Un hombre compra lotería en una oficina, en una foto de archivo. Lobo Altuna

El primer premio de la Lotería deja 1,5 millones de euros en Donostia

El número ganador 84.551 se ha vendido íntegramente en la administración número 9 de la calle Bermingham de Gros repartiendo 150.000 euros por décimo

Javier Guillenea

San Sebastián

Sábado, 4 de septiembre 2021

«Habrá que salir esta noche por Gros para ver las caras de la gente y si alguno cena más de lo debido», dice entre risas Mikel Garmendia, copropietario, junto a su padre, de la Administración de lotería número 9 de Gros, en la calle Bermingham. Alguno o algunos vecinos del barrio, no se sabe cuántos, tienen hoy bastante más dinero que ayer.

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Faltaba media hora para que Mikel y su padre cerraran ayer su establecimiento cuando, a la una de la tarde, en la televisión salió el número del primer premio del especial de septiembre de la Lotería Nacional. Era el 84.551, agraciado con 1,5 millones la serie, 150.000 euros el décimo. «En cuanto lo escuché, me sonó de algo. Cuando vimos que lo habíamos vendido nosotros nos llevamos una gran sorpresa, no nos lo creíamos», recuerda.

En realidad no se lo creían por falta de costumbre, porque nunca habían repartido un premio tan alto. «Cogimos hace dos años la administración porque los anteriores dueños se jubilaron y se puede decir que todavía somos nuevos. Hasta ahora habíamos dado premios menores, pero ninguno tan grande como este», afirma Mikel, que ya sueña con el efecto llamada para la lotería de Navidad. «Esto nos va a dar un empuje», asegura.

En el frigorífico

Sueña también con el lunes, con el momento en el que aparezcan los delegados de la Lotería Nacional para entregarles el cartel que certificará desde el escaparate que en esa Administración se ha vendido un primer premio. Será entonces cuando sabrán cuántas series han vendido y si el dinero está muy repartido o no, porque los sábados por la tarde cierran y los datos oficiales del sorteo se conocen el lunes. De lo que sí están bastante seguros es de que ha tenido que quedarse en Gros porque sus clientes son mayoritariamente del barrio.

«Espero que sea un cliente habitual, uno de nuestros vecinos», dice Mikel esperanzado. Quizá mañana puedan celebrar juntos su buena suerte. «Mi padre ya ha metido en el frigorífico de la administración varias botellas de champán para celebrarlo».

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