Ni un pueblo sin frontón: el corazón de Gipuzkoa tiene pared y chapa
El territorio atesora 621 recintos para jugar a pelota, por encima de Bizkaia y Álava. DV recorre varios de ellos para retratar un patrimonio que sobrevive al tiempo y que ejerce de epicentro social de los pueblos
Martin Ruiz Egaña, Sara I. Belled, Joseba Lezeta y Lobo Altuna (fotografía)
Domingo, 23 de febrero 2025, 00:06
Son las once de la mañana. Llega el mejor momento del día para los niños de la escuela de Abaltzisketa. Es la hora del patio. Una treintena de chavales recorre el pueblo a la carrera para llegar los primeros al frontón. Disponen de media hora para pasárselo en grande en lo que es el centro neurálgico de este municipio de apenas 300 habitantes. «Utilizamos el frontón para todo, no sólo para jugar a pelota. Es el patio de la escuela, el comedor en las cenas populares de las fiestas y el escenario en las obras de teatro que organizamos. Siempre ha sido el núcleo del pueblo, donde nos juntamos todos», retrata Jon Zubizarreta, alcalde de Abaltzisketa, mientras los chavales dan patadas al balón en un frontón reconvertido esos minutos en campo de fútbol.
Los frontones ejercen de pulmón de la gran mayoría de municipios de Gipuzkoa. Es, de hecho, el territorio con mayor número de frontones de Euskadi, y donde más actividad profesional se ejerce. Una paradoja teniendo en cuenta que sigue adoleciendo de una instalación de gran aforo para poder albergar las finales de pelota, que se juegan en Bizkaia y Navarra. DV recorre varios de ellos para retratar ese patrimonio histórico que sobrevive al tiempo y que ejerce de epicentro social de los pueblos, mucho más allá de la práctica deportiva.

Gipuzkoa es el territorio con más espacios deportivos dedicados a la pelota
Gipuzkoa
621

Gipuzkoa es el territorio con más espacios deportivos dedicados a la pelota
Gipuzkoa
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Gipuzkoa es el territorio con más espacios deportivos dedicados a la pelota
Gipuzkoa
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Gipuzkoa es el territorio con más espacios deportivos dedicados a la pelota
Gipuzkoa
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Abaltzisketa tiene uno de los 621 frontones repartidos por Gipuzkoa.
Una suma que supera a los 514 de Bizkaia.
Y queda lejos de los 215 de Araba.
AUX STEP FOR JS
Los datos del censo de instalaciones deportivas elaborado por el Gobierno Vasco, las diputaciones y ayuntamientos y actualizado anualmente demuestran esta omnipresencia de frontones en Gipuzkoa. Una lista que comprende equipamientos deportivos, tanto públicos como privados que sean de uso colectivo, y que refleja la gran tradición que existe en Euskadi. De hecho, todos los municipios cuentan al menos con un espacio en el que se encuentra un frontón, trinquete o pared preparada para la pelota.
El significado de estas dos paredes casi siempre pintadas del característico verde frontón va más allá de lo deportivo. «Es uno de los pocos espacios que tenemos en el pueblo para juntarnos los fines de semana, las tardes o para hacer deporte. Jugamos a pelota pero también a frontenis o a fútbol. Desde siempre el frontón ha sido el sitio donde nos hemos juntado. Es una de las zonas principales del pueblo», cuenta Zubizarreta. «Las clases de educación física de la escuela también se hacen en el frontón, y muchas veces hemos traído jugadores de rugby o pelotaris para organizar charlas con los niños. Tiene muchas utilidades», cita una de las profesoras. En su origen, fueron la piedra angular desde donde se fueron construyendo el resto de casas, junto a la iglesia y el ayuntamiento.

