Condenado a 2 años de prisión el exsumiller de Mugaritz por apropiarse de botellas de vino del restaurante
Deberá además abonar 22.486,70 euros de indemnización
El exsumiller del restaurante Mugaritz, Guillermo Cruz, ha sido condenado a dos años de prisión por apropiarse de botellas de vino del restaurante para su ... propio lucro. Además deberá abonar una indemnización de 22.486,70 euros.
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Guillermo Cruz trabajó en Mugaritz desde 2012 hasta 2019, año en el que se destaparon estos hechos y fue despedido. Tenía prestigio como sumiller (en 2014 fue nombrado mejor sumiller de España), y entre sus funciones estaban la elaboración de la carta de vinos ofrecidos en el restaurante y elección de maridajes, gestión de la bodega y control del stock, además de ofrecer catas y cursos.
Cruz estaba acusado de robar botellas de vino de muy alto valor tanto para el consumo propio como para su venta a terceros, obteniendo así un beneficio económico. Los hechos ocurrieron entre 2017 y 2018, cuando el sumiller había alcanzado el cargo de jefe de sala del famoso restaurante situado en Errenteria, y era por tanto un hombre de confianza para el chef, Andoni Aduriz, que en este caso ha ejercido la acusación particular.
El tribunal de la Audiencia de Gipuzkoa considera probado que llevó a cabo diecisiete ventas distintas de lotes de botellas de vino a una empresa distribuidora, la cual ingresaba los importes de las botellas en su cuenta bancaria personal. El precio de algunas de esas botellas alcanzaba los 1.600 euros, y todas ellas eran propiedad del restaurante. El valor total del vino que vendió Cruz es de 22.486,70 euros.
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También vendió botellas a otra bodega por 2.000 euros, si bien el tribunal considera que no se ha probado cuántas ni a quién pertenecían.
Cruce de acusaciones
Durante el juicio por estos hechos, celebrado el pasado mes de enero en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, varios miembros del restaurante Mugaritz relataron cómo descubrieron que su sumiller se había apropiado de unas 30 botellas durante un inventario. Aduriz se confesó en «shock» cuando le relataron lo ocurrido. Por su parte, Guillermo Cruz declaró que todas las botellas que vendió eran suyas, y no del restaurante, las cuales había percibido de «regalos» o «compras» a proveedores particulares. Preguntado por la falta de más de 30 botellas de la bodega detectada durante el inventario, defendió que esos vinos fueron «vendidos en maridaje».
A la vista de la prueba practicada, el tribunal considera que el acusado «no ha acreditado documentalmente y de ninguna otra manera que las botellas de vino que vendió fueran de su propiedad», mientras que el restaurante sí presentó las facturas de adquisición de dichas botellas.
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Del mismo modo, señala que no ha probado que esas ventas fueran «conocidas, aceptadas y consentidas» por el restaurante, tal y como afirmó durante el juicio, y que resulta a su vez «inverosímil» que Mugaritz le dejase vender esas piezas a nivel «particular» debido «al elevado importe de casi todas esas botellas».
Respecto al resto de botellas que vendió y cuya propiedad no ha podido demostrar el restaurante, el tribunal no puede intervenir, si bien señala que dado que el exsumiller disponía de «un nicho propio de botellas en la bodega del restaurante», no resulta «una hipótesis absurda, ilógica o absolutamente rechazable» que esas botellas fueses efectivamente suyas.
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El tribunal considera que estos hechos «constituyen un delito de apropiación indebida en cuanto que procedió a hacer suyas las botellas de vino que pertenecían al restaurante Mugaritz» que después vendió «con ánimo de lucro». Por ello le condena a dos años de prisión, al pago del importe de las botellas sustraídas que han sido acreditadas como tal, de 22.486,70 euros, y al abono de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular. La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
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