«Si nos vamos de vacaciones es porque sabemos que la ama estará bien»
Bixen Zinkunegi vive con su madre desde hace dos años. En verano y Semana Santa le lleva dos semanas a una residencia para «respirar» y «desconectar»
MACARENA TEJADA
Domingo, 21 de agosto 2022, 06:59
Hace dos años que Emilia Urkiola, que está a punto de cumplir los 79, vive en casa de su hijo Bixen Zinkunegi, junto a su mujer y su hija. Son cuatro y aunque en el día a día se organizan a la perfección, planificar las vacaciones con una persona de la edad de Emilia no es nada fácil. O, al menos, no lo era hasta hace un tiempo. «Ella está muy bien, pero necesita ayuda para ciertas cosas», explica Bixen. Por eso, dejarle en su hogar de Pasai San Pedro y viajar por el mundo no es una opción para esta familia, que adora a la más mayor de la casa, al mismo tiempo que son unos enamorados de la aventura.
«Solo somos capaces de irnos fuera sabiendo que le vamos a dejar bien aquí», explica su hijo, que el domingo 31 de julio le recogió de la residencia Txara II, en Donostia, donde pasó dos semanas mientras Bixen, su mujer y su hija recorrían Italia durante la segunda quincena del mes. El servicio de estancias temporales –también conocidas como estancias respiro– de la Diputación de Gipuzkoa ha sido todo un descubrimiento para esta familia, que ya ha hecho uso de él en cuatro ocasiones, los dos últimos veranos y las dos últimas Semana Santa. «Es un alivio. Porque siempre hemos tenido claro que si nos íbamos de vacaciones era porque sabíamos que la ama iba a estar bien». Y ahora, están convencidos de ello.
Bixen conoció este servicio que empieza a recuperar la demanda tras la caída por la pandemia gracias a su tío, Joxe Mari Urkiola, y único hermano de su madre. «Él vivía solo. No tiene hijos y su único sobrino soy yo», explica Bixen. «Estuvo mes y medio ingresado en el hospital y después le gestioné todo para que pudiera ingresar en una residencia». Ahora está en Txara II, donde ya lleva bastante tiempo. Fue a través de la trabajadora de servicios sociales que le ayudó a tramitar los papeles de su tío que se enteró de la existencia de las estancias respiro en los centros de mayores de Gipuzkoa, que este año, hasta el mes de junio, ha prestado servicio a 150 mayores, según datos del departamento de Políticas Sociales, frente a los 337 de todo el año 2021, 756 de 2019 y 996 de 2018.
150 mayores han hecho uso del servicio de estancias temporales hasta junio de este año 2022.
En 2020, con motivo de la pandemia y las medidas sanitarias en vigor en el momento, se suspendieron las estancias temporales en todos los recursos. Ahora, tras las mejoras epidemiológicas y la vacunación de los últimos meses, el servicio empieza a recuperar la demanda habitual, aunque todavía lejos de las cifras prepandemia. Entre las que ha hecho uso de él está Emilia, que ha pasado dos semanas junto a su hermano Joxe Mari en Txara II. «Como mi tío ya estaba en esa residencia, intentamos que a ella le den plaza en la misma», explica Bixen, a quien este servicio le ha supuesto «un gran alivio para desconectar de la rutina» en la que su madre está muy presente.
Peluquería, manicura...
Las dos semanas que pasa Emilia en la residencia no comparte planta con Joxe Mari, pero «una vez por semana les juntan para que se vean». Él tiene teléfono móvil y los hermanos aprovechan para hablar con Bixen cuando se encuentran en la misma sala. «Mi madre no se apaña, pero mi tío sí. Me llaman por teléfono y charlamos. Me cuentan qué tal va la estancia y yo nuestras vacaciones», explica.
En la última conversación que tuvo con su madre antes de ir a recogerla para volver a casa, Emilia le contó que estaba «muy bien, aunque nos echaba de menos. Había estado en la peluquería, le habían hecho la manicura y hasta había jugado con sus compañeros al bingo». Y, mientras tanto, Bixen y su familia respiraban tranquilos. «El año tiene 365 días. 335 vive con nosotros y otros 30 –divididos en dos quincenas– va a Txara II para que nosotros también respiremos. Lo entiende y está a gusto». Tener opción de hacer uso de este servicio «es la gloria. Si no, o no te vas de vacaciones o tras una persona a casa para que cuide de tu madre, pero eso es mucho más caro y además no te da tanta tranquilidad. En Txara te olvidas de todo», reflexiona Bixen.
«El año tiene 365 días. Ella vive 335 días con nosotros y otros 30, divididos en dos, en la residencia. Lo entiende y está a gusto»
Y no solo eso. Si a Emilia le pasa algo «hay personal sanitario para atenderle. Y siempre está rodeada de gente», con todo lo que eso supone para una persona mayor. «Una gran seguridad». Por eso, el Covid-19 no ha frenado a Bixen en sus planes de hacer uso de este servicio este verano. «Te puedes contagiar en cualquier lado. Ella durante el año va a un centro de día. Hace poco cogió el coronavirus y no sabemos si fue ahí o dónde. Pero nosotros le hemos dejado con mucha tranquilidad en la residencia, sin miedo alguno».
Las personas con discapacidad hacen mayor uso del servicio
La demanda de las estancias temporales se recupera a mayor velocidad en los centros de personas con discapacidad. Si en las residencias de mayores todavía no se alcanzan las cifras de 2021, en los recursos de personas con discapacidad ya se han superado. Si el año pasado 270 guipuzcoanos con algún tipo de discapacidad hicieron uso de este servicio, en lo que va de año, hasta junio, ya lo han hecho 283. Es decir, ya se superan las cifras del año pasado. Uliazpi cuenta con nueve plazas de respiro y este año un total de 80 familias están haciendo uso de este servicio. En los centros de mayores, por su parte, ha habido 150 usuarios hasta junio, frente a los 237 de todo el año pasado.
A pesar de que este servicio está en funcionamiento durante todo el año -a excepción de 2020, que paró por la pandemia-, el periodo con mayor demanda entre las personas con discapacidad suelen ser los meses que van de mayo a agosto, es decir, primavera y verano. En el caso de las personas mayores destaca la mayor demanda de agosto, coincidiendo con el periodo vacacional.
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