Los chavales se lo pasan en grande en el frontón durante el recreo, aunque este rato jugaron más con los pies que con la mano

Los chavales se lo pasan
en grande en el frontón durante el recreo, aunque este rato jugaron más con los pies que con la mano

Los chavales se lo pasan
en grande en el frontón durante el recreo, aunque este rato jugaron más con los pies que con la mano

Los chavales se lo pasan en grande en el frontón durante el recreo, aunque este rato jugaron más con los pies que con la mano


Otro frontón improvisado que utilizan los más txikis –y que no entra dentro de la estadística– es el kontzejupe, una pequeña pared en los bajos del ayuntamiento. Salta a la vista que, en lo alto de la pared un cartel advierte de la prohibición de jugar a pelota y al balón, aviso que los más pequeños de Abaltzisketa pasan por alto. Zubizarreta tiene una promesa. «Llevamos años intentando sacarlo de ahí, así que me comprometo a quitarlo», afirma entre risas.

El cartel que prohibe jugar a la pelota en el kontzejupe de Abaltzisketa
El alcalde de Abaltzisketa, Jon Zubizarreta

El cartel que prohibe jugar a la pelota en el kontzejupe de Abaltzisketa
El alcalde de Abaltzisketa, Jon Zubizarreta

El cartel que prohibe jugar a la pelota en el kontzejupe de Abaltzisketa
El alcalde de Abaltzisketa, Jon Zubizarreta

El cartel que prohibe jugar a la pelota en el kontzejupe de Abaltzisketa
El alcalde de Abaltzisketa, Jon Zubizarreta
Hay otros municipios que tienen dos, tres, cuatro y hasta los más de 130 que suma Donostia, la localidad con más espacios dedicados a la pelota (cada instalación deportiva puede tener varios espacios o paredes). Por encima de ciudades como Bilbao y Vitoria. No quedan lejos Hondarribia, Azpeitia o Errenteria, que superan la veintena. La relación es clara en este caso: a más población, más frontones. Sin embargo, hay casi 40 veces más posibilidades de pisar un frontón en Beizama que en Donostia.
Beizama puede presumir de ser el municipio con mayor promedio de frontones por habitante de toda Euskadi. Salen a casi 2 frontones por cada 100 habitantes, frente a los 0,04 de la capital guipuzcoana. Esta pequeña localidad ubicada en el corazón geográfico del territorio, a 485 metros de altura en plena montaña y rodeada de verde tiene más frontones que bares. Se explica porque son 103 habitantes para los dos frontones que hay en el pueblo.
El más nuevo es el Illaunpe, construido en 1988 y donde este martes una gran cuadrilla de niños y niñas jugaba a todo tipo de deportes. Estaban en Beizama «de excursión» y para ellos el frontón era la cancha para pasárselo bien con la pelota, el fútbol o el baloncesto.

Unas cuantas líneas ‘de más’ y una canasta multiplican los deportes en Illaunpe

Unas cuantas líneas ‘de más’ y una canasta multiplican los deportes en Illaunpe

Unas cuantas líneas ‘de más’ y una canasta multiplican los deportes en Illaunpe

Unas cuantas líneas ‘de más’ y una canasta multiplican los deportes en Illaunpe
De hecho, es habitual que algunos de los espacios deportivos que albergan un frontón puedan dedicarse a su vez a otros deportes.
En Gipuzkoa, según los datos extraídos del censo, hay ocho instalaciones en las que hay un frontón, pero la actividad deportiva principal es el baloncesto, el patinaje o la gimnasia...
Son 17 donde el espacio está más enfocado al fútbol…
Y en el 95% de los casos la actividad deportiva principal es la pelota:
Es el caso del Illaunpe en Beizama y también del frontón del pórtico de la Iglesia de San Pedro, del siglo XVII, a la entrada del pueblo y con vistas al valle que envuelve el embalse de Ibai Eder. En el censo este espacio data de 1900.

