El diccionario de la RAE define marimacho como «mujer que en su corpulencia o acciones parece hombre». Para entender mejor el término, es revelador recordar ... qué actividades y actitudes se consideran propias de las mujeres. El estereotipo femenino del siglo XX se define, en el reino unido, durante la época Victoriana. La mujer ideal es frágil anímicamente, inestable en emociones y débil en lo físico. Sumisa con su marido, solícita con sus hijos, dulce y agradable en el trato y dependiente en lo económico y en todos los asuntos no domésticos del hombre.
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Los cambios siempre provocan reacciones contrarias. Llamamos despectivamente marimacho a las chicas fuertes porque son problemáticas. Desafían la tradición que legitima el poder masculino, cruzan los límites que les ha reservado la sociedad e invaden territorios colonizados por los hombres.
Hace un mes, unas futbolistas se rebelaron frente al mundo. El viernes mi hija Sara desfiló en el alarde de Hondarribia. Hoy, 112 remeras sudarán para ganar la bandera de la Concha. Las chicas ya no quieren ser princesas ni azafatas de uniforme ceñido que se contentan con dar besos y ramos. Quieren hacer 'cosas de chicos'. Jugar al fútbol, desarrollar una carrera científica, ser independientes, dirigir empresas y países. En una consulta reciente en Twitter, la RAE aconsejaba que lo normal es usar marimacho como sustantivo y no como adjetivo. Les contesta una mujer que «lo normal» sería no utilizar este término despectivo nunca más.
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