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Cuando Gipuzkoa se quedó sin rey ni cañones
Historia de Gipuzkoa

Cuando Gipuzkoa se quedó sin rey ni cañones

Se cumplen 40 años de la aplicación del acuerdo que suprimió dos de los tres cuarteles del escudo que identificó al territorio durante casi cinco siglos

Borja Olaizola

San Sebastián

Jueves, 23 de febrero 2023

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Gipuzkoa perdió hace cuatro décadas el rey y los doce cañones que habían formado parte de su escudo desde comienzos del siglo XVI. La Diputación ordenó en abril de 1983 la aplicación del acuerdo de modificación de la principal seña de identidad del territorio, reducida desde entonces a un único cuartel en el que aparecen tres árboles –tres tejos– sobre unas ondas que representan el mar. Un escudo que tiene su origen en el que adoptó el Gobierno Vasco en 1936 y que es cuestionado por historiadores y expertos en heráldica por dar la espalda a la tradición.

Buena parte de los blasones de Gipuzkoa que pueden verse en señales y edificios repartidos por todo el territorio conservan aún su configuración original, es decir, tres cuarteles ocupados respectivamente por un rey sentado en su trono, doce cañones y los tres tejos junto al mar. El rey y los tejos, explica la historiadora Rosa Ayerbe, aparecen ya en el primer esbozo de lo que llegaría a ser el símbolo del territorio: el sello de la Hermandad, el embrión de lo que más tarde terminaría siendo la provincia.

1482

SELLO PRIMITIVO DE GIPUZKOA

Rey

3 tejos

Mar

SELLO PRIMITIVO DE GIPUZKOA

1482

Rey

3 tejos

Mar

SELLO PRIMITIVO DE GIPUZKOA

1482

Rey

3 tejos

Mar

SELLO PRIMITIVO DE GIPUZKOA

1482

Rey

3 tejos

Mar

Jose Usoz

«La mención más antigua del sello provincial se remonta a 1466 y la primera representación gráfica data de 1482», puntualiza la historiadora y profesora guipuzcoana, que en 2008 fue Premio Nacional de Heráldica precisamente por un estudio sobre el escudo de Gipuzkoa.

«El sello surge –continúa Ayerbe– cuando las juntas de la Hermandad, que son las que al agruparse dan lugar a la provincia, están ya consolidadas y necesitan algo con lo que refrendar sus propios escritos. Hasta entonces recurrían a los sellos de las villas donde se reunían, pero como eso obligaba a los escribanos a desplazarse con todos los escritos de una a otra villa, deciden acuñar un sello común para validar los documentos de la institución».

«El sello de la Hermandad reconoce la labor del rey y le representa administrando justicia»

Rosa Ayerbe

Historiadora

Ese sello está presidido por la figura de un rey sentado en su trono con la espada levantada en la mano derecha. «Es un reconocimiento a Enrique IV, un rey que desempeña un papel fundamental en la constitución de Gipuzkoa no solo porque le otorgó el título de reino, sino porque pacificó la provincia desmochando las torres de los parientes mayores. El sello de la Hermandad–prosigue Ayerbe– reconoce de esa forma la labor del rey y le representa administrando justicia».

El origen del otro cuartel, el de los tejos y el mar, que es el que a la postre ha terminado adueñándose de todo el blasón, es más difuso. «Gipuzkoa no es una provincia de tierras de cultivo, más bien es una zona boscosa bañada por el océano y así es como se representa en el sello, con tres árboles que serían los bosques y la tierra, además de unas ondas que recuerdan las olas, todos ellos elementos necesarios para la actividad económica de sus habitantes», explica la historiadora.

Ni hojas ni semillas

Para identificar la clase de árboles que aparecen en el sello hay que recurrir a los documentos escritos, ya que en la representación gráfica no pueden verse detalles (hojas o semillas) que simplificarían la tarea. «Ya en la descripción más antigua del sello se decía que los árboles eran tejos, una especie que tiene un fruto venenoso al que recurrían los várdulos, los pobladores de lo que luego sería Gipuzkoa, para suicidarse y evitar así ser apresados y torturados por los romanos. Los tejos evocan la valentía y el arrojo de aquellos antepasados».

El rey y los tejos con el mar, por lo tanto, son las imágenes originarias del sello provincial. A ellas se añadirían no mucho más tarde doce cañones en recuerdo de las piezas de artillería que los guipuzcoanos arrebataron en Belate al ejército francés que luchaba con los navarros. Los cañones son incorporados al escudo en 1513 gracias al privilegio concedido por la Reina Juana. Las doce piezas compartieron desde entonces el cuartel superior del blasón con la figura del rey.

SE INCORPORAN LOS CAÑONES

1513

12 cañones

SE INCORPORAN LOS CAÑONES

1513

12 cañones

SE INCORPORAN LOS CAÑONES

1513

12 cañones

1513

SE INCORPORAN LOS CAÑONES

12 cañones

Otra modificación de la misma época, añade la historiadora Rosa Ayerbe, fue la leyenda: «Por privilegio de Carlos I y para evitar diferencias con San Sebastián, a la cual le fue concedido el título de 'Noble y Leal', como tenía la provincia, el Rey concedió a Gipuzkoa el nuevo título de 'Muy Noble y Muy Leal' que en adelante acompañará al nombre de 'Guipúzcoa' en todos los documentos públicos, sellos y escudos de la provincia en su expresión latina 'Nobilissimae ac Fidelissimae Provinciae Guypuscoae'».

