El obispo Font Andreu, inaugurando la tómbola en 1960. PACO MARÍ / FONDO MARÍN

La calle de la memoria

1964 | «No podemos pasar otro año sin la tómbola»

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Martes, 22 de octubre 2024, 02:00

De nuestro entorno, creemos que únicamente en Pamplona han sido capaces de mantener viva su tómbola de caridad. Desde 1945 ahí sigue, en plena actividad, ... en el céntrico paseo de Sarasate, aprovechando las multitudes que visitan los sanfermines. La tómbola supone una buena fuente de ingresos para Cáritas de Pamplona.

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En San Sebastián tuvimos una tómbola similar, pero de historia más azarosa. Se instaló por primera vez en el Boulevard en el verano de 1952, «a beneficio de la Casa de Misericordia y el Hospital San Antonio Abad». Tuvo su época más dorada hacia 1960, cuando se vendían muchos boletos porque los premios eran de primerísimo nivel: un piso en Amara, un coche Seiscientos y diez motos Lambretta.

Pero en 1964 hubo críticas a que su caseta en pleno Boulevard resultaba antiestética y, por 11 votos contra 10, el Ayuntamiento no concedió el permiso a la tómbola, para escándalo de algunos. En 1970 Cáritas retomaría esa tómbola como fuente de ingresos, y en otra etapa posterior la llevaría Gureak, aunque ya sin la fuerza de antaño.

Hablamos de aquella tómbola veraniega en octubre porque el 22-X-1964 se publicó en la última página de DV un artículo de título elocuente: 'No podemos pasar otro año sin la tómbola de caridad'. Lo firmaba José María Castro, después de que hubiera pasado aquel primer verano en que el Ayuntamiento no autorizó su instalación.

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El autor no quería reavivar las heridas producidas: «Vamos a prescindir de los motivos que impidieron celebrarla. No queremos herir a nadie ni culpar a nadie. Lo único que afirmamos es que es absolutamente necesario que esa Tómbola vuelva a celebrarse. Que no pase otro año sin esta celebración y, por lo mismo, que los donostiarras tengamos la satisfacción de verla en el próximo año 1965».

Ochocientas familias

Castro quería centrarse en las consecuencias prácticas que ya había tenido la supresión: «La importancia de 'Cáritas' está evidenciada por las ochocientas familias (unas cuatro mil personas más o menos) que socorre habitualmente, y por la ayuda que presta a otras asociaciones benéficas donostiarras».

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«Desgraciadamente, este invierno esos socorros y ayudas tienen que disminuir notablemente. ¿Por qué? Porque 'Cáritas' tiene un déficit, este año, que supera el millón de pesetas. Y ese déficit recaerá necesariamente sobre esas ochocientas familias y sobre las ayudas que se ofrecían a las entidades benéficas aludidas. En consecuencia, nuestros pobres padecerán más frío y más privaciones alimenticias que en años anteriores».

Recordaba que la tómbola financiaba buena parte de la actividad de Cáritas y que «casi todos los que nos visitaron este verano hubieran participado con gusto en la Tómbola. Y hasta con satisfacción».

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