Aunque desgastada, la chapa resiste los pelotazos en el pórtico de la iglesia de Beizama

Aunque desgastada, la chapa resiste los pelotazos en el pórtico de la iglesia de Beizama

Aunque desgastada, la chapa resiste los pelotazos en el pórtico de la iglesia de Beizama

Aunque desgastada, la chapa resiste los pelotazos en el pórtico de la iglesia de Beizama
Del siglo XVII es la primera referencia del frontón Zimiterio de Zizurkil, ubicado en el pórtico de la iglesia San Millán, tal y como aparece referenciado en los datos. En esta estadística se muestra también el año de construcción de cada espacio –que aparece en un 98% de los frontones– y los más antiguos de Gipuzkoa datan de 1600: el de Zimiterio y el frontón de la plaza de Gaintza.
Hay joyas históricas, pero la mayoría de los frontones que aparecen recogidos en estos datos se construyeron entre 1970 y 1985.
En muchos casos se han convertido en el núcleo social del municipio e incluso han llegado a marcar arquitectónicamente el carácter de la villa. «Hay cuatro o cinco piezas que componen estas plazas en los pueblos. Puede estar la iglesia, el ayuntamiento, el bola toki, la escuela... Y, gracias a eso, el frontón consigue hacerse con un espacio 'ad hoc' que deja una impronta en nuestro urbanismo», escribe Alberto Ustarroz, coautor del libro 'Plazas con frontón en Euskal Herria'.
«El frontón consigue hacerse con un espacio 'ad hoc' que deja una impronta en nuestro urbanismo»»
Alberto Ustarroz
Coautor del libro 'Plazas con frontón en Euskal Herria'
La presencia del frontón en la actividad deportiva de los municipios guipuzcoanos es evidente. Tres de cada diez instalaciones deportivas de Gipuzkoa cuentan con al menos un frontón, liderando también la estadística autonómica por delante de Araba y Bizkaia.

En tres de cada diez instalaciones deportivas de Gipuzkoa hay al menos un frontón
Araba 16,6%
Bizkaia 22,4%
Gipuzkoa 29,9%
Otras instalaciones deportivas en las que no hay un frontón, trinquete o pared para la pelota

En tres de cada diez instalaciones deportivas de Gipuzkoa hay al menos un frontón
Araba 16,6%
Bizkaia 22,4%
Gipuzkoa 29,9%
Otras instalaciones deportivas en las que no hay un frontón, trinquete o pared para la pelota

En tres de cada diez instalaciones deportivas de Gipuzkoa hay al menos un frontón
Araba 16,6%
Bizkaia 22,4%
Gipuzkoa
29,9%
Otras instalaciones deportivas en las que no hay un frontón, trinquete o pared para la pelota

En tres de
cada diez instalaciones deportivas de Gipuzkoa hay
al menos un frontón
Araba 16,6%
Bizkaia 22,4%
Gipuzkoa
29,9%
Otras instalaciones deportivas en las que no hay un frontón, trinquete o pared para la pelota
«Este año es muy especial, hacemos 50 años como club. Han pasado muchísimas personas por aquí, muchísimos pelotaris. Para mí es un honor ser presidente», dice orgulloso Jokin Altuna. En pueblos como Amezketa el ídolo de los niños gana a Messi y Cristiano. Todos quieren ser como el campeón manomanista. Y algunos tienen la oportunidad de compartir peloteo con él dos días a la semana en el frontón Larrunarri, uno de los cuatro que hay en el pueblo del que es oriundo el laureado deportista.

Para los más pequeños la pelota es un juego que, en el caso de los amezketarras, se juega junto al referente Jokin Altuna

Para los más pequeños la pelota es un juego que, en el caso de los amezketarras, se juega junto al referente Jokin Altuna

Para los más pequeños la pelota es un juego que, en el caso de los amezketarras, se juega junto al referente Jokin Altuna

