Monumento a Mari en el muelle donostiarra. Kutxateka
La calle de la memoria

José María Zubia 'Mari', héroe de la Jarana

Javier Sada

San Sebastián

Domingo, 23 de julio 2023, 08:45

El comandante de Marina de San Sebastián dejó escrito que ayer, 22 de julio (de 1861), «cuando un impresionante temporal azotaba la costa, se me ... presentó espontáneamente el patrón de pesca José María Zubia con nueve jóvenes, solicitando permiso para ir, con una chalupa de su propiedad, en auxilio de los siete donostiarras desgraciados que, en su lancha 'San José', estaban siendo arrastrados por el oleaje cerca de la Zurriola». El relato continúa recordando los tres cuartos de hora que tuvieron que estar luchando contra las olas, «ganando el remo contra un viento huracanado y un mar horrible, sin que por un momento se les viera desmayar». Con «serenidad, arrojo, sangre fría e inteligencia» pudieron recoger a los náufragos que existían cuando llegaron, pues uno ya había sucumbido.

Publicidad

Por esta gesta les fue concedida la Gran Cruz de Beneficencia de la Marina. La vida de José Mari, nacido en Zumaia en 1809, desde que con nueve años se enroló en la lancha de su padre, siempre estuvo marcada por sus gestas marineras, redactando sus biógrafos que «nunca conoció maniobra peligrosa y jamás cedió a otro los puestos más arriesgados».

La Zurriola fue escenario de una de las muchas heroicas escenas protagonizadas por Mari y su tripulación

Persona de gran nobleza, se escribía en la revista 'Ciaboga', en cierta ocasión en la que fallecieron dos de los tripulantes de su trainera, dejando viudas y huérfanos, Mari les consoló diciendo: «Mientras yo exista no penetrará en vuestra casa la indigencia... y todas las noches, al retornar de la pesca, ponía buen cuidado en separar, aún a costa de la suya, en las partillas de la lancha, las que se destinaban a sus compañeros fallecidos», escribían.

Joaquín Jamar, por su parte, dejó escrito que «su vida fue una larga serie de actos de valor, de abnegación y de generosidad», como el ocurrido cinco años después del anteriormente recordado.

Aquella mañana del 9 de enero de 1866, el mal tiempo imperaba en la cornisa cantábrica. «Grandes olas y fuertes vientos amenazaban a los arrantzales que habían salido a la mar, confiados en una bonanza atmosférica que no se cumplió», y desde las atalayas de Urgull y los espigones del muelle se vigilaba el agitado horizonte. Fue entonces cuando, fuera de puntas, cerca de la isla, se divisaron las txalupas, de Getaria, 'Elcano 1' y 'Elcano 2', que intentaban entrar en la bahía y luchaban por mantenerse a flote.

Publicidad

La mar se lo llevó para siempre cuando fuera de puntas, frente a la isla, salvó la vida de varios arrantzales

José María Zubia, que junto a otras personas se encontraba en el puerto, «llamó a su gente, montó en una pequeña treñera y partió con intención de ayudar a los náufragos». En pie sobre la popa, aproximándose a los marineros, consiguieron su salvación y, de repente, «en un momento de gran turbulencia, la barca volcó y sus cinco tripulantes cayeron al agua, viéndose a Mari, sin conseguirlo, intentar sujetarse a la proa hasta que el mar se lo llevó para siempre».

Contaron los mentideros que un aristócrata ofreció una onza de oro para cada hombre, siendo respondido por un viejo patrón que «en esta ciudad no se cobra por hacer esto». Aquella jornada, la galerna quitó la vida a treinta y ocho arrantzales. A 'Aita Mari', el héroe del barrio de la Jarana, se le recuerda con un monumento sito en Kai-arripe, obra del mallorquín Jacinto Matheu, que en 1900 sustituyó al primitivo, donado a la Villa de Zumaia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad