Cuatro jóvenes charlan ante la playa de La Zurriola. Borja Luna

Más de la mitad de los euskaldunes de Donostia habla con mayor soltura castellano u otro idioma

Política lingüística. ·

El conocimiento del euskera sigue subiendo, pero, tal y como ocurre en Hego Euskal Herria, se estanca la transmisión y crece el uso simultáneo de dos o más lenguas

Gaizka Lasa

San Sebastián

Sábado, 2 de agosto 2025, 00:07

El estudio demolingüístico encargado por el Ayuntamiento de Donostia a la firma Siadeco arroja una buena noticia para el euskera y otra que no lo ... es tanto. La parte medio llena de la botella tiene que ver con el pasado reciente y su reflejo en el presente y futuro a corto plazo. El conocimiento del euskera ha crecido en las últimas décadas, fundamentalmente impulsado por el sistema educativo, y las cifras seguirán subiendo por influencia de esos alumnos formados en euskera que ahora están en edad de tener familia. Con todo, en 2021 el 46,7% de donostiarras eran euskaldunes y en 2036 la cifra crecerá hasta el 52,9%. Acompaña al dato que se reducen los llamados 'casi euskaldunes', aquellos que entienden euskera pero lo leen o lo utilizan con dificultad.

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La lectura más inquietante tiene que ver con el futuro a medio y largo plazo. Los datos señalan que la transmisión del euskera como primera lengua se estanca y que la convivencia creciente con otros idiomas afectará también a los hábitos de uso. Cada vez son más quienes, a pesar de saber euskera, se manejan con más comodidad en otro idioma: eran el 46,4% en 1991 y el 52,9% en 2021. Así, más de la mitad de los donostiarras euskaldunes se maneja ya con mayor soltura fundamentalmente en una segunda lengua, mayoritariamente en castellano, pero también inglés, francés, árabe, rumano, chino, ruso u otros.

La situación, lejos de ser catastrófica, dibuja una tendencia que llama a la acción a aquellas instituciones implicadas en el fomento del uso del euskera. Tanto el Ayuntamiento de Donostia como la mancomunidad de municipios euskaldunes UEMA han movido ficha encargando un exhaustivo examen demolingüístico para elaborar planes de futuro.

Es el contexto de los más jóvenes dentro de unos años el que atiza la conciencia euskaldun. Si al inicio del milenio (2001) la población euskaldun se concentraba mayormente en edades jóvenes, este estudio refleja que tres décadas más tarde esas personas que más recurren al idioma autóctono engrosarán la tercera edad. Solo el 13,6% de los euskaldunes estará en la productiva edad de entre 15 y 24 años en 2036. Por contra, el 45% de los euskaldunes donostiarras, casi la mitad, tendrá más de 45 años. Alargar más allá la línea del tiempo conduce a conclusiones inevitablemente inquietantes.

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Guarda relación con esta evolución el concepto de la transmisión de un determinado idioma como primera lengua. La costumbre de enseñar el euskera como idioma principal muestra una tendencia a la baja, igual que la de inculcar en exclusiva el castellano. Por contra, se aprecia un incremento de quienes forman a sus hijos en una mezcla de ambos idiomas y crece sobre todo la transmisión de terceras lenguas.

Los datos de Donostia constatan la fuerza del euskera en medio del territorio vasco más euskaldun, pero no esquivan una tendencia que se aprecia en toda Hego Euskal Herria, tal y como revela el trabajo paralelo presentado hace dos semanas por UEMA.

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La tendencia a la mezcla es evidente. En el conjunto de Euskadi y Navarra, los que recibían al mismo tiempo el euskera y el castellano como primer idioma eran el 3,6% en 2001, el 6,1% en 2021 y serán el 6,6 en 2036. Pasarán de 91.825 habitantes a 196.529. Además, quienes heredan desde niños idiomas diferentes al euskera o castellano eran el 1,8% en 2001, pasaron al 6,1% en 2021 y, según las proyecciones, llegarán al 10,8% en 2036 debido a los flujos migratorios.

Darle valor en las OPE

En cambio, el porcentaje de quienes reciben solo el euskera baja desde el 18% hasta el 13,7% en el periodo analizado. Aunque en Donostia el dato es mejor, la tendencia –menos acusada– es la misma: cae desde el 19,5% hasta el 17,1%.

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En este contexto, el concejal de Euskera de San Sebastián, Jon Insausti, pone en valor el concepto de 'euskaldun osoa' y explica que aunque los niveles de conocimiento siguen creciendo, «la capacidad o aptitud no está siendo suficiente en muchos casos para afrontar el reto social de comunicarse en euskera». El capítulo de la transmisión va de la mano. Concluye, tras el análisis de los datos proporcionados por Siadeco, que «la presencia del euskera va a crecer, pero también la convivencia con otros idiomas».

Identificado el reto, el Ayuntamiento diseña un plan general estratégico del euskera con cuatro ejes: «mejorar la capacitación, proteger los 'arnasguneak' (entornos que garantizan el uso normalizado del euskera), acercar a los inmigrantes al idioma con programas específicos y fomentar la motivación para aprenderlo».

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Otorgarle un valor, por ejemplo, para acceder a determinados trabajos, sería una de las vías para prestigiar el euskera, en pleno litigio acerca de su exigencia en las ofertas públicas de empleo. «Al fin y al cabo, la Administración ha sido, junto con la escuela, una de las dos principales fábricas de euskaldunes», sostiene Insausti. De los legisladores y la Justicia depende que lo siga siendo.

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