El joyero vasco que coronará a Carlos III

David Valle es uno de los joyeros londinenses más renombrados. Nació en Bilbao, pero lleva afincado casi treinta años en la capital británica, donde se ha convertido en una celebridad por la fabricación de piezas diseñadas en 3D. Su página web recuerda que cuenta con un taller propio en el centro de los 'Goldsmiths' (orfebres) de Londres y le presenta como un creador «altamente talentoso de joyas personalizadas y aspiracionales».

Ha alcanzado tal prestigio que dejará huella en la ceremonia de coronación de Carlos III, que arrancará el próximo sábado. Valle ha trabajado en la creación de una de 'las llaves de la ciudad', piezas con «una enorme carga simbólica» que se fabrican cada vez que llega el momento de entronizar al nuevo rey (o reina). «No son para usar ni sirven para abrir nada porque se romperían», advierte. También se ha encargado del diseño de la hebilla que el sucesor de Isabel II lucirá en el empeine de sus zapatos en una ceremonia que contará con más de 2.000 invitados, cuya lista incluye a todas las casas reales europeas.

Valle ha realizado la llave en plata maciza bañada en oro. Este experto está acostumbrado a crear joyas en platino, diamantes, oro y piedras preciosas de incalculable valor, pero ni por asomo esperaba un encargo tan especial. «Me quedé muy sorprendido», reconoce.

«Ni yo mismo me lo creo todavía», esgrime. Pero ¿por qué él? «Soy bastante conocido en mi profesión. Cuando alguien quiere que le hagan una cosa que exige mucha dificultad, siempre hay alguien que dice 'David lo puede hacer'», explica. Pese a ser muy difícil de distinguir a simple vista, Valle ha dejado su sello con un detalle 'vasco', ya que la hebilla incorpora un «pequeño lauburu. Es mi detalle vasco».

La fabricación ha llevado unos tiempos, que en ningún momento, subraya, «podía saltarse». De hecho, se puso a trabajar hace algo «más de dos meses», pese al fallecimiento de la reina en septiembre del año pasado. «Se sabía desde hace tiempo que andaba mal de salud, pero no se podía hacer ningún cambio hasta después de su muerte. Trabajan así porque dicen que si no trae mala suerte. Lo mismo ha pasado con los sellos y monedas. No se emitieron unos nuevos hasta hace poco», aclara. El único lanzamiento efectuado en la actual etapa ha sido la nueva moneda de 50 peniques.

El bilbaíno, hijo también de joyeros residentes en la capital vizcaína, tardó aproximadamente «un mes y pico» en completar el pedido. La llave pesa en torno a 400 gramos y mide unos 20 centímetros. «Es bastante grande», detalla. Valle explica que ha efectuado «pequeñas modificaciones» en la parte superior de la llave con respecto a las que se emplearon en anteriores ceremonias.

Sin embargo, en el caso de la hebilla, se trata de «una copia exactamente igual» a la que lució Jorge VI, padre de Isabel II, cuando ascendió al trono el 11 de diciembre de 1936. El joyero tuvo, lógicamente, en sus manos los zapatos que calzará el sábado Carlos III. «Son del 42 o 43», descubre. Asegura que en ningún momento ha trabajado «cerca» del monarca. El pedido le llegó a través de la llamada de «su secretario». No obstante, no es el primer encargo que realiza para la casa real británica. Con anterioridad, diseñó «una pequeña cajita» para la anterior reina, de la que elude dar más señas. «Era algo privado», argumenta.

Nada que ver en cualquier caso con la relevancia de las piezas en las que ha trabajado durante los últimos meses. Sin mostrarse al público, han alcanzado ya una dimensión histórica porque después de ser usadas pasarán a los fondos del Museo Histórico de Londres. Valle, que cuenta con cuatro empleados en su taller y en 2015 fue designado 'Freeman de la city of London', seguirá la coronación a través de la televisión.

Obviamente, no forma parte del grupo de invitados. «Hay tantísima gente... El país se va a paralizar», describe antes de dar su opinión sobre Carlos III, al que tuvo la ocasión de conocer personalmente en una recepción en Clarence House, donde acudió junto a su mujer y Raphael, uno de sus hijos tras ganar este un concurso al que se presentaron más de 600.000 chavales de Inglaterra. «Es muy normal. Siempre sonríe. Habla y huele bien. Es muy majo», dijo entonces este joyero bilbaíno al que de alguna forma también a él le han coronado.

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