Ertxina, con los ojos en la Suiza del Urola

Cinco buitres leonados emprenden el vuelo de manera espectacular en cuanto sienten nuestra presencia en la cima de Ertxina (434 m.). Nuestra visita se vuelve inoportuna para las aves carroñeras que disfrutan de una 'kuluxka' mañanera. Por un instante observamos que, mientras los termómetros a duras penas superan los 0 grados, disfrutan del sol con sus enormes alas extendidas, acumulando una dosis de calor en su brillante plumaje. Desde el peñasco de la cima observan cualquier movimiento en las zonas de pasto que rodean a esta discreta cima, aunque el duro invierno ha hecho que la mayoría del ganado se haya retirado en busca de cobijo. Tras alejarse, ignorando nuestra mirada, las grandes aves buscan un nuevo punto donde posarse para seguir con su cometido, tomar el sol en la Suiza del Urola.

Esa es, al menos, nuestra sensación al contemplar las magníficas vistas que disfrutamos desde la discreta cima de Ertxina, en el extremo norte del macizo de Hernio. Sensación de encontrarnos en un precioso rincón de este país centroeuropeo en el que la tranquilidad y la belleza de las zonas de pasto, con un verde imperioso, nos invaden mientras Erlo y la línea de Izarraitz destacan a lo lejos con su capa blanca de nieve que cubre sus cimas. A un lado, la ermita de Santa Engrazi nos sitúa otra de las cimas más bonitas que coronan Aizarna. Un lugar con una energía especial que cuenta con unas vistas impresionantes, además de contar con la pequeña ermita con su fastuoso reloj.

Aunque Aizarna es uno de los barrios rurales de Zestoa, sus características marcan su gran personalidad. Sus enormes caseríos. Las coloristas casas en línea de su casco urbano, el suelo empedrado con piedra de canto rodado, su iglesia con una buena portada que tiene como pieza central una talla de la virgen y el arco campanil que recoge una extraña labra antropomórfica, al otro lado de la plaza la ermita de Santa Cruz,... Bonito no, precioso valle de Gipuzkoa que fue habitado hace ya miles de años y con razón. De hecho, Aizarna ha sido y es un lugar con encanto, pero también con gran importancia, ya que dominaba una antiquísima encrucijada de caminos. Una de esas rutas traía a los caminantes desde el interior de Navarra hasta los puertos de la costa (especialmente Getaria/ Bedua y Zumaia). Además, por una segunda calzada, de Este a Oeste, corresponderia a la mitica galtzara de la costa. Los mismísimos templarios gozaron de la tranquilidad del valle de Urola, ya que según los historiadores la iglesia de Aizarna perteneció a la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, también llamada la Orden del Templo.

Los miembros de una de las órdenes monásticas militares católicas más poderosas de la Edad Media formaron parte de la historia de uno de los enclaves más antiguos del territorio guipuzcoano. Aunque la referencia documental más antigua hallada sobre Aizarna data 1212, destaca la mención está recogida en un documento de 1303 en el cual aparece con el nombre de 'Aycarna'. En 1383 recibió la carta puebla dada por el rey Juan I de Castilla en Segovia. Es sabido que en el siglo XIV se fundó Zestoa, entonces 'Santa Cruz de Cestona' a las orillas del Urola. Este asentamiento, pasado el tiempo, llegaría a ser el núcleo principal del municipio, convirtiendo al núcleo original en un barrio, pero siglos después los aizarnazarras siguen manteniendo su carácter de entidad.

Fuera como fuese, la belleza natural, la historia y las edificaciones que nos encontramos en Aizarna bien merecen una visita y en la nuestra optamos por realizar un recorrido por Ertxina y Santa Engrazi, siguiendo en ciertos momentos los senderos y pistas que mañana recorrerán los 620 participantes en algunas de las dos modalidades de la carrera de montaña, Kobaz Koba. A partir de las 9.00 horas parrtirán los corredores de Zaldei lasterketa (25 kms) y a las 9.45, los de Artzei lasterketa (15 kms).

Carrera organizada por Agiro que propone seguir los pasos de sus antepasados más antiguos que como les gusta destacar, «lograron sobrevivir en nuestros montes. La nieve y el hielo dificultaban la caza y la recolección de frutos y raíces, que eran la base de su alimentación y subsistencia. Las cuevas propiciaban un cobijo muy apetecible para hacer frente al frío y los senderos que unían las cuevas se convirtieron en recorridos de especial importancia. Estos primeros pobladores nos han dejado múltiples evidencias de su actividad en los montes de Zestoa, al cobijo de sus cuevas: pinturas rupestres de carácter excepcional, joyas arqueológicas, menhires, herramientas de trabajo… evidencias y razones para que UNESCO haya declarado la cueva de Ekain Patrimonio de la Humanidad».

Un entorno precioso que nos permite descubrir el recorrido a Ertxina que presenta dos cumbres nítidamente diferenciadas por un collado central (301 m). La cima occidental que domina Zestoa posee una gran cruz en su cúspide y se llama, por tanto, Gurutzea (398 m.). La cima oriental, sobre Aizarna, es la cota más elevada corresponde a la cúspide de Ertxiña (424 m.). Es factible, aunque incómodo, el recorrido entre las dos cimas debido a lo escabroso del terreno (lapiaz).

Comenzamos nuestro paseo por el barrio de Aizarna y hacemos un recorrido circular. Pasamos junto a la Iglesia de Santa María y tomamos el camino del calvario, una pista de hormigón. Nada más llegar a la cruz del Calvario, dejamos la pista y tomamos a la derecha para subir a Ertxiña, para luego bajar al mismo sitio. El camino de Ertxiña, al principio ancho y apretado a medida que subimos. Al situarse bajo la línea de alta tensión, el camino gira a la derecha y se convierte en un sendero acotado y cerrado, favorecido por los cascos. Ertxina (431m.).

Una vez de vuelta a la pista, continuamos por ella hasta el ancho de camino y después a la carretera asfaltada. A partir de ahora no se puede perder, tenemos la ermita a la vista en muchos momentos y el camino hacia allí está bien señalizado. Al rodearla abandonamos la carretera para pasar por la venta de Santa Engracia y llegar a la ermita y cumbre. Santa Engrazi (505 m.).Tras bajar a Ventas cogeremos el PR-GI 40 para Aizarna. Una vez en el siguiente punto, se puede alargar un poco el recorrido: dejar el PR y girar a la derecha para ir encima. La barrera de alambre que se encuentra delante es el mayor obstáculo, conviene bajarla un poco y sacarla dejando la valla a la derecha. Además, llegaremos a Egañamendi (437m.). Bajaremos por el campo con la valla a la derecha hasta salir al camino.

En el siguiente punto, giramos a la izquierda, pero también se puede tomar a la derecha para bajar nuevamente hasta el casco urbano de Aizarna. Un precioso recorrido que se puede realizar en familia paseando por caminos ancestrales.