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Las diez noticias clave de la jornada
Tras superar un pequeña pendiente nos hallamos en la cima en la que se encuentra la cruz de hierro.

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Tras superar un pequeña pendiente nos hallamos en la cima en la que se encuentra la cruz de hierro. ELI BELAUNTZARAN
Mendira

Mirutegi, balcón de un jardín multicolor

Bonita cima de 1.157 metros que nos impresionó por sus vistas decampos de colza, conAratz y Aizkorri espectaculares y un precioso cielo

Viernes, 26 de mayo 2023, 10:04

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Amarillo y verde se mezclan en el inmenso jardín que nos muestra Mirutegi (1.167 m.), en la sierra de Entzia. Lo primero que nos viene a la mente es ¡qué bonito!, mientras observamos el poder del color de las flores de la colza que se concentran en las parcelas cuadriculadas que por doquier inundan del color del sol y la tierra alavesa, mientras el verde parece resplandecer tras las necesarias lluvias de estos días.

Sorprendidas y encantadas disfrutamos de las vistas que desde la cima del Mirutegi podemos contemplar. Aratz y Aizkorri prevalecen a un lado, pero son muchos montes que rodean a este bonito rincón de Euskal Herria. No en vano se puede decir que los montes de Altzania, la sierra de Elgea y Aizkorri, Urbasa y Andia, rodean a la sierra de Entzia en la que se encuentra Mirutegi. Un monte que es fácilmente identificable gracias a la cruz de hierro que corona su cima. Cruz realizada por Juan Salazar y colocada por el club de montaña Manuel Iradier en 1965 con ocasión de su XVI aniversario, según reza la placa que encontramos en la misma. Mirutegi es junto a las cimas de Legunbe (1.127 m.) Ballo (1.197 m.), y Arrigorrista (1.143 m) parte del imponente y afilado cresterío calcáreo que no deja indiferente al senderista.

Este espectacular escenario del territorio alavés es la continuación occidental de la navarra sierra de Urbasa, sobre la Llanada Alavesa por un lado y al valle de Arana por otro. La sierra se trata de un espacio natural en las que dominan bosques de quejigos y enormes hayas, matorrales de brezo-enebro y zonas de pasto que se reparten por de 4.991,4 hectáreas que acogen durante meses a grandes rebaños y cabañas bovinas y equinas.

INFORMACIÓN MIDE

  • Acceso: Para acceder hasta la salida de esta ruta deberemos dirigirnos hasta el puerto de Opakua para después seguir hasta Igorita.

  • Horario: Desde el parking de Igorita el recorrido ronda las tres horas a un ritmo tranquilo ya que se realiza por zonas de amplios pastos.

  • Distancia: 12,6km.

  • Desnivel positivo: 257m.

  • Severidad del medio: 2

  • Dificultad orientación: 2

  • Dificultad del terreno: 2

  • Esfuerzo necesario: 2

Además de los tesoros naturales que nos topamos en nuestra ruta de esta semana, llama la atención el gran número de restos prehistóricos que pueblan esta sierra. La presencia humana en la zona queda patente desde hace miles de años, siendo la huella prehistórica de aquellos antiguos pobladores que se dedicaban al cuidado del ganado. Monolitos, crómlechs, dólmenes, túmulos, yacimientos en cueva o al aire libre... de gran valor tanto por sus dimensiones como por su estado de conservación pueblan por doquier la zona. Entre ellos destacan los dólmenes de Sorginetxe, Legaire y Egileor, el crómlech de Mendiluze y el menhir de Itaida. Nuestra propuesta de esta semana nos lleva por Legaire, donde se han catalogado numerosos construcciones megalíticas. En concreto, 14 menhires, 70 túmulos, 3 dólmenes y 1 círculo de piedras. E. Eguren excavó en 1925 los dólmenes de Legaire Norte y Sur, y finalmente, en 1985, J. I. Vegas excavó, restauró y recolocó el círculo de piedras de Mendiluze y excavó el menhir del mismo nombre, situado de camino a Mirutegi. Otra de las joyas prehistóricas de este territorio, ubicada en la zona, fue localizada en 1919 por T. Aranzadi, J. M. Barandiarán y E. Eguren. Se trata del menhir de Akarte, el primero recuperado en Álava.

