La excavación del Topo bajo La Concha se reanudará en días tras dos años de parón

Con la reanudación de los trabajos en el tramo de La Concha -desde Euskal Trenbide Sarea (ETS) puntualizan que las obras no han estado paradas en los últimos meses, sino que ahora se retoma la excavación-, la variante del Topo encara la recta final para terminar de construir el 15% de túnel que falta de los 4,2 kilómetros que conforman esta pasante ferroviaria. A pesar del retraso de casi dos años que ha provocado el socavón generado en junio de 2020 bajo algunos edificios de la calle Zubieta, ETS mantiene la previsión de que la nueva variante soterrada del Topo pueda estar operativa para el primer semestre de 2025. La finalización del túnel que unirá la zona de la playa con la estación del Centro se prolongará al menos un año. La idea es «avanzar con la máxima seguridad», aunque cada metro excavado requiera de un tiempo mayor del habitual.

El túnel bajo La Concha deberá ser totalmente estanco y seco, como ha exigido la Dirección General de Costas, que el pasado noviembre concedió el permiso para retomar la excavación tras una ardua negociación técnica con el Gobierno Vasco. Esa autorización de Costas, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, era preceptiva ya que los 80 metros que discurren bajo la playa -el túnel se está excavando a 40 metros de profundidad- pertenecen a dominio marítimo-terrestre, por lo que era Costas la que debía revocar la orden de paralización de la obra que emitió en agosto de 2020 y que exigía un estudio completo de la composición del terreno.

Desde que Costas emitió la autorización para retomar el túnel el pasado noviembre, los trabajos se han centrado en asentar el macizo rocoso con el objetivo de endurecerlo al máximo. Para ello se han aplicado tratamientos recomendados por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex). Se ha lanzado lechada de cemento desde el interior del túnel hacia la roca para reforzar el hueco con una corona de material endurecido. También se han aplicado inyecciones de cemento de modo horizontal. A principios de este mes se demolió el tapón de hormigón con el que se cerró el túnel tras los problemas de junio de 2020 y, «en breve», una máquina rozadora de 110 toneladas empezará a horadar de nuevo el terreno.

La excavación se prevé lenta, con un procedimiento especial que pretende garantizar la seguridad de los trabajos. Primero se excavará una galería piloto más reducida y, desde su interior, se reforzará la roca circundante antes de aumentar la sección del túnel.

El tramo desde la playa hasta la unión con la caverna de la estación se ha subdividido en cuatro zonas que requieren técnicas diferenciadas. El primer trecho a excavar, de 14 metros, será el «más comprometido», según un estudio del Gobierno Vasco. El segundo, de 65 metros, es el que tiene más «riesgo de aparición de inestabilidades». En los siguientes 46 metros, se espera que los riesgos de conductos kárstikos se reduzcan y, en el tramo final, se volverá a una excavación normal.