La plaza Lasala, en la década de los 40. Kutxateka
La calle de la memoria

1922 | En la plaza Lasala

Javier Sada

San Sebastián

Domingo, 28 de abril 2024, 08:47

Hoy, 28 de abril de 1922, la plaza Lasala conoció el acto de la entrega oficial, al Estado, del edificio que albergaría a la Delegación ... de Hacienda en Gipuzkoa. Fueron las principales autoridades protagonistas de la ceremonia el subdirector de Propiedades, Espila; el arquitecto de la Hacienda, Ferreras; el presidente de la Diputación, Elorza; el alcalde, Azcona, y el delegado de Hacienda, Chaves. Ferreras y Espila firmaron el acta de toma de posesión de la casa y todos los invitados procedieron a recorrer las distintas dependencias.

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Entre los grupos que en estas circunstancias se forman mientras cruzan salas y pasillos, son frecuentes conversaciones relacionadas con el edificio que se está visitando, no dudando que algún experto habría entre los allí presentes que recordaría cómo fue, allá por el año 1917, cuando se dictó una Real Orden autorizando a la Diputación a realizar la obra para destinarla a Delegación de Hacienda, permutando el solar por otro que existía en la plaza Gipuzkoa en el que se instalaría la Caja de Ahorros Provincial.

Tal día como el de hoy se hizo la entrega oficial del edificio destinado a la Delegación de Hacienda

El Ayuntamiento, cada vez que trataba el tema de construir este edificio se encontraba entre la espada y la pared por los perjuicios que podía ocasionar en la zona, terminando los plenos «retirándose en sesiones secretas para tratar el asunto».

Era uno de los problemas el futuro que el Ayuntamiento tenía destinado a esta plaza que, en los planos, quedaba unida al destino del Paseo Nuevo. La actual plaza Lasala estaba llamada a ser el final del Paseo Nuevo, cuyo proyecto contemplaba que, llegado donde conocemos el Aquarium, seguiría, «adosado al Castillo y volando sobre las casas del Muelle, con espectaculares columnatas y jardines», hasta, por la calle Mari, llegar a la plaza que nos ocupa, donde un monumental arco daría por concluido el paseo.

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Tampoco faltaría, seguramente, entre los invitados, el ilustrado conocedor de la historia local que informaría cómo esta plaza, hasta su apertura al público en 1851, era la continuación de una calle que comenzando en la plaza Vieja, actual Boulevard, junto a la calle Mayor, en cuesta y formando curva, llegando hasta la calle Campanario. En el proceso de reconstrucción de la ciudad, a partir de 1813, se adquirieron los solares y para la nueva traza se suprimieron desniveles y se creó la plaza de nuestros días donde, en principio, estuvo la Aduana.

Algo muy ligado al carácter donostiarra colaboró a dar personalidad a Lasala: en ella abrieron sus sedes las sociedades Tepsicore, Fraternal y Unión Artesana, extraordinariamente vinculadas al mantenimiento de nuestras más importantes tradiciones festivas.

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Pero el tiempo pasa, unos edificios sustituyen a otros, el vecindario va y viene, y los adoquines cedieron ante la brea o galipot del nuevo asfalto, siendo presenciado todo ello por el majestuoso rey de la selva que, melena al viento, sigue impertérrito en el centro de la plaza.

Procede el león de la antigua fuente de la muralla que Siro Alcain describe «vulgar y sin ninguna particularidad, salvo que estaba rematada por una gruta formada de piedra rústica, teniendo en el centro un león de color azul».

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La escultura del león procedente de una fuente anexa a las murallas llegó a la plaza tras estar en la fuente de la Salud

Derribadas las murallas, el león fue depositado en los almacenes municipales hasta que lo colocaron en la fuente de la Salud, en Amara, trasladándolo a su actual emplazamiento al poco de ser reformada la plaza. Fermín de Lasala y Urbieta nació en San Sebastián en 1798, fue alcalde, diputado foral, presidente de la Diputación, diputado a Cortes y secretario honorario de Su Majestad.

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