caserío Loidi y subir la pendiente que nos indican las marcas pintadas en un árbol.Seguimos la pista hasta alcanzar un pintoresco caserío con su torre Eiffel personalizada y siguiendo la señal que nos dirige a Muniskue sabemos que debemos caminar por caminos forestales unos 3,2 kilómetros. Las marcas de pintura nos dirigen por un terreno particular, que como se nos indica debemos respetar. Sobre todo cerrando las puertas que los delimitan.

El camino es ascendente en esta zona y un riachuelo lo comparte en algunos tramos. Seguimos la pista forestal hasta llegar a un nuevo portillo, junto al que se encuentra el dolmen de Pozontarri. Ahí comienza el ascenso hasta Oindi por la loma, desierta, en la que solo apreciamos el paso de un grupo de jabalíes por el estado del terreno.

Una vez en la cima, disfrutamos de las vistas hacia el mar Cantábrico y el resto de las cimas que rodean a Oindi.

Descendemos siguiendo el sendero que nos acerca a una valla alambrada que una vez superada, nos dirige a una pista forestal junto a la que se encuentra Mulisko gaina. Tras realizar las pertinentes fotografías, siguiendo las marcas blancas y azules de la valla, atravesamos la zona boscosa siguiendo un estrecho sendero que abre entre la árgoma para después alcanzar una pista forestal más ancha. Unos cuatro kilómetros nos separan hasta Kaxargaina, coincidiendo nuevamente, poco más adelante, por el camino de ascenso. Siguiéndolo en dirección contraria llegamos nuevamente a Loidi y a partir de ahí solo nos queda realizar el recorrido por la carretera asfaltada que nos lleva por Osinaga hasta el parking. Un auténtico placer, aunque llueva.

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