Gipuzkoa, pendiente de los trenes

Desde la empresa ferroviaria aseguran que desde que el país empezó a caminar por la nueva normalidad, Renfe ya empezó a recuperar algunos de «los servicios básicos de larga distancia», pero reconocen que el caso particular del Irun-A Coruña «es un tren que tiene pocos viajeros» y que aunque la intención es echar a andar esta ruta cuanto antes, será la demanda la que marque los tiempos.

Respecto a la conexión entre Irun y la capital lusa, a finales de esta semana Renfe mantendrá una reunión con la compañía portuguesa CP, encargada de operar el servicio, para decidir «cuándo reactivan el mismo y cómo abordar la limpieza y desinfección de los trenes».

Sin embargo, la falta de concreción en las fechas no termina de convencer a los trabajadores de la compañía ferroviaria. Alertan de que la supresión de estos servicios supondría que Irun dejara de tener trenes de Larga Distancia, «ya que actualmente son los dos únicos que llegaban», y que si dicha situación se diera, puestos de trabajo de «de personal de limpieza, maniobras, mecánicos, interventores en ruta o los propios maquinistas» correrían peligro.

«Ya se ha transmitido a trabajadores de manera oficiosa que no se van a reanudar estas dos conexiones», comenta a este medio un empleado, que considera que estos dos servicios son «muy demandados en el País Vasco, ya que uno conecta con Galicia, pasando por Castilla y León, lo que ofrece múltiples enlaces» y permite además «atender al turismo que aporta el Camino de Santiago. Un tren que fue además mejorado a Talgo en el mes de marzo». Por otro lado, critica, «la operadora portuguesa quiere reanudar el tren, pero desde Renfe son todo trabas».

Mientras vuelven a ubicarse en el programa los servicios ferroviarios paralizados por la pandemia, el calendario recuerda que la próxima semana se cumplen tres años desde que se suspendiera la conexión transfronteriza de pasajeros en ferrocarril entre Hendaia e Irun, una conexión que, dicen desde la plataforma de Usuarios Afectados por el Tercer Hilo –la adaptación de la vía para la Y vasca hasta la muga– se debe al «abandono por parte de las dos administraciones ferroviarias, porque el tramo de dos kilómetros está perfectamente conectado y suficientemente equipado con infraestructura de ancho ibérico y ancho estándar europeo. Esta situación es una excepcionalidad dentro de la Unión Europea».

La situación que denuncian es la siguiente. Si un pasajero quisiera hoy en día ir en tren de París a Madrid, debería apearse en Hendaia, dirigirse «con sus maletas» a Euskotren para que el Topo le llevara a Irun y allí, volver a dirigirse a la estación de Cercanías para ir a Donostia, cambiar de andén y poner rumbo a Madrid.

El paso transfronterizo en ambos sentidos «era cruzado diariamente por 8 trenes, que se convertían en 13 en la época estival», pero en los últimos tres años se ha reducido a uno (Lisboa-Hendaia), ahora también suspendido por la pandemia.

Una situación que, critican, no solo causa molestias a los viajeros que «en muchas ocasiones transitan de forma desorientada por la frontera por no saber a dónde acudir», sino que además «resta ganas de viajar en tren».

A todo ello se suma además «la reducción del servicio ferroviario, tanto de Cercanías como de larga y media distancia por las obras de adaptación del tercer hilo, para permitir la circulación de trenes de alta velocidad entre Donostia y Francia. Estos trabajos llevan más de dos años paralizados y siguen pendientes de adjudicación.