Plaza del Buen Pastor en construcción. KUTXATEKA

La calle de la memoria

1953 | Novedades en la Iglesia de El Buen Pastor

Javier Sada

San Sebastián

Martes, 4 de junio 2024, 02:00

Hoy por la mañana, a eso de las nueve, salía de la Casa Consistorial, por la calle Igentea, la Corporación Municipal, presidida por el alcalde ... Juan Pagola, vestida de gran gala, con sus sombreros y trajes oscuros. Los celadores, maceros, trompeteros y atabaleros abrían la comitiva para, por la calle Hernani y Loyola, llegar a la todavía recientemente consagrada como Catedral de la diócesis: El Buen Pastor.

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Hoy, 4 de junio de 1953, como según la tradición correspondía a los «tres jueves del año que relucen más que el sol», las calles del centro estaban «sembradas» de hierba recién segada y las fuerzas de la guarnición se estacionaban a lo largo del recorrido para rendir honores durante la carrera procesional.

En el templo estaba la plana mayor de las autoridades, siendo curioso «el celo que había en la prensa local para no 'meter la pata' a la hora de citar a todos los presentes, pues debía seguirse un estricto protocolo en las reseñas».

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Se inauguró el altar mayor y el coro capitular en el ábside y se construía uno de los grandes órganos de Europa

Hoy, Corpus Christi el año 1953, se instalaron altares en la plaza de Guipúzcoa, frente al Palacio Provincial, y en el lateral de la Casa Consistorial, dando frente al Boulevard, donde se harían paradas para el ritual de las bendiciones.

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La misa pontifical tuvo, en esta ocasión, un interés muy particular tanto en el aspecto religioso como artístico: durante la misma se bendijo e inauguró el altar mayor y el coro capitular situado en el ábside de la iglesia.

Recordaba don Luis Murugarren que el día de hoy «se inauguraron la sillería para el servicio coral, trabajada por la casa Goicolea y Arín, de Vitoria, y la nueva mesa del altar mayor, que fue consagrada el 30 de julio del mismo año, siendo sus medidas 4,04 metros de larga, por 1,55 de ancha y 0,25 de grosor, sumando en total un peso de 5.650 kilos». La mesa se construyó con mármol negro procedente de las canteras de Marquina.

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Estaba en marcha la instalación, pero todavía faltaban seis meses para que se inaugurara (19 de enero de 1954) el órgano que se anunciaba como «el mayor de España y uno de los mayores de Europa».

Hubo visitas al coro donde quedaría instalado «con su consola principal que constaría de cinco teclados para manos y uno de pies, además de otro suplementario» y tendría hasta ciento treinta juegos efectivos.

Eran noticia que «albergaría en su interior y exterior más de diez mil tubos, el mayor de los cuales mediría doce metros. Treinta toneladas de peso y un presupuesto superior al millón y medio de pesetas», cantidad que para tal fin había sido legada por el donostiarra Fermín Lasala, duque de Mandas.

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Los amantes de los distintos e importantes órganos repartidos por las iglesias guipuzcoanas, citaban como estaba siendo construido por Organería Española, en Azpeitia, y sus ventiladores, de varios caballos, por la Casa Meindinger, de Basilea.

Y como no solo de procesiones vivía la ciudad, los aficionados estaban pendientes del partido de esta tarde en Atocha, entre la Real Sociedad y el Real Madrid. Alineaban los segundos a Alonso, Navarro, Oliva, Lesmes, Muñoz, Zárraga, Olmedo, Joseito, Pahiño, Montalvo y Sobrado, y defenderían los colores de la Real: Eizaguirre, Echeveste, Suárez, Elizondo, Ontoria, Peporro, Querejeta, Vázquez, Paz, Igoa y Pérez. Venció la Real 3-1.

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