El escudo del territorio adquirió así la configuración que mantendría a lo largo de los siguientes siglos. A finales del XVI se esculpe por primera vez en el archivo de la iglesia de Santa María de Tolosa y se le incorpora la corona del rey en la parte superior. Cuando en el siglo XIX San Sebastián se consolida como capital de Gipuzkoa, ese escudo pasará a presidir el nuevo edificio que se construye para acoger a la Diputación provincial. El blasón con los tres cuarteles será esculpido en lo más alto de la fachada del palacio foral y representado en las vidrieras que adornan las escaleras de acceso a su planta noble.

PRIMER ESCUDO

DE GIPUZKOA

1599

Se incorpora la

corona y se

consolida como

símbolo de la provincia.

PRIMER ESCUDO

DE GIPUZKOA

1599

Se incorpora la

corona y se

consolida como

símbolo de la provincia.

PRIMER ESCUDO

DE GIPUZKOA

1599

Se incorpora la corona y se consolida como símbolo de la provincia.

PRIMER ESCUDO

DE GIPUZKOA

1599

Se incorpora la corona y se consolida como símbolo de la provincia.

Espíritu republicano

El origen de los principales cambios en el símbolo por excelencia del territorio hay que buscarlo en la época de la II República. «En el estatuto de Gernika de 1936 se aprueba un escudo común de los cuatro territorios –Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra– y en el que corresponde a Gipuzkoa desaparecen los cuarteles superiores del rey y de los doce cañones», evoca la historiadora. La supresión del cuartel con la imagen del monarca obedece sin duda al espíritu republicano que imperaba en aquellos tiempos. En cuanto a los cañones, su desaparición tendría que ver con el deseo de enterrar recuerdos de luchas fratricidas entre territorios hermanos.

Aquel acuerdo no supuso cambio alguno en el escudo oficial de Gipuzkoa, que siguió siendo el mismo al término de la Guerra Civil. Sin embargo, tras la muerte de Franco y el restablecimiento de la democracia surgen las primeras tentativas de modificar el blasón. Rosa Ayerbe recuerda que tanto Imanol Olaizola como Juan María Araluce, el presidente de la Diputación que luego sería asesinado por ETA, manifestaron inquietudes al respecto. Al final sería Euskadiko Ezkerra (EE) el partido que daría cauce a esa sensibilidad al presentar en las Juntas Generales una propuesta para adoptar «el escudo acordado por el Gobierno Vasco nacido del Estatuto de 1936». El acuerdo se adoptó por unanimidad en 1979 y cuatro años más tarde, en 1983, la Diputación resolvió su puesta en práctica dictando las normas adecuadas para la implantación del nuevo escudo desprovisto ya de sus dos cuarteles superiores.

1936

Escudo de las cuatro provincias vascas aprobado por el Gobierno Provisional de Euskadi el 21/10/1936. Quedó sin efecto.

El actual escudo de Gipuzkoa se inspira en este cuartel

1983

Se suprimen los cuarteles del rey y los 12 cañones en aplicación de un acuerdo de las Juntas Generales de 1979.

1990

Logotipo elaborado en base al nuevo escudo que se publica en el Boletín Oficial de Gipuzkoa. Se utiliza en publicidad, documentos o sellos.

1936

1983

Escudo de las cuatro provincias vascas aprobado por el Gobierno Provisional de Euskadi el 21/10/1936. Quedó sin efecto.

Se suprimen los cuarteles del rey y los 12 cañones en aplicación de un acuerdo de las Juntas Generales de 1979.

El actual escudo de Gipuzkoa se inspira en este cuartel

1990

Logotipo elaborado en base al nuevo escudo que se publica en el Boletín Oficial de Gipuzkoa. Se utiliza en publicidad, documentos o sellos.

1936

Escudo de las cuatro provincias vascas aprobado por el Gobierno Provisional de Euskadi el 21/10/1936. Quedó sin efecto.

El actual escudo de Gipuzkoa se inspira en este cuartel

1983

Se suprimen los cuarteles del rey y los 12 cañones en aplicación de un acuerdo de las Juntas Generales de 1979.

1990

Logotipo elaborado en base al nuevo escudo que se publica en el Boletín Oficial de Gipuzkoa. Se utiliza en publicidad, documentos o sellos.

1936

Escudo de las cuatro provincias vascas aprobado por el Gobierno Provisional de Euskadi el 21/10/1936. Quedó sin efecto.

El actual escudo de Gipuzkoa se inspira en este cuartel

1983

Se suprimen los cuarteles del rey y los 12 cañones en aplicación de un acuerdo de las Juntas Generales de 1979.

1990

Logotipo elaborado en base al nuevo escudo que se publica en el Boletín Oficial de Gipuzkoa. Se utiliza en publicidad, documentos o sellos.

La modificación del blasón apenas suscitó reacciones más allá de las tímidas protestas de algunos historiadores. La propia Rosa Ayerbe, probablemente la mayor autoridad del territorio en materia heráldica, es partidaria del escudo anterior en la medida en que refleja con mayor fidelidad las tradiciones del territorio. «Los navarros ya tenían asumido el cuartel con los doce cañones que recordaba una batalla de hace cinco siglos. De hecho, cuando las Juntas de Gipuzkoa comunicaron a Navarra la decisión de suprimirlos no hubo ninguna reacción de aprobación o alegría. Tampoco la imagen de un rey medieval impartiendo justicia es signo de dependencia», sostiene la historiadora, que tampoco está de acuerdo con el formato del escudo actual.

Ayerbe es partidaria de que las instituciones lleven a cabo un profundo estudio histórico para acometer un cambio del escudo. La historiadora propone sustituir el actual fondo dorado (oro) del campo por el rojo (gules), que remite al esmalte del escudo originario y recuerda la fuerza y el valor de nuestros antepasados, y recuperar el desaparecido verde (simople) del elemento tierra que debería sustentar a los tres tejos, que ahora aparecen surgiendo del mar.

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