«Ahora ya puedo vivir tranquila, me ha hecho un favor grandísimo»

«Me ha hecho un favor grandísimo», destacaba ayer Otegi. «Ahora ya puedo vivir tranquila lo que me quede». María Ángeles no tenía más que palabras de agradecimiento para este vecino del que no quería desvelar su nombre. «Nos conocemos de hace tiempo, pero hemos acordado que no se sepa quién es. Y es algo que voy a respetar». Además de ganar sosiego, Otegi reconoce que esta ayuda le va a ayudar a «ganar en salud». Los nervios provocados por la situación y el dolor de haber perdido a su único hijo han provocado que en los últimos tiempos la mujer haya pasado por un momento delicado. «Lo he pasado muy mal, ha sido terrible», reconocía.

Los problemas de esta vecina de Usurbil se agudizaron tras la muerte repentina de su único hijo, quien había pedido un préstamo hipotecario de 61.500 euros con el prestamista Reno Amussement a un interés anual del 12,5%, que María Eugenia había avalado. El impago de las tres primeras cuotas del préstamo provocó que el acreedor presentara una demanda de ejecución hipotecaria. Para cuando Otegi fue informada de cuál era la situación de las deudas, esta ascendía a 109.680 euros, una cifra inasumible por su parte.

Ahora, según ha comunicado Stop Desahucios a través de una nota, la deuda que tenía con «el usurero prestamista» ha sido cancelada, «y con ello la subasta y la demanda instada por el usurero Reno Amussement S.L. se archivan». La plataforma ha querido también agradecer la solidaridad de este ciudadano anónimo que se hace con la vivienda pero que permite a la anciana quedarse en ella de por vida, y al mismo tiempo «la enorme solidaridad» de vecinos y del Ayuntamiento de Usurbil desplegada con Otegi.

«La desorbitada deuda», dicen desde Stop Desahucios, «generada por el préstamo de 60.000 euros, que raya en la usura, cuya garantía era la vivienda ya pagada, ha sido consignada en el juzgado por un vecino del pueblo». Además especifica que «con esto, la subasta y la demanda se archivan». Y añaden, «por lo tanto el usurero no se puede hacer con el botín: la vivienda cuyo precio en el mercado es mucho mayor».

En octubre de este año, Stop Desahucios dio a conocer la situación de María Ángeles, que se percató del problema que se le venía encima en abril de 2021 cuando un juzgado le comunicó que su casa iba a ser subastada. Entonces su abogada, Maite Ortiz, explicó que el hijo, que tenía una deuda previa, solicitó un nuevo préstamo «a la empresa Reno Amusement», que se lo concedió con «cláusulas abusivas».

El piso de María Ángeles Otegi, según comentó en octubre Rosa García, portavoz de Stop Desahucios, es «un piso de 90 metros cuadrados, está en una zona privilegiada de Usurbil y en el mercado podría venderse por 300.000 euros».