Nadia Murad, activista por los derechos humanos y Premio Nobel de Paz. EFE

Nadia, la voz de un pueblo que el Estado Islámico quiso callar

Se cumplen seis años del genocido de los yazidíes, una etnia milenaria que habita en Irak

Elisa López

San Sebastián

Martes, 18 de agosto 2020, 06:32

Hace unos días se cumplió un triste y cruel aniversario. El genocidio del pueblo yazidí, una etnia que habita en la región más montañosa de ... Irak. El pasado 3 de agosto se conmemoraban seis años desde que el Estado Islámico (EI) esclavizó, ennegreció e intentó acabar con la vida de este pueblo milenario. Una tragedia escondida que no llegó a la opinión pública porque no ocupó portadas de periódicos ni abrió las noticias de los informativos. Un horror que el mundo conoció a través de la voz de Nadia Murad, activista por los derechos humanos y Premio Nobel de Paz. Tras haber sobrevivido a meses de calvario en manos de los yihadistas en Irak, convertida en portavoz de la minoría yazidí y con solo 25 años, Murad recibió en diciembre de 2018 el prestigioso galardón.

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Desde Alemania, país donde reside actualmente, la activista continúa con la lucha de su pueblo para que los países europeos acojan a los desplazados yazidíes y para que se reconozcan como genocidio las persecuciones cometidas en 2014 por el grupo yihadista Estado Islámico. Hace unos meses, Murad y Amal Clooney, su famosa abogada, reclamaron a la ONU justicia para las víctimas de la violencia sexual en conflictos.

Amal Clooney, con la premio Nobel de la Paz y embajadora de Buena Voluntad por la Dignidad de los Sobrevivientes de Trata de Personas Nadia Murad, en la ONU. EFE

Una sociedad pacífica

Pero, ¿quiénes son los yazidíes? La religión yazidí es uno de los pocos cultos preislámicos que han sobrevivido hasta hoy, pues se remonta a las antiguas religiones mesopotámicas. Se trata, además, de la minoría religiosa y étnica más numerosa de todo Irak. Tradicionalmente este pueblo ha vivido en la región montañosa de Sinjar durante siglos, es monoteísta, y su figura divina es Melek Taus, que tiene forma de pavo real (esta figura hizo que el Estado Islámico los acusara de venerar al diablo), y rezan mirando al sol.

A los yazidíes, en el entorno en el que siempre han vivido se les conoce por ser gente de paz, por hacer su vida sin cuestionar la de otros. Algunos consideran que son una sub-etnia kurda, pese a tener sus propias costumbres e idioma. Y a pesar de caracterizarse por ser una sociedad pacífica, desgraciadamente ha sido perseguida numerosas veces a lo largo de la historia; desde el imperio otomano (cuando su comunidad existía en Siria y Turquía), después de la guerra de Irak y, recientemente, por el Estado Islámico.

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Una trágica fecha

Aquel trágico 3 de agosto de 2014, que quedará marcado en el calendario para siempre, las tropas del ISIS entraron en la región de Sinjar y empezaron a acosar a los lugareños yazidíes (no así a aquellos vecinos que no pertenecieran a dicha etnia). Cerca de 100.000 yazidíes fueron desplazados y emprendieron su huida para escapar del horror al monte Sinjar, donde pasaron verdaderas penurias. Muchos de ellos perdieron la vida debido al hambre, la sed, heridas y exhaustos. Los que que no huyeron a las montañas corrieron una suerte igual o peor: apresaron a hombres y niños separándoles de sus familias y en la misma calle les hicieron ponerse en hilera y convertirse al Islam, a lo que se negó la mayoría. Al oponerse a ello, les dispararon a bocajarro para enterrarlos en fosas comunes.

En cuanto a las mujeres y los niños más pequeños, se los llevaron a mercados sirios donde posteriormente serían vendidos como esclavos. Hay quien dice que el precio más caro lo pagaron por las mujeres; se estima que siete mil sufrieron auténticas brutalidades como esclavas de las familias de los combatientes del ISIS. Las obligaron a convertirse al Islam para luego casarlas. La mayoría sufrió repetidas agresiones sexuales y, a aquellas que intentaban escapar se les sometió a violaciones grupales como castigo. A los niños que contaban con menos de 7 años los separaban de sus padres para criarlos como soldados del EI.

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Desprecio de Trump

Entre los supervivientes del genocidio, destaca la figura de Nadia Murad. Nadia vivió el horror a la corta edad de 19 años, fue una entre las miles de mujeres que fueron despojadas de su libertad y deshumanizadas. Fue secuestrada y violada. Ella consiguió escapar, aunque confiesa no sentirse libre todavía. Además del Nobel, fue ganadora de diversos premios relacionados con cuestiones humanitarias de denuncia.

Nadia Murad.

El día que se reunió con Donald Trump se generó una polémica mundialmente conocida; tras relatarle su historia y que toda su familia había sido asesinada, éste le preguntó dónde estaban sus padres y qué había hecho para merecer el premio. A día de hoy, lucha por la reconstrucción de un pueblo totalmente deshumanizado desde su ONG Nadia's Initiative, y hace saber a la comunidad internacional que su gente necesita protección.

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En esta historia los datos hablan por sí solos: al menos 1.300 personas asesinadas directamente; 2.745 niños huérfanos; 1.665 hombres desaparecidos; 3.000 mujeres esclavizadas; 200.000 personas desplazadas; 63 fosas comunes en el área, y 0 juzgados por los actos.

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