Cada uno de estos monumentos guardan un episodio de los antiguos habitantes de Álava que, según los estudios realizados por los expertos en la materia, recogen que el pastoreo se inició en este entorno en una fecha indeterminada entre 7.000 y 5.000 años. Desde entonces y hasta la actualidad se han repetido anualmente en las campas de Legaire las subidas y bajadas del ganado. De la actividad pastoril más reciente se conservan numerosas chabolas. Ahora, a lo largo y ancho de las zonas de pasto se pueden ver un buen número de vacas, yeguas y sus vástagos que se alimentan ajenos a nuestro paso, bajo un cielo azul que corona un paraíso terrenal impresionante. El sonido de sus cencerros y el paso del agua por los riachuelos crecidos tras las lluvias de estos días rompen el absoluto silencio de la sierra de Entzia.

Desde Igorita a la cruz

La salida a Mirutegi es una propuesta interesante y sencilla desde el parking de Igorita. Una pista asfaltada en un tramo y después de tierra nos conduce hasta el mismo. Una vez haber aparcado, comenzamos el recorrido que siguiendo una pista forestal nos conduce hasta el aparcamiento de Legaire, en el límite entre el hayedo y el raso del mismo nombre. No hay pérdida.

Una vez en el parking vemos un panel informativo con los recorridos, distancias y cimas que hay alrededor. Siguiendo la senda que atraviesa el raso contemplamos la gran cantidad de cabezas de ganado, yeguas y vacas en su mayoría, que pacen tranquilamente. «Afortunadas ellas», pensamos mientras vemos que gozan de una paz inusitada, el pasto es abundante en estos momentos y el riachuelo baja bien nutrido.

Mientras avanzamos nos encontramos algunos de los menhires y crómlechs, entre los que destaca el de Mendiluze. Es un crómlech con cuatro testigos que indican los cuatro puntos cardinales. En su interior su correspondiente cista. Precioso. Todos ellos, o los que nos encontramos, están identificados y cuentan además con placas informativas en las que se describen sus características y numerosos datos. Un trabajo interesante que nos permite divagar sobre la importancia de estos monumentos para aquellos hombres y mujeres que poblaban la zona alta de este paraíso. Sierra que goza en estos momentos de un vistoso color verde que inunda cada rincón de sus pastos así como sus espectaculares árboles que vamos cruzando en nuestro camino. Las zonas boscosas en las que dominan las hayas lucen un llamativo color que contrasta con el azul de cielo, mientras en algunos espacios cerca de la cima ya observamos amplias zonas amarillas que nos muestran una preciosa estampa de la Llanada Alavesa.

Impresionante. La belleza natural del paraje nos embauca mientras llegamos al menhir de Arrizarren. Tras dejarlo atrás comenzamos el ascenso por una pendiente tranquila hasta la cima de Mirutegi, fácilmente identificable gracias a su cruz. Una vez en ella toca disfrutar de las vistas. ¡Cómo nos gustan! Diferentes a lo que estamos habituados en Gipuzkoa, pero que esconde un precioso rincón a nuestros pies rodeado por las cimas Aratz, los montes de Altzania, Olano y Aizkorri... Más lejos, Gorbeia, Txindoki y San Donato de Beriain. También se divisa el umbral de la boca de la cueva de La Leze.

Desandamos el camino realizado para subir a la cima hasta Surbe. Merece la pena por la perspectiva e imagen que ofrecen de los montes y del valle que se sitúa a nuestros pies.

Después, siguiendo la línea comenzamos el regreso a Legaire. Continuando el sendero que se adentra en un hayedo con árboles de dimensiones espectaculares nos llama la atención su belleza, pero nos impacta aún más si cabe algún árbol ya seco que nos muestra una enorme belleza a pesar de su muerte. La vuelta es sencilla ya que en todo momento ubicamos el parking de Legaire y desde allí, tras varios kilómetros, estamos en Igorita.

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