anifestación en Baiona en protesta por las trabas del Gobierno francés al euskera. AFP

Empujón al euskera en Iparralde

La ley aprobada por la Asamblea Nacional francesa para la protección de las lenguas regionales dispara las expectativas de la comunidad euskaltzale

Pello ZuPIria

San Sebastián

Lunes, 3 de mayo 2021, 06:56

El euskera, que lleva décadas luchando para subsistir en una Francia cuya Constitución establece como lengua única el francés, se prepara para dar un estirón en territorio galo. Los votos de la oposición y algunos diputados rebeldes del partido del presidente Emmanuel Macron han aprobado en la Asamblea Nacional una ley que reconoce los otros cuatro idiomas del país. La comunidad euskaltzale está esperanzada con el hecho de que el euskera vaya a tener por fin un estatus jurídico, cree que supondrá un empujón para su expansión futura, pero desconfía del Gobierno central «porque hará todo lo que pueda para limitar el texto» aprobado.

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«Por primera vez los padres tendrán la oportunidad de optar de forma oficial por el modelo inmersivo -íntegramente en euskera- en cualquier centro y no solo en las ikastolas, y también se abre la posibilidad de que ese formato se amplíe a otras etapas educativas, no solo en Primaria, como hasta ahora», explica el vicepresidente de Euskaltzaindia, Battittu Coyos. Los datos de la última encuesta sociolingüística dicen que en Iparralde el 20,5% de sus 300.000 habitantes sabe euskera y un 9,3% más lo entiende. Por territorios, Lapurdi, que congrega la mitad de los habitantes y las mayores ciudades, registra un 16% de euskaldunes, mientras que en Nafarroa Beherea y Zuberoa, regiones rurales y menos habitadas, los vascoparlantes son el 50%.

«Mejorando con los años»

«Veo el vaso medio lleno», dice Battittu Coyos. «La situación del euskera está mejorando con los años. El conocimiento del idioma en las generaciones jóvenes está creciendo, pero hay un problema con el uso», opina. La utilización del idioma en sitios públicos sigue siendo limitada. En Lapurdi lo emplea el 5,2% de los euskaldunes, mientras que en Nafarroa Beherea y Zuberoa lo hace casi un tercio de ellos.

El aumento del conocimiento entre los jóvenes es un dato esperanzador para la comunidad euskaltzale. Ese crecimiento se debe en gran medida a la labor que viene haciendo desde 1969 Seaska, la Federación de Ikastolas de Iparralde. «Nos ponen dificultades para construir ikastolas u ofrecer puestos de profesores. Consideran que el euskera no sirve para aprender a leer o hacer exámenes, el desprecio hacia el idioma es total», lamenta el director de la federación, Hur Gorostiaga.

A día de hoy, Seaska cuenta con alrededor de 4.000 alumnos. En Infantil y Primaria son 2.551, el 10% de los escolares de Iparralde, mientras que en las etapas posteriores son el 6,5%. «El Gobierno nunca ha visto con buenos ojos este modelo de inmersión. Quieren tener bajo control el desarrollo de nuestro idioma y que no coja fuerza en el territorio», explica Gorostiaga. Una de las principales reivindicaciones históricas de las ikastolas ha sido que se pueda realizar el examen de acceso a la universidad en euskera, pero el Ejecutivo de París sigue sin dar opción a ello.

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La Constitución francesa no permite hasta ahora enseñar todas las materias en euskera, pero hace 15 años una escuela de la región impartió este modelo en la etapa infantil como «un experimento». «El resultado fue muy exitoso, y desde entonces se han sumado veinte colegios y otros centros católicos privados», explica Antton Curutcharry, presidente de la Oficina Pública del Euskera, precursor de la iniciativa junto a Seaska. Esta alternativa no es una oferta oficial del Ministerio de Educación, sino una prueba en una veintena de colegios. Tanto Gorostiaga como Curutcharry señalan que el argumento que ha defendido constantemente el Ejecutivo es que con la inmersión los escolares «no aprenden el francés como otros que estudian en ese idioma o en el modelo bilingüe».

Hace dos años el Gobierno de Macron ordenó realizar un diagnóstico con los estudiantes de los tres modelos para evaluar sus conocimientos de francés y matemáticas. «Se llevaron una sorpresa. La conclusión fue que los escolares que estudiaban todas las materias en euskera tenían el mismo o mejor nivel del idioma oficial que el resto», afirma Curutcharry. Cada año crece la demanda para aplicar este experimento en más centros públicos, así como crear ikastolas en pueblos donde no las hay. «Socialmente hay una demanda para estudiar en euskera», añade.

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Cadena humana

Pero ese deseo se topa una y otra vez con la negativa del Gobierno. «En otoño la escuela pública de Hiriburu solicitó el modelo de inmersión pero se le prohibió. Seaska, la Federación Vasca y la Oficina Pública del Euskera organizó una cadena humana en Bayona en la que se juntaron miles de personas como protesta, y al final conseguimos el permiso», relata Gorostiaga, director de las ikastolas de Iparralde.

El cambio favorable al euskera también se constata con la actitud que está tomando parte de la sociedad. «Cada vez hay más jóvenes que quieren trabajar y vivir en Iparralde y en nuestro idioma. Hay más oferta cultural: músicos, artistas… También hay profesionales que te atienden en euskera, como médicos. Eso hace años era impensable», cuenta Pantxika Maitia, periodista de Kanaldude, un medio de comunicación euskaldun. Para esta reportera, la nueva ley aprobada «ayudará a dar un empujón a la enseñanza en este idioma y que aquellos que están lejos de ella, cambien de postura y se acerquen». «Les dará confianza, porque por primera vez nuestra lengua tendrá prestigio en este país», celebra.

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Bretón, corso, occitano y catalán, los otros favorecidos

Junto al euskera, en Francia hay otros cuatro idiomas regionales que se verán favorecidos con la ley aprobada por la Asamblea Nacional. El precursor del texto fue el parlamentario Paul Molac, del partido Federación de Regiones y Pueblos Solidarios y nacido en Bretaña, donde se habla el bretón. Es en el oeste de la región donde más se utiliza esta lengua, pero cada vez se escucha más en todo el territorio, donde se ha hablado desde hace siglos. En el año 2018 el bretón contaba con 207.000 hablantes. Se trata de la única lengua céltica que se ha mantenido y desarrollado fuera de las islas británicas.

El idioma regional que lidera el ranking de más hablantes es el occitano, con unos dos millones de personas que lo utilizan y diez millones que lo entienden. Esta lengua romance ocupa casi todo el sur de Francia, desde el mar Mediterráneo hasta la costa Atlántica, así como el Valle de Arán en Cataluña. En este territorio se encuentra también Catalunya Nord, la parte francesa en la que se habla catalán. Se estima que el 13% de los escolares de Primaria y Secundaria han estudiado en catalán, pero la nueva ley permitirá la inmersión.

La cuarta gran lengua que se beneficiará de la nueva norma será el corso, reconocido por el Estado francés como idioma protegido en Córcega. Al contrario que las otras, goza de la enseñanza en la Universidad de Corte y en varias escuelas. Lo hablan unas 125.000 personas.

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