El jurado declara inocente por unanimidad a la cuidadora acusada de asesinar a una anciana en Zumaia

Tras la lectura del veredicto la mujer, de 35 años, y su abogado, el letrado Ignacio Tejada, se han fundido en un abrazo visiblemente emocionados. «Estamos muy contentos y muy satisfechos, y solo podemos dar las gracias al jurado», ha señalado el abogado. Los familiares de la anciana fallecida, que en todo momento han mantenido la inocencia de la acusada y que no reclamaban ningún tipo de compensación económica, también han estado presentes en la lectura del veredicto que se ha realizado en la tarde de este martes en la Audiencia de Gipuzkoa, y también se han mostrado muy emocionados.

El jurado popular se retiró a deliberar el lunes por la mañana, y tras más de un día de votaciones sobre las 17.00 horas de este martes ha logrado un veredicto. La Fiscalía acusaba a la cuidadora, que vivía con la anciana desde 2017, de que la noche de los hechos, el 21 de noviembre de 2020, asfixió a la mujer tapándole la boca y la nariz con las manos o algún otro objeto. El informe de la autopsia era determinante en esta acusación, ya que los forenses afirmaron que la mujer murió por asfixia, con «las manos» de otra persona o mediante algún «otro objeto», y descartaron la muerte accidental. Además la mujer presentaba numerosas lesiones en la cara, que tenía ensangrentada, tres fracturas en las costillas y el peroné roto. Además destacaban que la mujer limpió la cara de la fallecida y también la sangre del suelo, lo que les causó extrañeza.

La acusada ha defendido en todo momento su inocencia, afirmando que la mujer era como «una abuela» para ella y que hizo «lo posible por reanimarla». Según declaró, aquella noche la acostó en una cama con barras laterales de seguridad. Cuando salió del dormitorio a por unas sábanas y cojines, oyó algún «quejido». Al regresar, se topó a la mujer recostada «del lado derecho» entre las barras. La giró «como un bebé» para ponerla boca arriba y observó que «tenía sangre en la cara« y un golpe en la frente. Trató de reanimarla, y antes de que llegasen los sanitarios, pasó la fregona porque había sangre en el suelo. La anciana, de 91 años, se encontraba en fase »terminal o paliativa«, y murió en el lugar.

Una vez escuchadas a todas las partes, los jurados consideran, por unanimidad en todas sus conclusiones, que si bien la mujer murió asfixiada, «no se puede concluir que los golpes los ocasionara» la cuidadora, «y mucho menos que le tapara la nariz y la boca» para que no pudiera respirar. Por ello señalan que la muerte por asfixia «pudo ser accidental» y que el resto de lesiones se produjeran «en otro momento», al no estar «suficientemente probada la relación de las fracturas y las lesiones con la asfixia». En todo caso, consideran que «no hay pruebas concluyentes de que fueran ocasionadas» por la acusada.

Del mismo modo, tampoco creen que la mujer pudiera causarle la muerte cuando le realizó la RCP, según declaró ella misma en el juicio, al encontrar a la anciana de lado y ensangrentada, ya que tampoco estiman probado que realizase dicha reanimación. En conclusión, no creen que tuviera «intención de matar ni de causarle ningún daño, no hay prueba suficiente».