Robaba en los vestuarios de los obreros
Año 1965 ·
«Brillante labor de la B.I.C.: Detuvo a varios maleantes», titulaban hace sesenta años. La BIC era la Brigada de Investigación Criminal de la Policía Municipal y perseguía a los «maleantes» para poner fin a sus «fechorías»La palabra Bic nos recuerda al bolígrafo, pero en San Sebastián, no el Bic sino la BIC, era otra cosa. Eran las siglas de la ... Brigada de Investigación Criminal de la Guardia Municipal, que durante años dirigió Jesús Ortega. Sus acciones contra el crimen más o menos organizado eran elogiadas con frecuencia en nuestro periódico.
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En la edición del 20 de noviembre de 1965 encontramos un repaso a las últimas actuaciones de la brigada, bajo el título de 'Brillante labor de la B.I.C.: Detuvo a varios maleantes'. Empezaba así...
«La Brigada de Investigación Criminal de San Sebastián, que con tanta eficacia y acierto dirige el comisario jefe de la plantilla, don Jesús Ortega, ha puesto fin a una serie de fechorías cometidas por diversos maleantes».
Es curioso el lenguaje, que ahora nos suena al viejo cine negro, empleado en aquel texto, que empezaba con alguien que engañaba a emigrantes...
«En cuestión de pocos días la Policía ha detenido a P. U. U., autor de varias estafas llevadas a cabo en Irún a súbditos portugueses, aprovechándose de la intención de éstos de pasar clandestinamente a Francia, hecho ya típico en nuestra frontera y en el que por lo visto no escarmientan ni los portugueses ni los falsos personajes que se comprometen a pasarlos al 'otro cotté', a juzgar por las veces que son detenidos por la Policía».
Un detenido por la BIC, «atildado» él, no se dedicaba a robar en villas sino en modestos vestuarios de obras...
«Otro personaje –escribían hace sesenta años– es P.V. de M.A., atildado, de porte distinguido, que desde hace cosa de un mes se dedicaba en San Sebastián y en diversos barrios de nuestra ciudad a demostrar sus habilidades al sustraer cuanto podía de los vestuarios de las obras mientras trabajaban los obreros. Se recuperaron en el momento de su detención una serie de relojes, sortijas y dinero que los obreros guardaban en sus ropas».
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'Visitas' nocturnas
Otro de aquellos maleantes de poca monta había mangado afeitadoras eléctricas...
«No fue fácil la localización de J.G.M., que carecía de antecedentes penales y que operaba en San Sebastián e Irún, con cierto desparpajo. Se dedicaba por las noches a 'visitar' las oficinas de las empresas, llevándose cuanto había a su alcance. Así logró hacerse con una importante cantidad de dinero, juntamente con un aparato de magnetofón, un tomavistas, máquinas eléctricas de afeitar, una caja portátil de caudales y algunos objetos más».
El listado finalizaba con otro detenido en noviembre del 65, «F.V.O., que penetró en dos villas de nuestra capital, llevándose de una de ellas una suma de dinero y joyas valoradas en cien mil pesetas, que han sido recuperadas en su totalidad (...). La B.I.C. le ha chafado las vacaciones en la Costa del Sol, que parece tenía programadas. Se quedará por una temporada en Martutene, que no es lo mismo».
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