El antes y el después de la calle Loiola, en San Sebastián, y la zona de Alfa, en Eibar.

La lucha acelera la reconversión urbana

Cambio climático. Pueblos y ciudades de todo el mundo se transforman para ser más sostenibles. Gipuzkoa no es una excepción

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Domingo, 24 de octubre 2021, 07:22

Las obras que se llevan a cabo en San Sebastián, a lo largo del Paseo de La Concha y su prolongación hasta el Hotel de ... Londres y el Buen Pastor, sintetizan a la perfección en poco más de un kilómetro el cambio que están experimentando las ciudades y pueblos de todo el mundo, sobre todo en los países desarrollados, al amparo de la lucha contra el cambio climático, cuyo día mundial se celebra hoy.

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Los trabajos en la capital guipuzcoana derivarán en un entorno urbano en el que se primará el disfrute ciudadano a la comodidad de llegar en coche a todas partes; la movilidad sostenible frente a los humos y atascos; el sosiego frente al ruido... Esta zona se transformará radicalmente con tres cambios que configuran el paradigma de los nuevos núcleos urbanos: paseos más anchos que roban espacio a las vías para vehículos a motor; creación o ampliación de carriles bici; y sustitución del transporte por carretera por el ferroviario. En el caso de San Sebastián, con la llegada soterrada en 2025 del Topo al pleno centro de la ciudad.

Donostia

La calle Loiola marcó el camino hace 25 años

El San Sebastián del siglo XXI no se entendería sin sus arterias peatonales del centro, por las que transitan paseantes despreocupados y donde rezuma la actividad comercial. La más emblemática de ellas es la zona de la calle Loiola y el mercado de San Martín. Antaño plagada de coches, furgonetas de reparto y estacionamientos en doble fila, su peatonalización en 1996 supuso una revolución. No fue la primera de la ciudad, pues le precedieron la Parte Vieja o la Plaza Bilbao, pero su ubicación estratégica la convirtió en icono de un proceso que 25 años después vive otro hito con las obras de La Concha.

Como símbolo de las nuevas políticas, este proceso incluirá sendos cambios de sentido muy significativos en dos calles vecinas pero muy diferentes: San Martín como arteria principal y su anexa Zubieta, más modesta y reducida. La primera ha sido hasta la fecha una de las vías principales de entrada al centro. Con sus tres carriles de circulación daba la bienvenida a los vecinos y visitantes procedentes desde el oeste. 'Que no haya problemas para acceder a la ciudad', parecía significar. Todo lo contrario que Zubieta, con un carril menos y plagada de semáforos y pasos de cebra, se intuía como una carrera de obstáculos puesta a propósito para impedir la salida de los conductores.

Irun

Sin 'visera' todo se ve mejor 10 años después

Hace casi una década que Irun se desprendió de su 'visera', un viejo edificio comercial levantado de urgencia durante la Guerra Civil que ejercía de parada de autobuses, lugar de quedadas y mirador de los Sanmarciales, y que fue derribado en 2012 por la reurbanización del área de la plaza San Juan, frente al ayuntamiento. Ese entorno, que se había convertido en un desordenado aparcamiento al aire libre, es hoy una gran plaza peatonal que acoge una biblioteca subterránea, un parque infantil y un parking bajo superficie, muestra de cómo una ciudad cambia de prioridad y se la concede al peatón frente al vehículo.

A partir de junio será al revés. La vía grande será la escupidera de vehículos. La pequeña, el embudo para quien desee acceder al centro en su coche particular. '¡Coches fuera!', es la tesis imperante.

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Donostia no es una excepción. La batalla climática obliga a tomar decisiones desde las grandes instancias multilaterales a las administraciones municipales. En este ámbito, a ras de suelo y en lo que concierne a la movilidad, las peatonalizaciones y la creación de carriles bicis se suceden por toda Europa, mientras se recortan kilómetros de asfalto. Grandes ciudades como Londres o Madrid ya restringen el acceso a sus núcleos urbanos a los vehículos más contaminantes, marcando el camino al resto...

Eibar

De carretera hasta Alfa a paseo hacia El Corte Inglés

La regeneración de los antiguos terrenos de Alfa en Eibar constituye una de las mayores transformaciones urbanísticas de Gipuzkoa. Entre 2004 y 2009 la carretera cedió el testigo a un paseo peatonal y carril bici, la vía de Euskotren se soterró mientras se hacía la operación contraria con el río, que se recuperaba para el disfrute ciudadano. Como representación de los nuevos tiempos, una cadena comercial como El Corte Inglés sustituía como epicentro del entorno a una firma industrial como Alfa. Y donde había talleres, hoy hay viviendas. La operación sirvió, además, para mejorar los accesos a la localidad.

En paralelo, se revitalizan parques y jardines y se recuperan ríos y paseos por su ribera, muchos de ellos concebidos antaño como anónimos desagües de los residuos de fábricas y hogares sobre los que la única actuación que se barajaba era su soterramiento para esconder la suciedad y reducir su hedor. Hoy, en cambio, donde hay río hay vida. Se dragan, se destapan, se los recubre de zonas peatonales y arbolados...

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Gipuzkoa ha sido testigo de muchas operaciones de este tipo y le esperan muchas más. Las peatonalizaciones de San Sebastián, tan polémicas en sus inicios allá por los años 90 del siglo pasado; la regeneración de los antiguos terrenos de Alfa en Eibar; el nuevo bidegorri Eibar-Maltzaga; el Prado Grande en Tolosa; la operación de la lonja en Pasai San Pedro; el adiós de Irun a su emblemática 'visera', la nueva plaza San Juan y su apuesta, pionera en Gipuzkoa, por la circulación a 30 kilómetros/hora que hoy se ha generalizado incluso por ley... Cada localidad tiene su ejemplo.

Tolosa

Bicis y río en un prado invadido por los coches

Tolosa experimentó hace una década una de esas transformaciones que marcan la tendencia actual. ¡Fuera coches. Bienvenidos ciclistas y paseantes! El Prado Grande era en 2010 una vetusta zona aparentemente verde que había degenerado en aparcamiento para coches. Tras una profunda rehabilitación, en 2011 renacía un espacio ordenado, donde amplias aceras, limpios jardines y un carril bici saludan al recuperado río Zelai, al que se ha restituido su cauce natural. De zona sombría ha pasado a ser un gran salón verde utilizado como zona de esparcimiento y deporte.

Priorizar al ciudadano

Detrás de todo ello está un cambio de mentalidad basado en priorizar al ciudadano frente al vehículo y la lucha contra el calentamiento global. No en vano, el transporte es la principal actividad contaminante. El signo de los tiempos futuros será coger el coche solo para lo estrictamente necesario. Y si esa necesidad incluye llegar a un centro urbano, lo mejor será hacerse con un vehículo no contaminante con etiqueta medioambiental.

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Porque en Euskadi el cambio no ha hecho más que comenzar y ha venido para quedarse. La pauta la marcan los países del centro y norte de Europa, donde los proyectos ya son de rutas peatonales y ciclistas que trascienden lo local y abordan, como mínimo, lo regional.

El reto no es menor. En Gipuzkoa, lejos de menguar, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte han subido un 23% entre 2005 y 2019, siendo de largo el principal emisor de CO2 a la atmósfera, con 2.215 kilotoneladas equivalentes, el 47% del total.

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