Una guía de pintxos de Gipuzkoa con label mundial

Ir de pintxos es sin duda una de las actividades que atraen a quienes deciden visitar Gipuzkoa, que este verano está registrando cifras récord de turismo. El inconveniente a veces es seleccionar el establecimiento o la especialidad a elegir, dado el comprensible desconocimiento del turista. Una solución puede ser el tour Discover San Sebastián, que Eskerne Falcón organiza para que quienes vienen a Donostia «se sientan parte de lo que somos», explica. Incluye una ruta de pintxos que Tripadvisor ha reconocido recientemente como una de las diez mejores experiencias gastronómicas del mundo según las reseñas y valoraciones de los propios viajeros. Nosotros le hemos acompañado en una de sus salidas.

El recorrido comienza frente al Ayuntamiento de Donostia, donde Eskerne presenta a todos los integrantes y pregunta si alguno de los presentes es alérgico a algún alimento. Todos negamos con la cabeza pero Sylvia puntualiza que «a mí no me gusta el picante». Sylvia viene acompañada de su marido Paul desde Canadá a conocer la ciudad y está muy emocionada por empezar la ruta.

La primera parada llega fuerte. Eskerne nos da un vaso a cada uno y pasa una botella de sidra a Annabelle, que viene con su amiga Jessica desde Australia para pasar un par de días por Donostia. «Los más aventureros se atreven con la sidra», explica Eskerne. Annabelle se anima a servir la sidra con destreza a su vaso. Con los vasos ya llenos, la guía declara: «Se dice osasuna» y todos brindamos al unísono. En el siguiente bar Eskerne da a cada uno un pequeño diccionario con palabras en euskera, castellano, catalán y gallego. «Intento enseñar un poco quiénes somos», expresa.

La donostiarra arrancó su negocio en 2015, cuando volvió de Estados Unidos, tras darse cuenta de que los extranjeros no eran capaces de pedir en barra por culpa del idioma. «Yo siempre me acercaba para ayudarles y les recomendaba algún que otro pintxo», explica. La guía puso en marcha su proyecto porque soñó que iba a abrir su propia empresa. Tiempo después comercializó su marca y comenzó a trabajar en hoteles para conseguir clientes y «poco a poco fui construyendo mi agenda», asegura. Gracias a este trabajo supo que podía combinar todo lo que le hace feliz: la gente, su ciudad y la comida. «Mucha gente piensa que no trabajo porque me paso el día en los bares», cuenta entre risas, «pero, en realidad, trabajo los siete días de la semana porque me da mucha pena que la gente que venga de visita se quede sin conocer la cultura de la ciudad».

Entre pintxo y pintxo, los que seguimos a Eskerne por las calles de la Parte Vieja nos vamos conociendo poco a poco. Peter y Zoe, y Julia y Peter vienen desde Londres. Los primeros, para hacer un tour por el norte, mientras que la segunda pareja solo se queda cuatro días en la ciudad. «Siempre ha sido mi sueño venir aquí pero hasta ahora no había ningún vuelo directo», cuenta Julia, «hemos llegado al aeropuerto de Hondarribia y ha sido muy cómodo llegar hasta aquí».

Aunque los tours reúnan a gente de países muy diversos y con costumbres distintas, «yo me aseguro de que todos tengan algo que comer», aclara Eskerne. Después de varios pintxos y muchos tragos de txakoli, llegamos a nuestro último bar. Nos reciben con chorizo en la mesa y Sylvia se apresura a probar el embutido pero Eskerne le advierte: «No te lo recomiendo, Sylvia, es chorizo picante y dudo que te guste».

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