Ganar metros a las vías en desuso

Le sigue, por espacio reconquistado al tren, Beasain. El Ayuntamiento ha planteado ya, aunque la tramitación y negociación va más lenta que la de Irun, la incorporación a la localidad de los 45.000 metros cuadrados de trazado ferroviario que discurren junto a la N-1. Y en San Sebastián, la llegada del TAV, por un lado, y la variante soterrada del Topo, por otro, liberarán más de 25.000 metros cuadrados de espacio para el uso ciudadano.

Tras seis años en un cajón, el proyecto Vía Irun resurgió en 2017 con impulso decidido para adaptar la ciudad fronteriza al nuevo escenario ferroviario que se avecina. La llegada del tren de alta velocidad es el acicate para regenerar miles de metros cuadrados de vías y edificios en desuso desde hace décadas, para unificar los diferentes servicios de tren y para devolver a la ciudad un espacio central para el que el Ayuntamiento planea viviendas, zonas verdes, comerciales y un polo empresarial, formativo y para el emprendizaje en el llamado Centro Irun y en la antigua Aduana reconvertida. Adif ha desafectado ya más de 60.000 metros cuadrados de vías mientras el consistorio avanza en la reordenación del Plan General para el desarrollo urbanístico del nuevo barrio, que ocupará 65.000 metros cuadrados. A estos se sumará, si se solventan las dificultades técnicas detectadas, el espacio que comprende la actual vía de Euskotren que se integrará en el espacio ferroviario de Adif, como defienden tanto administración como ciudadanía. El pasado martes se reunió la Mesa Vía Irun en la que se sientan las cuatro instituciones implicadas, donde compartieron los pasos dados por cada una y proyectaron ya para 2022 el inicio de los trabajos de reurbanización y de construcción de la nueva estación intermodal. Esta regeneración urbanística unificará todas las líneas ferroviarias en un único espacio a través de esa infraestructura que unirá sobre las vías el barrio de San Miguel con el nuevo núcleo urbano. Esa infraestructura ya tiene diseño y coste estimado, 60 millones.

El ambicioso proyecto avanza hasta el momento sin objeciones en el plano administrativo, con la mirada puesta en que el año que viene comience la rehabilitación del edificio de la antigua Aduana y la estación.

En Beasain, el único espacio disponible para que la localidad crezca es el ferroviario. El Ayuntamiento quiere recuperar 45.000 metros cuadrados de vías, la playa que se extiende a lo largo de 2,5 kilómetros en paralelo a la N-1, para construir entre 400 y 500 viviendas, entre ellas, al menos el 55% de protección pública, o actividades terciarias. La localidad goierritarra trabaja para modificar el plan general de ordenación urbana (PGOU) que proyecta el municipio para los próximos 15 años, y en él se plantea el desplazamiento de las vías de Renfe y elevar su cota 2 o 3 metros sobre el puente de Zaldizurreta para que los vehículos accedan por ese punto desde la N-1 a la localidad. En ese espacio se proyecta una nueva estación intermodal.

La tramitación de esta nueva variante que llega hasta Ordizia está pendiente de la negociación con el Ministerio y Adif, que tienen previsto contratar este año el estudio informativo. Los responsables municipales de ambas localidades confían en que la gestora ferroviaria tenga en cuenta sus demandas para trasladar la vía de Renfe en paralelo a la N-1 y liberar espacio urbanizable en beneficio de los beasaindarras y de los ordiziarras, que podrían eliminar también su barrera ferroviaria.

El soterramiento del Topo a su paso por Donostia liberará más de 21.000 metros cuadrados de vías en el entorno de la plaza Easo para construir viviendas, zonas verdes, repensar la movilidad o resolver los problemas de aparcamiento. El Ayuntamiento mantiene conversaciones con el Gobierno Vasco para definir las posibilidades de uso para ese espacio una vez, en 2024, el Topo se adentre en el subsuelo en la calle Errondo, a la altura de Morlans.

Será en los próximos años cuando se termine de definir y plasmar la reordenación de ese espacio recuperado en una modificación del plan general. Está por decidir también la continuidad y uso de la actual estación de Amara.

Junto a la estación de Atotxa que ha comenzado su transformación, la capital guipuzcoana ganará una nueva zona de esparcimiento, no a costa de las vías pero sí sobre ellas. La nueva plaza se construirá sobre los andenes, y además de salvar la barrera ferroviaria que separa Egia del Centro conectará directamente con el edificio de Tabakalera mediante una nueva entrada directa a la primera planta. Esta nueva plaza tendrá una dimensión de 5.723 metros cuadrados. Un espacio abierto, diáfano, de dimensiones algo superiores a las de la Plaza de Gipuzkoa, que pretende ser un punto de encuentro, y un nuevo mirador sobre el Urumea y el Centro de la ciudad.

El proyecto ideado por el equipo del arquitecto Jon Montero y que ejecutará la UTE Moyua, Comsa y Cycasa, adjudicataria de la remodelación de la estación, funcionará como elemento de integración urbana, y como un recinto para actividades lúdicas con un espacio para escenario, y una superficie inclinada para colocar gradas o asientos. El acceso será mediante rampas, escaleras y un ascensor.

Este nuevo recinto se completará con la ampliación de la plaza Néstor Basterretxea donde ya se realizan trabajos previos en el acceso al pasadizo subterráneo desde Egia y que también es puerta de entrada al centro de cultura contemporánea.

Ese espacio se abrirá hasta ocupar 7.400 metros cuadrados que minimizarán el actual recorrido subterráneo y conectarán directamente con el acceso, desde la planta -1 a la estación de tren y los andenes, y como ahora, a la actual terminal de autobuses. Se proyecta, por tanto, un nuevo entorno abierto de más de 12.000 metros cuadrados pensado para facilitar la movilidad de la ciudadanía y para abundar en la intermodalidad en el transporte.