Para los más pequeños la pelota es un juego que, en el caso de los amezketarras, se juega junto al referente Jokin Altuna
Zazpi Iturri es cuna de muchísimos pelotaris que han dado el salto a profesionales. Irribarria, Saralegi y Jaka también pasaron por las filas del club. Nada más acceder al frontón, una placa se encarga de recordar a otro de los grandes que salieron de Amezketa. Joxean Tolosa, campeón Manomanista en 1989. «La pelota y el frontón son muy importantes aquí en Amezketa. Es el deporte que más se practica cuando somos críos», da fe Altuna. Aun así, como añade el alcalde, Mikel Arteaga, en municipios pequeños como Amezketa el frontón «tiene una función social muy importante más allá de la pelota».
A eso de las cinco de la tarde, un grupo de niños y niñas de varias edades entran al frontón con sus bocatas, los tacos puestos y las pelotas. Y empieza a sonar así.
Nada más pisar la cancha pelotean en todas direcciones bajo la mirada de Altuna. «Juegan muchos chicos y chicas de todas las edades. Ahora mismo el club está bastante bien. Como amezketarras es muy importante tener un buen club de pelota. Para mí personalmente la pelota lo ha sido todo».
«Con 12 años, como en todos los pueblos, es cada vez más difícil que jueguen a pelota pero ahí estamos, intentando meterles el gusanillo desde críos»
Jokin Altuna
Manomanista
«Aquí se juega a varios deportes pero hay muchos frontones. La pelota es el deporte que más se practica», asegura el pelotari. «Luego con 12 años, como en todos los pueblos, es cada vez más difícil que jueguen a pelota pero ahí estamos, intentando meterles el gusanillo desde críos». Primero con la 'goxua' con cuatro o cinco años y luego con los tacos.
El relevo generacional en la pelota a mano es uno de los desafíos de este deporte. En Gipuzkoa hay cerca de 200 frontones que están dentro de colegios o institutos. Santo Tomas Lizeoa de Donosti alberga hasta 10 espacios dedicados a la pelota (dos frontones y ocho minifrontones) y la ikastola Txingudi de Hondarribia cuenta siete en la estadística. Los mismos que hay en los emblemáticos frontones Oteiza de Azkoitia.

Los frontones Oteiza, obra inspirada por el propio artista y diseñada por el arquitecto Carlos Ceballos y el escultor Antton Mendizabal

Los frontones Oteiza, obra inspirada por el propio artista y diseñada por el arquitecto Carlos Ceballos y el escultor Antton Mendizabal

Los frontones Oteiza, obra inspirada por el propio artista y diseñada por el arquitecto Carlos Ceballos y el escultor Antton Mendizabal

Los frontones Oteiza, obra inspirada por el propio artista y diseñada por el arquitecto Carlos Ceballos y el escultor Antton Mendizabal
Frente a problemas de cantera y la competencia de otros deportes, la pelota a mano vive una época dorada en Gipuzkoa. El propio Jokin Altuna se ha calado tres txapelas manomanistas –incluida la última– en los últimos diez años; Iker Irribarria, dos; y Erik Jaka, una. El propio Altuna ha conquistado cuatro títulos del Cuatro y Medio. Y el Campeonato de Parejas ha visto en lo más alto del podio a Beñat Rezusta en dos ocasiones y en una a Irribarria y Altuna III. Muchos triunfos que se han celebrado fuera del territorio. De hecho, la última final de las tres grandes competiciones disputada en San Sebastián fue la ganada por Juan Martínez de Irujo a Julen Retegi en 2014, hace once años.
Muchos frontones, pero ninguna final
El peso de Gipuzkoa en la actividad de las dos grandes empresas de mano es enorme. De los 56 partidos que han compuesto la primera fase del Campeonato de Parejas se han jugado 22 en distintas localidades del territorio. Suponen el 40%.
Pero, la calidad media de los frontones guipuzcoanos (con históricos como el Astelena de Eibar o el Municipal de Bergara, el Galarreta como templo del remonte en Hernani, el Carmelo Balda en San Sebastián para la cesta punta o el remozado Uranzu de Irun) no ha sido suficiente para mantener las grandes finales del calendario. El Atano III, referente en el territorio y con un aforo aproximado de 1.600 espectadores, salió de esa rueda por la construcción en Bilbao del Bizkaia y en Pamplona del Arena, ambos con capacidad para 3.000. La posibilidad recaudatoria que ofrecen uno y otro no es comparable con la del legendario recinto donostiarra.
En este sentido, la recuperación de las finales para Donostia requiere disponer de un frontón capaz de competir en aforo con el Bizkaia y el Arena, que doblan casi su número de asientos. El alcalde, Eneko Goia, habla de una remodelación del Atano III. La construcción del Illunbe Berria podría ofrecer una oportunidad que no descarta el concejal de Deportes, Iñaki Gabarain. El reto exige por lo menos unidad de acción.
Más allá de la estadística
A la espera de esa nueva gran instalación, Gipuzkoa es, sin duda, territorio frontón. Hay incluso muchos más de los 621 descritos. Fuera de la estadística oficial, hay que sumar las instalaciones privadas construidas en viviendas, fuera del ojo público. En el corazón de Oiartzun, por ejemplo, en 1980, se construyó una casa que incluía dos pisos y un tesoro en el garaje: un pequeño frontón que ha hecho las veces de gimnasio para varias generaciones de la familia del laureado ciclista Miguel Mari Lasa.
«Sobre todo en invierno, cuando el tiempo no acompaña, se convierte en escenario de innumerables partidos que terminan en intensos piques y buenas sudadas», cuenta el mítico campeón. «Además de los piques familiares, el frontón ha sido la excusa para juntarse entre varios miembros de la familia para pasar una tarde», recuerda Lasa. Los clásicos partidos daban paso casi obligatoriamente a una comida o cena familiar, por lo que el frontón ha sido para la familia Lasa «motivo de unión» en muchas ocasiones.

