La Andomita, cómo correr 515 kilómetros en siete días
Trail. El errenteriarra Iñaki Santos ha completado la carrera de montaña más larga de la Península, en la que ha empleado 185 horas y solo ha dormido diez horas
Sarna con gusto no pica, o que se lo pregunten a Iñaki Santos García, el corredor de montaña de 55 años que ha completado la Andomita, la carrera más larga de la península ibérica que parte de Andorra y llega a las playas de Hospitalet de l'Infant, Tarragona. Una prueba que cuenta con un recorrido de 515 kilómetros y alrededor de 27.000 metros de desnivel positivo que se ha disputado durante siete días. La prueba de larga distancia catalana llevó a sus participantes por numerosas cimas de Andorra y Cataluña, entre las que se encuentran la Comapedrosa (2.943 m), Pedraforca (2.506 m), así como numerosos rincones de las sierras de Montserrat, Monsant, Prades, Llabería...
Una aventura única para unos pocos corredores, ya que solo 34 pudieron tomar parte en la prueba que se disputa cada dos años en la que el errenteriarra necesitó 185 horas y 13 minutos para completarla. Los ganadores de la prueba fueron Juan Heredia Bermúdez y Flavi Saballs Marañá con un tiempo ambos de 177 horas y 53 minutos. El tercer clasificado de esta edición fue Jesús Morales con un tiempo de 181 horas y 27 minutos.
El objetivo de los participantes de la carrera, organizada por la asociación Camins de Pedra (Marc Fernández, Conrad Sole), era llegar el pasado sábado día 2 antes de las 22.00 horas a Hospitalet de l'linfant tras haber comenzado el 26 de julio desde Andorra a las 00.00 horas.
Santos García, que participó con el dorsal número 27, cruzó la meta junto a Manuel Rodríguez Abal y Albert Muñoz García. Santos García confiesa que «el primer día fue durísimo. La verdad que iba concienciado, pero me sorprendió la exigencia del inicio aunque tenía claro que la iba a acabar. De hecho mientras corría recuerdo que me repetía: estoy aquí porque quiero estar aquí. Tenía claro que me había reservado siete días de mi vida para mí porque quería correr esta carrera y no tenía otra cosa que hacer que tirar para adelante».
El corredor guipuzcoano guarda un grato recuerdo de la carrera, que según describe «es una prueba humilde hecha para el corredor, muy exigente, sin artificios. No tiene grandes marcas detrás ni hay ninguna intención de crear negocio con ella».
Una carrera a otro nivel
El atleta errenteriarra, que comenzó hace 15 años a correr en carreras de montaña aunque antes había participado en triatlones y practicado la escalada, almacena en su curriculum deportivo una amplia lista de pruebas de larga distancia y de backyards. A pesar de esta experiencia asegura que «no hay preparación física para una prueba así. He corrido siempre en pruebas de larga distancia como la Ehunmilak. Mi carrera más larga hasta este año había sido de 185 kilómetros, pero la Andomita es otro nivel en todos los sentidos: en preparación física, gestión de la alimentación, del sueño...».
Cabe destacar que el recorrido de la carrera no está balizado, aunque previamente la organización facilita a cada corredor un track de la misma. «Una carrera así te exige llevar un control permanentemente de los tiempos de corte que te dan en cada etapa para ajustar muy bien la ejecución de la misma coordinándolo con el tiempo de descanso. Sientes un estrés continuo y estás pendiente del reloj. El desgaste mental que me supuso todo esto me pesó más que el esfuerzo físico de cada una de los tramos o etapas de la aventura».
A pesar de su experiencia en carreras de montaña, Santos García reconoce que «no sabía cómo plantearme esta carrera. Fui solo porque no me pudieron acompañar en esta ocasión y en cualquier prueba larga es fundamental la organización de la logística. Cargué mi mochila de material básico, desde ropa impermeable, frontales, GPS, un saco de dormir básico, baterías... y tiré para adelante. Tuve la suerte de correr toda la carrera junto a Manuel Rodríguez Abal, un catalán cuya familia me acogió y me atendió en todo lo que me hizo falta. Me daban de comer, dormí en su furgoneta,.. Si no es por ellos no acabo la carrera. Ir a una carrera como esta solo, es inviable».
Pero tampoco eso le hizo desistir y agradece inmensamente la ayuda que le ofrecieron los acompañantes del corredor catalán. «Montse, la mujer de Manuel, y su hija Berta me preparaban el menú todos los días. Es que yo soy vegetariano y les he complicado aún más si cabe la cosa porque no sabían qué prepararme. Pero siempre tenían preparados unos espaguetis o arroz para mí con verduras calentitos, que es lo importante. En una prueba de más de 500 kilómetros no te puedes alimentar de barritas y geles, necesitas comer algo consistente».
Una cabezadita y... a correr
Y dormir. Según el errenteriarra ha dormido «diez horas en total en los siete días que ha durado la prueba. Ni yo mismo me lo podía creer cuando me decían que diez minutos de sueño eran suficientes para reponerte y seguir adelante pero la Andomita me ha servido para comprobarlo, porque Manuel y yo parábamos en lugares en los que no corría el viento o nos ofrecían cobijo y echábamos una cabezadita en la que nos recuperábamos y nos permitía seguir adelante».
Así durante siete días en los que, además de superar los kilómetros por senderos pedregosos con un calor extremo, Santos García destaca que «lo más duro fueron los últimos kilómetros. Veíamos el mar y sabíamos que estábamos cerca de meta, pero nos tocó subir una gran pendiente que se nos hizo interminable».
Después de haber acabado con «los pies destrozados y estar dormido todo el rato, porque tengo mucho sueño», Iñaki Santos García ya piensa en su próximo objetivo, correr la Ultra Trail Erronka (77 km y 4.600 m+) el 13 de septiembre en Irura.
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