Guipuzcoanos de Erasmus en mitad de la pandemia
Decenas de estudiantes guipuzcoanos de las cuatro universidades vascas han optado por estudiar este curso atípico en el extranjero
«Mejor estar de Erasmus con limitaciones de movilidad y restricciones, que en Gipuzkoa sin poder salir del municipio», es el argumento que esgrimen cinco jóvenes estudiantes universitariosque se han animado a cursar en el extranjero en un año tan complicado por la pandemia del coronavirus. Una experiencia vital y académica muy diferente a la que imaginaron cuando realizaron la solicitud en febrero del año pasado antes de que el mundo cambiase.
Una aventura que ha estado plagada de dificultades antes y durante su estancia en el lugar de destino. Más allá de lo académico, estos cinco estudiantes de las universidades de Deusto, Tecnun, Mondragón y UPV retornarán a Gipuzkoa con una maleta cargada de experiencias positivas y un sin fin de anécdotas.
David de Castro y Myriam Irizar, estudiantes de Tecnun en Noruega
«Al entrar en el país, tuvimos que hacer cuarentena en un hotel que pagaba el gobierno noruego»
Noruega no era la primera opción en la lista de destinos donde cursar un semestre académico en extranjero para David de Castro y Myriam Irizar, estudiantes de ingeniería de Organización y de diseño en Tecnun. El objetivo de ambos era «irnos fuera de casa unos meses», y tras cancelarse sus planes de ir a EE UU y Canadá respectivamente, era «o Grimstad, un pequeño pueblo al sur de Noruega con los mismos habitantes que Hernani, o nada».
Toda una odisea burocrática que tuvieron que sufrir antes de llegar a su destino y que culminó después de cumplir una cuarentena obligatoria de diez días en un hotel, «unas vacaciones pagadas» el gobierno noruego. «Aquí no hay tantos casos positivos como en Gipuzkoa, pero para las autoridades noruegas la situación es grave», destacan estos donostiarras. «Nuestros padres sabían que llevábamos toda la carrera queriendo irnos de Erasmus así que nos animaban a vivir esta experiencia». Entre sus planes de ocio para estos meses está hacer un viaje al norte de Noruega para ver auroras boreales.
Izarra Berastegi. Estudiante de Mondragón en Polonia
«Aquí tengo menos restricciones para quedar con los amigos que en Bergara»
«Tenía la necesidad de salir de casa, desconectar de la rutina y vivir nuevas experiencias. Mi familia era consciente de ello y me apoyó desde el principio para que viviese 'mi Erasmus'», explica al otro lado del teléfono Izarra Berastegi, estudiante de cuarto grado de ingeniería biomédica en el campus de Arrasate de Mondragón Unibertsitatea. Esta bergaresa se trasladó a la ciudad polaca de Lodz, situada a hora y media de Varsovia. Vive allí desde septiembre y se quedará hasta junio para finalizar el trabajo de fin de grado.
«A principios de otoño parecía que en Polonia no había coronavirus porque nadie llevaba mascarilla puesta salvo en el transporte público y no existía ningún tipo de restricción de movilidad ni limitación de aforo en la hostelería. Pero en noviembre la situación se torció y todo está cerrado desde entonces», explica por teléfono desde Lodz.
Desde entonces las clases son online y la situación epidemiológica ha obligado a Izarra a relacionarse con los compañeros de la residencia universitaria en las salas comunes porque «quedar con amigos al aire libre a -15 grados es complicado». Su experiencia Erasmus está siendo muy diferente a cómo se la imaginaba cuando comenzó su etapa universitaria, «pero aquí tengo algo más de plan porque en Bergara no podría salir del pueblo».
Beñat Kortabarria. Estudiante de Deusto en EE UU
«Mi idea era venirme todo el curso pero al final sólo he podido venir este segundo semetres»
De Antzuola a Wisconsin. Es el recorrido vital de Beñat Kortabarria, estudiante de ADE en cuarto de carrera que este segundo semestre se ha trasladado a la hasta Marquette University ubicada a hora y media en coche de Chicago. «Quería venir un año entero pero Deusto suspendió el programa Erasmus el primer semestre», señala al otro lado del teléfono Kortabarria.
«Los americanos nos han recibido muy bien. ¿Lo malo?, el frío que hace, hasta -21 grados de temperatura», destaca al otro lado del teléfono Beñat. Las medidas de prevención del coronavirus en Estados Unidos son más laxas que en Gipuzkoa, «aquí la mascarilla sólo es obligatoria en el interior de los edificios y por la calle la gente va sin ella». En el país no hay toque de queda y la hostelería está abierta, «así que tenemos la suerte de poder salir de fiesta sin ningún tipo de restricción». Beñat está gratamente sorprendido de lo bien que les han acogido los americanos «sobre todo porque en las películas me había imaginado el país diferente».
Saioa París. Estudiante de UPV en Bélgica
«Ahora sólo me relaciono con los amigos de la residencia universitaria donde vivo»
Saioa París lleva desde septiembre cursando tercero de psicología en la universidad de Lovaina. Esta donostiarra de 20 años tuvo la oportunidad de viajar a Luxemburgo y Holanda cuando en toda Europa las medidas anticovid eran menos restrictivas. Desde noviembre, cuando se incrementaron las restricciones y ha tenido que reducir su actividad social a los compañeros de residencia universitaria y a los espacios de su centro de alojamiento. «El uso de la mascarilla es obligatorio pero en muchos pueblos no la utilizan», destaca Saioa que en Navidad tuvo la oportunidad de volver a casa. Aunque no sea la experiencia Erasmus que imaginó cuando comenzó en la UPV, « soy consciente que por lo menos estoy haciendo muchos amigos. Además, en Donostia no podría salir del municipio».
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