Un espacio perfectamente preparado para jugar a la pelota en un garaje de Oiartzun

Un espacio perfectamente preparado para jugar a la pelota en un garaje de Oiartzun

Un espacio perfectamente preparado para jugar a la pelota en un garaje de Oiartzun

Un espacio perfectamente preparado para jugar a la pelota en un garaje de Oiartzun
Del silencio del garaje, regresamos al ruido de la pelota que resuena en la chapa del frontón de Amezketa, donde el más joven de la clase es un niño de seis años que ya golpea el cuero con tacos. «Ahí comienza lo bonito, pero también lo difícil porque ya es casi una hora al día para poner los tacos. Pero ahí estamos nosotros para ayudar. Para mí fue la época más bonita porque fue el mayor cambio», recuerda Altuna. Otro niño se le acerca para pedirle ayuda. «Este por ejemplo no entrena hoy, pero viene a jugar aunque no le toque, como hacía yo de pequeño», reconoce el campeón amezketarra que sonríe al ver el futuro de la pelota creciendo entre las paredes del frontis de su pueblo.
La base de datos de este reportaje procede del censo de instalaciones deportivas de Euskadi, que puede consultarse aquí y que ha sido extraída por este diario a través del portal de datos abiertos del Gobierno vasco, con fecha de actualización del 12 de febrero de 2025. Esta información ha sido analizada y comparada con los mismos datos publicados tanto en la propia página del censo como en la web del Gobierno vasco. En este proceso, se han identificado todos aquellos espacios deportivos en los que consta un frontón, trinquete o pared para el juego de la pelota (excluyendo las pistas específicas de los squash) y se ha validado cada uno de ellos a mano, a fin de conseguir la cifra más exacta. En este proceso se ha encontrado alguna inconsistencia en los datos (como la ausencia de municipios como Ea o Usansolo), que ha sido subsanada. Hay que tener en cuenta que estos datos son introducidos en una plataforma por las instituciones competentes y que en el transcurso del volcado y limpieza de los datos puede haber algún error. El censo está compuesto por las instalaciones públicas o privadas de uso colectivo. Este censo se rige en la actualidad por el artículo 109 de la Ley 2/2023, de 30 de marzo, de la actividad física y del deporte del País Vasco que establece que la Administración general de la Comunidad Autónoma competente en materia deportiva, los órganos forales de los territorios y los municipios deberán elaborar y mantener actualizado, como mínimo cada cinco años, un censo de los equipamientos deportivos y de la actividad física públicos y privados de sus correspondientes ámbitos territoriales.







