Euskadi pacta con Cantabria adelantar los viajes entre comunidades y negocia con Navarra

Tras recuperar desde hoy la movilidad entre Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, el siguiente paso que persigue el Gobierno Vasco es poder hacerlo también con las comunidades limítrofes. Así lo quería el lehendakari en la fase 3 que se estrena hoy, hasta que Sanidad le negó la posibilidad hasta avanzar a la 'nueva normalidad'. No obstante, el presidente Pedro Sánchez comunicó ayer, tras la reunión semanal con los presidentes de las autonomías, que a partir de hoy estas pueden solicitar cuando quieran que se suprima el estado de alarma en sus territorios, lo que daría vía libre a levantar las mugas entre comunidades colindantes que den por finalizada la desescalada.

En la actual fase 3 los presidentes autonómicos adquieren la competencia para decidir sobre la desescalada, y eso incluye determinar cuándo termina. El Gobierno central ha fijado el estado de alarma hasta el próximo 21 de junio, pero Euskadi está decidida a adelantarse a esa fecha y pasar a la nueva normalidad una semana antes. No obstante, todo dependerá de los datos de evolución del virus que se obtengan a lo largo de la semana y que ofrecerán el análisis de lo ocurrido con la aplicación de la fase 2. En Lakua confían en que las cifras mantengan la progresión positiva de las últimas semanas y por ello solicitarán mañana a Sanidad que Euskadi levante el estado de alarma dentro de 7 días.

En este sentido, el lehendakari apeló ayer directamente a los presidentes de Cantabria, Navarra y La Rioja a «acordar la movilidad de vuestras comunidades con Euskadi para el lunes de la siguiente semana». Unas reuniones por videoconferencia que se mantendrán hasta el día 21, y que, una vez se celebren las elecciones vascas y gallegas, tendrán una cita presencial en Madrid.

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, fue el primero en dar el 'ok' a Urkullu, por lo que vascos y cántabros podrían trasladarse entre comunidades con total libertad desde el día 15. Revilla afirmó que se trata de una «muy buena noticia», ya que «una semana es muy importante para la reactivación del turismo». Por su parte la titular de La Rioja, Concha Andreu, informó de que «ya se está trabajando con las comunidades vecinas» para analizar «con prudencia y la protección de la ciudadanía como principales criterios» la posible apertura de las fronteras antes del 21 de junio. Una decisión que «será siempre revisable según la evolución epidemiológica de cada territorio», señaló.

La presidenta Navarra, María Chivite, no se pronunció ayer a este respecto, aunque el sábado mostró una mayor prudencia al afirmar que antes de plantear la movilidad completa entre comunidades quieren observar cómo avanza la fase 3 y su idea sería hablar con los presidentes de La Rioja, Aragón y País Vasco para planificar esa apertura «si fuera posible de manera conjunta, coordinada, cuando todos consideren el momento oportuno». Esas negociaciones ya se han iniciado y podrían dar resultados a lo largo de esta semana.

A pesar de que en la fase 3 las comunidades recuperan la competencia, el presidente Sánchez recordó que la última palabra siempre la tendrá el Gobierno. «Lo que no podemos hacer es dimitir de una prerrogativa tan importante como es la libertad de movimiento, que tiene que preservarse y garantizarse en el Gobierno de España y no en uno autonómico», señaló. Así, será Sanidad, en base a los criterios sanitarios marcados para pasar de fase, quien decida si un territorio puede levantar el estado de alarma y pasar a la nueva normalidad. No obstante, se trata de un mero trámite y, salvo cifras adversas sobre la pandemia, Euskadi y el resto de comunidades que así lo soliciten recibirán luz verde.

La nueva normalidad también tendrá sus propias normas. El Gobierno español trabaja en un decreto ley sobre las medidas que se aplicarán una vez finalice la desescalada y que se presentará mañana. Sánchez ya avanzó ayer que las mascarillas seguirán siendo obligatorias en transporte público y siempre que no sea posible mantener la distancia interpersonal. Es probable que ese decreto también regule la apertura de fronteras con otros países, incluidos Francia y Portugal. Urkullu vinculó su solicitud de movilidad entre comunidades al tránsito transfronterizo, que afecta especialmente a Gipuzkoa en la muga con suelo galo. El lehendakari considera que abrir los pasos «contribuirá a relanzar la actividad en un momento clave para el comercio, turismo, logística y exportaciones». Las fronteras se abrirán el 1 de julio, siendo España uno de los últimos países del espacio Schengen en abrirse al turismo. No obstante, la ministra de Asuntos Exteriores, Arantza González Laya, afirmó ayer en una entrevista a este periódico que el Gobierno estudiará si puede «introducir antes del 1 de julio alguna flexibilización adicional para estos territorios transfronterizos», aunque esta llegaría «en el momento en el que exista movilidad interprovincial del lado español», cuando todos las comunidades pasen a la nueva normalidad.

Mientras tanto, Euskadi inicia hoy la fase 3, última de la desescalada, con una mayor flexibilidad en cuanto a movilidad así como en las medidas para regular la actividad comercial, de hostelería y aquellas dirigidas a la población infantil. Desde hoy los vascos pueden moverse con libertad y sin justificación entre los tres territorios y se permite la apertura de guarderías para niños de 0 a 3 años con el 60% de aforo, así como los udalekus. La hostelería recupera las barras y el 100% de su capacidad, al igual que sucede con las frecuencias y aforo en el transporte público. Las discotecas y bares nocturnos permanecerán cerrados.