El 'dress code' para tu cama
Texturas, colores y detalles que marcan la diferencia para tu descanso
Y. H.
Martes, 16 de septiembre 2025, 07:36
Vestir tu cama no es una tarea sencilla que consiste en ponerle única y exclusivamente las sábanas, esto va mucho más allá. Consiste en crear una combinación armoniosa, cómoda y acogedora, que además de reflejar tu estilo, te ayude a conciliar el sueño de la mejor forma posible.
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Te explicamos cuáles son las claves para conseguirlo, desde los pasos iniciales que no puedes pasar por alto hasta los toques que marcan la diferencia.
1. La base
En el colchón está la base de todo. Opta por hacerte con uno que consideres que será el ideal para tu comodidad y sueño. Posteriormente, ponle un protector ya que lo cuidará y mejorará la higiene. Encima, agrégale una sábana bajera que quede tensa y bien ajustada.
2. Las capas de confort
A continuación coloca una sábana encimera a juego con la bajera. Como próxima capa opta por una manta ligera (perfecta para climas de entretiempo) y por último, el edredón. Teniendo en cuenta que poco a poco se van aproximando días más gélidos hazte con un edredón nórdico con funda.
Este complemento no solo te abrigará para mantenerte cálido durante las noches frías, sino que también proporciona ese extra de confort y suavidad a tu descanso.
3. Almohadas
Para tus almohadas opta por fundas suaves a juego con las sábanas, quedarán ideales y potenciarán la armonía al conjunto.
Consejo de experta: si quieres aportar volumen y elegancia a tu cama añade dos fundas de almohadón extra grandes detrás de las principales. ¿Te animas a emplearlas en tu dormitorio?
4. La guinda del pastel
¡Llega el momento de decorar! Una vez que se han agregado todas las capas puedes colocar un 'plaid' o manta doblada a los pies de la cama (le aporta un toque de elegancia), el color según tus gustos y temporadas, tú eliges.
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Por otro lado, puedes jugar con diferentes texturas (lino, punto o terciopelo) de los cojines y tonos, siempre adaptándose a la tonalidad de la habitación y sabanas escogidas. Inspírate en neutros como el blanco, beige o gris. Pero siempre recuerda esa armonía mencionada al principio.
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