En la sede del Centro Burgalés de la calle Miramar. KUTXATEKA

La calle de la memoria

El centro burgalés

Javier Sada

San Sebastián

Jueves, 13 de junio 2024, 02:00

El desde 1990 'Centro Burgalés Castellano-Leonés', se fundó oficialmente el 18 de junio de 1916, aunque ya se le conoce, allá por el año ... 1900, celebrando sus antiguas y tradicionales fiestas, ya fueran las de San Pedro ya las de San Lesmes, patrón de Burgos.

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Desde el número 36 de la calle Prim, domicilio de su primera sede, dirigida por: Antonio Bruyel, presidente; Alvaro Antolín, vicepresidente; Eduardo Arnaiz, secretario; José Yela, tesorero; Federico C. Barbadillo, contador, y vocales: Joaquín Isla, Jenaro Ramiro Puras, León Pérez, Felipe García Espada y Vicente Hernáez, pasaron al segundo piso del nº. 11 de la calle Embeltrán donde compartieron local con los riojanos afincados en San Sebastián.

1942 < /style >

Éxito del Orfeón Burgalés en el Teatro Príncipe con un repertorio que embriagó con los suaves aromas de Castilla

Hasta llegar a su actual ubicación en la calle Bermingham el Centro Burgalés estuvo establecido en las calles San Marcial, Idiáquez, Aguirre Miramón, General Jáuregui, Miramar y Euskal Herria.

Luego, en los años cincuenta y sesenta, vendrían los bailes en 'La Perla', las verbenas en la calle Euskal Herria, las comidas, cenas y visitas de distintas agrupaciones musicales sin que faltara la Rondalla del propio Centro, muy dada, hasta nuestros días, a compartir alegría con el resto de las Casas Regionales y Sociedades Populares.

Son muy repetidas las fotografías que recuerdan a las respectivas Juntas Directivas del Centro acudiendo a la iglesia de San Pedro, en el muelle, ondeando su bandera y amenizados por la banda de música.

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Aunque lejos está todavía la fiesta de San Pedro, ayer y hoy, el año 1942, los burgaleses estuvieron de actualidad en San Sebastián por el «magnífico espectáculo que ofrecieron en el Teatro Príncipe».

Se anunciaba como «Grandioso acontecimiento artístico» en el que actuaba el Orfeón Burgalés con estampas clásicas corales y folklóricas. «Castilla canta y Castilla en fiestas», contaba con «100 coralistas de ambos sexos y el cuerpo de baile del Orfeón Burgalés».

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Teodoro Goñi de Ayala, periodista crítico teatral y cinematográfico de El Diario Vasco, escribió que «el arte acompañado del sabor tradicional deleita y conmueve, arrastrando al individuo a la meditación y el recogimiento espiritual». Fue su impresión ante la presentación del Orfeón Burgalés que «embriagó con los suaves aromas de la legendaria Castilla».

Gustó al cronista la 'Canción de trilla', la del 'Morito Pititón!' y la de 'Los gigantones, madre!', alabando la labor del director del espectáculo, el maestro de capilla de la Santa Iglesia Catedral de Burgos, Domingo Amoretti.

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No cuentan las crónicas si, antes o después de la exhibición, algunas personas tuvieron ocasión de acudir a la calle del 31 de agosto donde hoy, 13 de junio de 1942, abría sus puertas el Bar Martínez.

Era otra oportunidad para «pasarlo bien», el asistir al Salón Victoria donde debutaba 'Heredero y su orquesta', con el aliciente de «inaugurarse un aparato eléctrico 'Vibraphone', único en España». Se trataba de un instrumento musical de percusión con sonido propio, «idiófono en cuanto que tiene sonido propio». Un lamelófono similar al xilófono, marimba y vibrófono, pero con láminas de aluminio. La orquesta de Juanito Heredero fue clásica en los bailes de los Campos Elíseos y en distintas salas de la ciudad, junto con la 'Orquesta Ritmo' y la de 'Los Galdonas'.

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