Dulces navideños solidarios marca FP Euskadi

En el centro Peñascal de Tolosa, por ejemplo, han preparado 100 surtidos de dulces con bizcochos, pastas y polvorones. En Cebanc, los alumnos han elaborado otros 150 surtidos con polvorones, pastas, palmeras, lazos de hojaldre, pastel con mermelada y plum cake; y en el Politécnico Easo de Donostia, los alumnos del ciclo formativo de Atención a Personas en Situación de Dependencia han contribuido con bizcochos que entregarán a Cáritas. Y en Don Bosco de Tolosa, desde la rama de Química Industrial, han aportado los envoltorios o cajas de cartón para repartir estos bocados que pretenden ayudar a endulzar un poco la Navidad.

La iniciativa, enmarcada en el proyecto Gastronomía Solidaria, incluye a otras cuatro escuelas de hostelería de Bizkaia y Álava y fomenta por un lado las elaboraciones con productos Eusko Label, huevos, harina o miel; y la economía circular al reutilizar materiales desechados en cocinas o procedentes de restos agrícolas.

«La Formación Profesional de Euskadi vuelve a mostrar una vez más su lado más solidario», destacan desde el Departamento de Educación, con otra edición de esta campaña navideña que pretende llegar a quienes más lo necesitan con el lema 'Alimentos que llegan al corazón de las personas'. Además del alumnado y el profesorado de los siete centros que participan, que han cocinado y preparado durante días los productos para que lleguen puntuales a tiempo a las celebraciones familiares, se han sumado la Fundación Hazi con «productos y materias primas de primera calidad».

Las elaboraciones se están entregando desde el martes hasta hoy en los bancos de alimentos de cada territorio y en Cáritas, con el objetivo de que las familias puedan recogerlos y disfrutar de ellos desde mañana por la noche.

Estos dulces navideños son parte del programa Gastronomía Solidaria que se puso en marcha el curso pasado entre las escuelas de FP.

Durante todo el año, los alumnos elaboran unos 1.000 menús semanales, que se distribuyen entre personas que tienen dificultades económicas y necesitan la ayuda de las entidades sociales.

El proyecto, que ha permitido establecer una red colaborativa entre centros profesionales y entidades sociales, se lleva a cabo con «la filosofía y criterios» de la economía circular y el reciclaje. De este modo, se emplean restos de comida que se desperdician en las cocinas o residuos agrícolas de la cosecha del maíz, hojas verdes de los puerros o lana de oveja latxa, con los que se fabrican papeles o cartones que se utilizan para empaquetar los alimentos.