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Asier Ruiz de Azua y Julen Mintegi conducen el rebaño de Etxezarreta por un hayedo J.M.LÓPEZ

A pie con el rebaño desde Urbia hasta Olaberria

Trashumancia. El pastor Mikel Etxezarreta bajó con Asier Ruiz de Azua y Julen Mintegi sus ovejas tras permanecer el verano en las campas que rodean su txabola Ttonttor

Domingo, 1 de noviembre 2020, 07:48

El intenso sonido de los cencerros inundó ayer al mediodía la cueva de San Adrián y rompió con la paz que irradia el paso milenario ... del Aizkorri. El nutrido rebaño de ovejas de Mikel Etxezarreta y Elixabete Arrillaga fue el protagonista de una estampa única mientras seguía el camino medieval de la sierra goierritarra en su regreso desde las campas de Urbia hasta su caserío en Olaberria.

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Un trayecto que esperan realizar «en unas once horas» y que las ovejas y los pastores cubren a pie a lo largo de dos jornadas. Ayer sábado, realizaron el primer tramo hasta el barrio idiazabaldarra de Ursuaran con un magnífico tiempo lo que facilitó la bajada de los animales. Después de pasar la noche descansando y reponiendo fuerzas, esta mañana partirán rumbo al caserío Aizpea, donde pasarán lo que resta del otoño y los meses de invierno.

Las ovejas de Etxezarreta lucían un hermoso manto blanco que contrastaba con los tonos ocres y rojizos que llenaban de color el suelo de los hayedos y las copas de los hayas. Además, marcaban un animado ritmo en su bajada desde las campas de Urbia, donde han permanecido durante los meses de primavera y verano. Con gran brío dejaban bien a las claras que ha sido un buen verano a los pies del Aizkorri . Mikel Etxezarreta confirmaba la fuerza y buena planta que mostraban sus ovejas. «En primavera, cuando subimos había mucha hierba y el verano ha sido bueno. En septiembre hubo sequía y de repente entraron el frío y la humedad. Fue de golpe, con la llegada de octubre empezó a llover y bajaron las temperaturas cubriéndose incluso las cumbres con las primeras nieves. No había conocido en toda mi vida un contraste tan grande y tan pronto como el que se ha producido este año».

Mikel sabe un poco de lo que habla, ya que lleva «56 años en Urbia. Tengo 56 años, y desde que nací he pasado la primavera y el verano en la txabola de Urbia», reconocía mientras una amplia sonrisa aparecía en su rostro.

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Mikel Etxezarreta con Asier y Julen. Al fondo, el monte Aratz.

Venta directa a mendizales

Abundancia de pasto y calidad de alimento hacen que las ovejas se paseen plácidamente y produzcan abundante leche, con la que Elixabete Arrillaga elabora su queso de montaña en su txabola Ttonttor. Su marido, Etxezarreta, asegura que «la producción ha sido buena. Ha ido muy bien la temporada y este año ha subido más gente que nunca a las campas y ha funcionado muy bien la venta directa de los quesos que hemos elaborado».

El cierre de establecimientos hosteleros y el descenso de venta de quesos a los mismos durante los meses del confinamiento se ha visto compensado con esas ventas directas, lo que según Etxezarreta « ha compensado un año muy inusual en el que la incertidumbre de lo qué iba a pasar nos ha mantenido preocupados. Nosotros hemos tenido una buena campaña, pero sabemos que más de un pastor, sobre todo entre los jóvenes, que ha tenido más dificultades para vender el queso que ha producido. Ellos son los que necesitan el apoyo administrativo, ya que son el futuro de este sector en el que la mayoría llevamos muchos años en esto, para lo bueno y lo malo, claro». Un dato significativo, que destaca el pastor de Olaberria es que de las nueve txabolas de Urbia, en todas menos en una los pastores rondan o superan su edad.

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Ajenas a cualquier crisis económica por la actual situación sanitaria, las ovejas seguían los pasos de Mikel y sus ayudantes, Julen Mintegi y Asier Ruiz de Azua bajo la atenta mirada de 'Urki' que controla cada animal y si algún vehículo se acerca demasiado a todos ellos. El rebaño llenó la pista de cemento que comunica los puestos de caza de pase de paloma hasta la Benta de Otzaurte. Era la hora de comer y los cazadores regresaban a sus casas o paraban en la taberna del puerto para hacer acopio de un buen plato de alubias con sus sacramentos, pero el equipo de la quesería Aizpea debía continuar su recorrido hasta el barrio de Ursuaran y conforme completaba su camino, cada vez se notaba más el cansancio por las horas de marcha por las campas y los bosques de Aizkorri y que el sol iba perdiendo fuerza, lo que hizo apretar un poco el paso a todo el equipo.

Hoy las cuatrocientas ovejas del rebaño descansarán en casa, en Aizpea, junto al resto de las ovejas jóvenes que componen el rebaño y bajaron hace unos días. «Los próximos meses son casi los más tranquilos para nosotros. Después empezarán los partos y aumentará la producción de leche y el trabajo en la elaboración del queso», reconoce Mikel Etxezarreta. Queso con el que el matrimonio de Olaberria ha sido galardonado en numerosas ocasiones en los más prestigiosos concursos de queso Idiazabal.

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Un año más, quiso mantener la tradición de la trashumancia y aunque reconoce que «no es como antes, como cuando era un niño e íbamos hasta Bizkaia. Ahora bajamos de Urbia, pero mantenemos esta tradición».

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