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Xavier Retegui, uno de los artesanos de la firma de Larressore, ajusta una pieza para una de sus makilas. jean daniel chopin/s. o.

Makilas Ainciart o la antítesis del I+D+I

Tradición ·

Una familia que fabrica desde el año 1790 bastones en el País Vasco francés, entre las cinco finalistas a un galardón que premia a empresas familiares sostenibles de todo el mundo

Borja Olaizola

San Sebastián

Lunes, 22 de marzo 2021, 08:27

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La empresa familiar Makhila Ainciart Bergara, ubicada en Larressore, un pequeño municipio próximo a Cambo Les Bains, en el País Vasco francés, figura entre las cinco finalistas al premio 'Family is Sustainability' que reconoce el buen hacer de las compañías familiares en todo el mundo. Se trata de un galardón dotado con 100.000 euros al que optan, además de los Ainciart, una firma japonesa que produce cerámica desde el siglo XVI o una familia florentina especializada en fabricar pan de oro cuyos antepasados llegaron a abastecer al mismísimo Miguel Ángel.

Los Ainciart llevan en activo desde los tiempos de la Revolución Francesa -empezaron en 1790- y han suministrado makilas a personajes que van desde el Papa Juan Pablo II a Charlie Chaplin pasando por todos los presidentes de la Quinta República. El coqueto taller/tienda que tienen a pie del frontón de Larressore está decorado con infinidad de fotografías que muestran a sus clientes blandiendo con orgullo sus bastones. El negocio da trabajo a siete personas que se desenvuelven bajo la atenta mirada de Charles Bergara, el patriarca que a sus 94 años aún se encarga de supervisar el proceso de envejecimiento de las ramas de níspero con las que fabrican las makilas.

Quince años de secado

Pero es la nieta de Charles, Liza Bergara, de 33 años, la que lleva ahora las riendas de la empresa. Aunque cursó estudios de Marketing, se incorporó a la firma familiar tras la jubilación de uno de los grabadores. «Estudié para hacer que la gente no dejase de consumir bienes perecederos y ahora estoy aquí haciendo algo que está diseñado para durar siglos», sonríe Liza, que se prepara para convertirse en la séptima generación de artesanos de makilas. «Es un oficio que requiere aprendizaje y respeto a los sistemas de trabajo de nuestros antepasados», dice.

En Makhila Ainciart Bergara tienen claro que no necesitan departamento de I+D+I (investigación, desarrollo e innovación). «A veces nos traen a restaurar makilas que salieron de nuestro taller hace más de dos siglos y eso es un orgullo porque quiere decir que el trabajo está bien hecho». La fabricación es artesanal y se realiza conforme a pautas que están reñidas con las prisas de los procesos industriales. Solo el secado de los bastones, por ejemplo, puede prolongarse durante quince años.

El premio 'Family is Sustainability' está promovido por Primun Familiae Vini, que agrupa a doce familias europeas productoras de vino, entre ellas las españolas Torres y Vega Sicilia.

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