1954 | Coches a la carrera tras una gallina... y una sardina

Qué bien se lo pasaban nuestros padres y abuelos. Con frecuencia no sería así, por supuesto, pero cuando leemos informaciones sobre concursos y fiestas de antaño nos llegan ecos de risas y entretenimientos inocentes. Por ejemplo, aquellas yincanas o búsquedas del tesoro que organizaba el Club de Tenis. En el DV del 17-IX-1954 encontramos referencias a la que habían vivido la víspera parejas de jóvenes subidos a 44 automóviles, que recorrieron la ciudad buscando cumplir diez misiones, la mayor parte de ellas consistentes en conseguir objetos.

En nuestro diario consideraron la fiesta «muy divertida. Tomaron la salida 44 coches, resultando dicho momento muy espectacular, dado que los vehículos arrancaron con gran estrépito y en medio de numeroso público que los vio partir, numerados, mientras que la señora o señorita que acompañaban a su pareja abría el sobre misterioso donde se encontraban escritos los diez objetos a buscar en el plazo de dos horas».

Los diez objetivos requerían echarle ingenio, iniciativa y humor. Eran: «una gallina viva, una sardina; la firma de Pilar López dedicada a la solicitante; el nombre, dos apellidos y la firma del sereno de Comercio número dos de nuestra ciudad; el nombre de la artista de cine (Elizabeth Taylor) cuya fotografía apareció en la Prensa hoy hace justamente un año; un duro español de plata; un ejemplar de 'Don Quijote de la Mancha'; el texto del chotis 'Madrid, Madrid, Madrid'; escrito por el puño y letra del concursante; un gemelo de larga distancia y, por último, presentarse el conductor del coche tocado con una boina roja, azul o blanca y la señora o señorita con un lazo en la cabeza del mismo color que su pareja».

Las prisas y el jolgorio estaban garantizados. ¿Imaginan qué es lo que más les costó conseguir a aquellos concursantes de hace setenta años?

«Desde el primer minuto de la prueba se dirigieron los pasos a obtener los objetos más difíciles del concurso. Uno de ellos, la firma de Pilar López, que actuaba en el Victoria Eugenia. Aquello fue un asalto muy correcto a la gran artista que, entre número y número, fue firmando fotos y álbumes en medio de la mayor extrañeza».

«Otra de las dificultades era la sardina, por la hora y la poca entrada que tuvo dicho pescado en nuestro puerto, no abundaban. Pero el ingenio de las gentes no tiene límites y la sardina pudo ser adquirida, siendo presentada en aceite, escabeche, tomate, al natural y de las 'viejas'. Lo que causó gran regocijo fue la gallina viva. La pobre temió tener los minutos contados al encontrarse en un magnífico coche».

Tres parejas destacaron sobre las demás y volvieron al Tenis con todas las misiones cumplidas en tan solo 55 minutos. Eran las formadas por Sofía Plá y José María Bilbao, Margarita Gómez Acebo y Antonio Gamazo, e Isabel Peláez y Luis Rezola.